SUCESOS

Capturado en Madrid el capo de la violenta banda 'Los Miami'

Peña Enano, detenido.

Peña Enano, detenido.

EL PERIÓDICO
MADRID

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Juan Carlos Peña Enano, el capo de la banda Los Miami, uno de los fugitivos más buscados desde que en el 2005 huyera cuando comenzaban a juzgarle por tráfico de drogas, de 43 años y con una pierna menos debido a un tiroteo en el que intentaron asesinarle, se subió ayer junto a su hermano a una furgoneta y salió del chalet de Navacerrada (Madrid) en el que vivía de incógnito. Peña Enano es un tipo precavido: consciente de los esfuerzos de la policía por arrestarle, y de lo complicado que para él era pasar inadvertido debido a la ausencia de su extremidad izquierda, apenas salía de casa. Cuando lo hizo, por la mañana, había un dispositivo esperándole: el jefe de Los Miami, el clan que comenzó a finales de los noventa volcado en el cobro de deudas, los ajustes de cuentas, las palizas y las extorsiones, y luego saltó al narcotráfico, fue detenido por agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

La carrera delictiva de Peña Enano comenzó a decaer a finales del 2004, cuando los agentes se incautaron en Mazarrón (Murcia) de un contenedor con 70 kilos de clorhidrato de cocaína. El cargamento tenía una pureza del 80% y había salido de Colombia. La banda que transportaba la droga se valía de la infraestructura de una empresa de la localidad para introducirla en España, y todo estaba personalmente dirigido por el ahora detenido, quien incluso, presuntamente, se había desplazado al país sudamericano para llevar a cabo los contactos. El asunto iba a dirimirse en el juicio, que comenzó el 4 de abril del 2005 en la Audiencia Nacional, pero entonces Peña Enano, procesado junto a una veintena de personas, se esfumó. Parece que marchó a Brasil.

TIROTEO EN EL SEMÁFORO / Por aquel entonces, el capo de Los Miami ya había perdido su pierna. El 30 de noviembre del 2004, a eso de las dos de la tarde, un semáforo del acomodado barrio madrileño de Chamartín se puso en rojo y Peña Enano detuvo su Porsche Carrera negro. Un hombre se acercó a la ventanilla del conductor y lo acribilló. Aunque el capo recibió varios balazos, logró salir de su lujoso vehículo, montar en otro y escapar. Había salvado la vida por poco, muy poco, pero se quedó sin extremidad izquierda.

Ahora queda por ver qué impacto tendrá su arresto en la intensa actividad criminal de Los Miami. Probablemente sea escaso. Han pasado muchas cosas desde aquellos incipientes años en los que los miembros de la banda traían a España coches deportivos desde Florida y llevaban cazadoras en cuyas solapas podía leerse la inscripción Miami: detenciones, cambios de jefes, incautaciones de alijos, varios homicidios en Madrid en los que pueden estar relacionados... La policía lleva tratando de desarticular por completo al grupo desde los 90, pero Los Miami, a quienes en los últimos tiempos se les ha vinculado con asuntos turbios de personajes del mundo del corazón, no acaban de desaparecer nunca. A ojos de los agentes, la banda es ahora mismo, más que ninguna otra cosa, una marca.

EL ASESINATO DEL ABOGADO / Una marca delictiva que también tiene a su servicio, como en tantas ficciones del género negro, un abogado de pocos escrúpulos cuya vida acabó con balas en el cuerpo. Se llamaba Rafael Gutiérrez. En el 2001, estuvo encarcelado en Suiza, junto a la mujer del propio Peña Enano, por blanquear dinero del narcotráfico: ambos habían sido detenidos con 170 millones de pesetas (algo más de un millón de euros) recién retirados de un banco de Lugano. El abogado se encargó después de defender a algunos de Los Miami que habían sido detenidos y no huyeron tras el hallazgo de los 70 kilos de clorhidrato de cocaína en Mazarrón, pero el 27 de octubre del 2005, muy cerca del parque del Retiro, murió al recibir dos balazos, uno en la cara y otro en el pecho. El procedimiento fue similar al que había sufrido poco antes el ahora detenido Peña Enano: un pistolero se acercó a la ventanilla del coche y disparó.