Crisis hídrica

La CHE empieza la prueba piloto para mover sedimentos de los pantanos de Mequinenza y Riba-roja

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Embalse de Mequinenza

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ACN

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La prueba piloto para movilizar sedimentos desde los pantanos de Mequinenza y Riba-roja comienza este miércoles. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) inicia sus trabajos con el dragado de sedimentos acumulados en la desembocadura del río Segre, en la zona del campo de regatas del pueblo de Mequinenza (Baix Cinca). Los trabajos durarán hasta junio. Se realizarán extracciones con excavadoras y por succión y se movilizarán hasta 12.700 metros cúbicos. El objetivo es analizar y evaluar "los rendimientos y costes" de movilizar los sedimentos depositados en estas zonas. Una batimetría previa ha identificado hasta 20 hectómetros cúbicos de sedimentos en el embalse de Mequinenza, en la cola del de Ribarroja d'Ebre.

Los primeros trabajos para dragar sedimentos se realizarán en la zona contigua al espigón del campo de regatas de Mequinenza. Se extraerán con retroexcavadoras y se transportarán y verterán en camiones en una zona con mayor profundidad río abajo del río Segre. También se hará "una variante" de transporte con bombeo por tubería, con sedimentos antes mezclados y diluidos en agua. Estos trabajos durarán tres meses y se movilizarán sobre los 4.700 metros cúbicos.

A principios del próximo año, se realizarán trabajos en la zona próxima a las piscinas de Mequinenza. En este caso, la extracción se realizará por bombeo por tubería. Los trabajos se alargarán cinco meses y se movilizarán otros 8.000 metros cúbicos de sedimentos.

Como ha explicado la presidenta de la CHE, Maria Dolores Pascual, la estrategia de mover sedimentos está prevista en el nuevo plan hidrológico del Ebro. La primera fase, ya terminada, debía localizarlos y calificarlos. "Para saber dónde están, cómo son o cuántos son hemos contado con organizaciones muy especializadas como el CEDEX, el Centro de Estudios Hidrográficos, o la Universidad Politécnica de Barcelona y otras universidades", ha explicado.

La segunda fase determinará cómo moverlos "de forma eficiente" porque "no es nada fácil" y tiene "muchísimas consecuencias". "Por tanto, debemos saber exactamente con qué herramientas se pueden contar", apuntó Pascual. Se empieza por Mequinenza porque el Ayuntamiento hace tiempo que pedía "insistentemente alguna solución para mejorar el entorno" del pueblo y se replicará después a mayor escala. "Nos dará datos suficientes para saber con qué técnica y cuál es el mejor método según el tramo del río y el embalse", detalló la presidenta de la CHE.

Pascual ha apuntado que "la reserva de sedimentos" es reducida a Mequinenza y Ribarroja y que no todos los sedimentos son "trabalanzas". "Hay una multiplicidad de materiales y no todos se pueden mover. Hay que saber dónde están dentro de los embalses y hacerlos llegar a la presa", añadió. Según la presidenta de la Confederación, los modelos que probarán intentarán "ayudarse de la dinámica para que el río los mueva", que el río, "ayudándole un poco", con las avenidas ordinarias sea "capaz de movilizar estos sedimentos" .

La CHE asegura que se realizan otras pruebas también en la cuenca del Siurana, la del Matarraña o en el azud de Xerta para "valorar si efectivamente la movilización puede ser eficaz". Una "cuestión básica" importante que quieren comprobar es si "el déficit de sedimentos" que tiene el mismo río hace que los absorba para "recomponer su cauce" antes de que lleguen al delta del Ebro.