Boom cannábico

La saturación de marihuana en la AP7 obliga a los traficantes a expandirse por Catalunya

Droga en la AP7: las leyes de la narcovía

Multimedia | Así son las plantaciones de montaña de la marihuana

Cargamento de marihuana interceptado por los Mossos en julio de 2020

Cargamento de marihuana interceptado por los Mossos en julio de 2020 / CMdE

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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Las plantaciones de marihuana se alejan poco a poco de la AP7. Según subrayan fuentes de Endesa, hasta hace poco, los traficantes ocultaban la mayoría de cultivos cerca de la autopista, convertida en una 'narcovía' por el boom cannábico que se vive en Catalunya, y en el resto de España, desde 2015. Pero últimamente abundan las plantaciones halladas junto a la C-25 o incluso se detectan cerca de la frontera natural de los Pirineos, en poblaciones como Puigcerdà o Llívia, o en lugares como Lleida

Se han detectado plantaciones junto a la C-25, en Lleida y en municipios fronterizos como Puigcerdà o Llívia

Que las plantaciones se alejen de la AP7 y se distribuyan por puntos geográficamente más dispersos significa para Endesa que esta vía rápida, que conecta España con el resto de Europa y que las organizaciones criminales usan para transportar el cannabis que producen en suelo catalán, comienza a dar señales de saturación.

Los lugares disponibles cerca de la AP7 que los traficantes consideran adecuados para ocultar plantaciones 'indoor' de cannabis –naves industriales o casas de urbanizaciones– son finitos y, por ese motivo, las redes mafiosas dedicadas a la producción y exportación de la droga, que conviven enfrentadas en muchos casos y que deben esconderse tanto de las autoridades como de bandas rivales, optan por otros lugares menos explotados.

Más intervenciones

Las intervenciones policiales contra plantaciones de marihuana de Catalunya se han multiplicado por diez en los últimos cinco años. El recuento, facilitado por la compañía eléctrica Endesa, incluye las operaciones que han llevado a cabo tanto los Mossos d’Esquadra como la Policía Nacional o la Guardia Civil

La empresa energética dispone de esos datos porque un técnico debe acompañar a los agentes en cada entrada judicial por seguridad, dado el riesgo que implica actuar en instalaciones pinchadas ilegalmente a la red eléctrica. Su presencia permite, en consecuencia, obtener una cifra fiable del incremento de las operaciones contra el floreciente negocio cannábico que se expande por la península –sobre todo en Catalunya– desde 2015. 

Las intervenciones conjuntas de policía y Endesa en plantaciones se han multiplicado por 10: de 163 en 2018 se pasará a 1.500 este 2023

En 2018, las intervenciones policiales que contaron con un técnico de Endesa fueron 163. En 2019, esa cifra creció hasta 413. Un año después, en 2020, ya fueron 590. En 2021 ascendieron a 671 y en 2022, a 1050. Según fuentes de Endesa, la media actual es de cinco actuaciones al día. Es decir, el 2023 se cerrará con un aumento que rondará las 1.500 actuaciones. 

El lugar en el que se lleva a cabo cada una de las actuaciones permite dibujar un mapa de la ubicación de las plantaciones de marihuana por el territorio catalán: la mayoría se esconden cerca de la autopisa AP-7, convertida, también según fuentes de los Mossos d’Esquadra, en una 'narcovía' a través de la cual las organizaciones criminales trasladan el cannabis al resto de Europa, donde multiplica su valor. 

Droga de exportación

Los datos de Endesa constituyen, por ese motivo, una nueva constatación del fenómeno: Catalunya –como el resto de España– es un huerto europeo de marihuana. La concentración de plantaciones cerca de la AP-7 cuadra con esa lógica de mercado: los traficantes eligen aproximar las 'guarderías' de la droga a la vía rápida que conduce hacia Francia porque esa es la ruta comercial que seguirá el cannabis, oculto entre el cargamento de camiones o a toda velocidad en el maletero de coches de gran potencia.

El comisario Ramon Chacón, a cargo de la Comissaria General d'Investigació Criminal (CGIC) de los Mossos, resumió recientemente la gravedad del fenómeno en el siguiente paradigma: España, y especialmente Catalunya, se ha convertido en un país que exporta marihuana y que importa organizaciones criminales del resto del planeta, explicó. Estas mafias, en competencia interna por el control del territorio, saben que el negocio está en vender la marihuana al resto del continente.

Leyes menos severas

Para Endesa, una causa fundamental del problema que sufre Catalunya, y que tiene graves consecuencias sobre la seguridad, la salud y la economía, es un marco legal más laxo que en el resto de países europeos. Más indulgente no solo en las penas que reciben los traficantes por producir y vender marihuana –considerada una droga blanda a pesar de que cada vez se detectan concentraciones de THC, su principio activo, más peligrosas para la salud–, sino también por el fraude de electricidad. En el resto del continente, defraudar electricidad es un delito asociado a penas de prisión. En países como Portugal, Francia o Italia, las respectivas legislaciones contemplan penas severas por este delito.

Fraude eléctrico

El fraude eléctrico vinculado a la producción de marihuana que ha detectado en España la compañía Endesa a lo largo de 2022 equivale al consumo anual de una ciudad como Sevilla. Y el 80% de todo ese fraude se lleva a cabo en Catalunya, el territorio más afectado por el boom cannábico, y cuya expansión iniciada en 2015 comenzó a crecer "exponencialmente" a partir de 2018, según datos de la citada compañía eléctrica.

En 2018, el fraude eléctrico en Catalunya se comparaba con el consumo anual de una ciudad como Girona. Actualmente para completar ese símil debe añadirse a Girona también las ciudades de Lleida, Tarragona y Sabadell. En Catalunya, las plantas de marihuana que crecen clandestinamente en cultivos 'indoor' reclaman tanta electricidad como casi 600.000 habitantes. 

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