Redes criminales

Paquetes de hachís ‘de marca’ y más pesados: así cambia el tráfico de droga en Catalunya

El tráfico de hachís se traslada a Catalunya por la presión en el sur de España

Una empresa náutica de Mataró hacía de tapadera para una red de narcotráfico de hachís

Un detenido y 63 identificados tras un operativo conjunto de 'mossos' y policía local en Mataró

Fardos de hachís intervenidos en el puerto de Mataró.

Fardos de hachís intervenidos en el puerto de Mataró. / El Periódico

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si bien los Mossos d’Esquadra subrayan que no se trata de un fenómeno delictivo nuevo en Catalunya, el tráfico de hachís ha resurgido con algunas novedades que han llamado la atención a los investigadores. El ‘caso Pekín’ es uno de los operativos más productivos de la policía para atacar las redes que descargan la droga en la costa catalana. La advertencia de un sospechoso desembarco nocturno en el puerto de Mataró en febrero pasado permitió a los agentes intervenir 154 fardos con 5.500 kilos de la sustancia estupefaciente y emprender unas pesquisas que se han saldado con 26 detenidos. Además de provechoso, el decomiso permitió a la policía descubrir ciertos cambios que están operando en el mercado negro, en que las redes tratan de singularizar su mercancía, imprimiendo un nombre distintivo en los paquetes de droga, como si fueran productos lícitos.

Los Mossos detectan que los narcos usan pegatinas para "crear una marca" y distinguirse

Josep Antoni López Garzón es jefe de área de investigación criminal de la Regió Metropolitana Nord de los Mossos. Explica que ahora los fardos llegan "más preparados" para luego ser transportados y comercializados. "En los primeros 2000, eran más chapuceros, sin mucha parafernalia y preparados con rapidez. Ahora, se les añaden unas pegatinas tipo logotipo, como una marca", ha comparado el mando policial en una comparecencia este martes.

López Garzón ha comentado que la pretensión de "crear una marca" es una peculiaridad con la que las redes criminales tratan de distinguirse. También se ha observado en los canales clandestinos de distribución de la marihuana. A su vez, ha añadido que los envoltorios que comprimen la sustancia son más pesados ahora. "Antes pesaban unos 30 kilos y ahora 36", ha concretado el responsable policial, que ha aludido a un cambio más: "Ahora se les añaden unas asas para cargarlos como si fueran una mochila".

En todo el litoral

Los Mossos d’Esquadra han asegurado que los desembarcos de hachís no se concentran en un solo enclave del litoral catalán. “Se hace a lo largo de toda la costa”, ha explicado el jefe del área de investigación criminal del cuerpo, Antoni Salleras. “Lo importante -ha especificado- es que el lugar sea discreto, con una vía rápida de comunicación y una ‘guardería’ [un sitio donde almacenar la droga] cercana”.

Salleras ha señalado que un punto donde los desembarcos del narcotráfico han menudeado en Catalunya es el Delta del Ebro, "seguramente por la soledad de la costa y del río Ebro", ha aventurado. "También hemos detectado que en la Costa Brava vuelve a haber desembarcos. Es una costa escarpada, con calas solitarias. Les permiten estar más camuflados y detectar la presencia policial más que en otras zonas más pobladas", ha referido el jefe policial. 

Ha añadido que no se han detectado por ahora descargas en las playas de Barcelona ni el puerto de la capital. "Incumple una de las condiciones que las organizaciones buscan: que sea una zona discreta", ha remarcado Salleras.

En el caso de la redada en Mataró, los Mossos no llegaron a tiempo de incautarse a tiempo del primer desembarco de la mercancía estupefaciente. López Garzón ha detallado que a la banda le bastó 18 minutos para descargar y trasladar 200 kilos de hachís. La organización disponía de tres lanchas de 12 metros de eslora, "con tres motores de 300 caballos", y seis furgonetas "de gran tonelaje", ha precisado el responsable policial. También contó con el auxilio de un vigilante del puerto de la capital del Maresme, que les facilitó el acceso y tratar de no ser descubiertos. "Lo compraron o lo captaron", ha acusado el responsable policial.

Los Mossos d'Esquadra comparten información con otros cuerpos policiales a través del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado. Salleras esgrime que la policía catalana trata de "ponérselo difícil" a las redes de traficantes para que "busquen otras vías" de transporte y, a su vez, el precio de la mercancía se encarezca. "Hace cinco años, el hachís costaba 1.500 euros. Hoy, cuesta 2.100 euros, seguramente por la presión policial a las que las organizaciones están sometidas", ha deducido.

El jefe de investigación de los Mossos ha indicado que las narcolanchas descubiertas por la policía catalana embarcan una gran cantidad de combustible. "Descargan el hachís y repostan el combustible que llevan para volver. No viajan a gran velocidad en la subida, porque dejan una estela evidente en el mar que puede hacer que sean detectardos desde el aire. No suben a más de 15 nudos. Si se sienten perseguidas o cuando bajan, sí pueden usar toda su potencia", desgran Salleras.

El mando ha manifestado que, por ahora, los Mossos no contemplan la hipótesis de que se cultive hachís en Catalunya. Caso distinto ocurre con la marihuana, en que se observa "un cambio de paradigma total". "Catalunya produce ahora una droga, cuando antes no producía nada", ha diferenciado. Asimismo, ha agregado que no se han detectado "casos de corrupción que preocupen" dentro del cuerpo asociados al tráfico de hachís, como sí han trascendido en el caso de la marihuana.