Ernest Maragall afirma que solo se votará a sí mismo en el pleno que decidirá la alcaldía

Tras unos días 'olvidado' por sus rivales, Ernest Maragall ha sido objeto de críticas de sus adversarios, sobre todo, desde el PSC, su expartido. Y el cambio de tendencia fue casi celebrado por el republicano que explicó estas críticas "por el nerviosismo" que él detecta en la candidatura de Jaume Collboni ante el progresivo "escoramiento de su partido hacia posiciones conservadoras". "El PSC es hoy un partido de derechas que compite con Ciudadanos y el PP", ha sentenciado el alcaldable. Y en referencia a la propuesta del alcaldable socialista de crear una oficina anti-ocupaciones, cree que compra, incluso el marco "de la extrema-derecha".

En cuanto a los pactos electorales, como viene siendo norma, Maragall rehuyó la cuestión argumentando que esa cuestión debe abordarse con los resultados encima de la mesa. "La ciudadanía nos pondrá a cada uno en su sitio", aseveró. Con todo sí aseguró que "Maragall solo votará a Maragall como alcalde", en el pleno municipal de constitución del consistorio y en el que se decidirá quién será el alcalde de la capital catalana.

En menos de 12 horas, el republicano fue rebatido por el exalcalde Jordi Hereu, quien le afeó haber "renegado " de su pasado, en referencia a la militancia del hoy alcaldable de ERC hasta 2014 en las filas del PSC, y por el propio Collboni, que aseguró que Maragall alcalde estaría a las órdenes del 'president' Pere Aragonès. "El único cambio posible es el del liderazgo republicano", respondió Maragall quien se presentó "como el candidato más libre. Represento orgullosamente a ERC, pero seré un alcalde con plena libertad y exigente con la Generalitat. Pere Aragonès es consciente de ello". Y devolvió la pelota al tejado de su adversario socialista: "Pero no será una exigencia para sacudirse responsabilidades como ha hecho y hace el gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni".

Rivalidad personal

También tuvo palabras para Xavier Trias, del que destacó que "todavía no le he escuchado una propuesta, solo atizar la rivalidad personal con Ada Colau", exhibir "su negacionismo climático" y proponer, de manera frívola, la celebración de unos Juegos Olímpicos de verano en Barcelona. Sobre esa posible candidatura olímpica, Maragall no cerró ninguna puerta, "si se realiza en su debido tiempo y se examina" su viabilidad", dijo.

Las palabras de Maragall tuvieron lugar en el acto de apoyo al colectivo LGTBIQ+, en el parque de la Ciutadella, delante de la glorieta donde, en 1991, fue asesinada brutalmente Sonia Rescalvo, en una agresión transfóbica protagonizada por neo-nazis. El republicano planteó erigir Barcelona como "asilo mundial y refugio para víctimas de la violencia LGTBIQ+fóbica".

Por la tarde, Maragall, acompañado por el 'president' Pere Aragonès, se pasearon por las calles de la Barceloneta, barrio donde no solo venció hace cuatro años, sino que cuenta con la sección censal (la 39) donde ERC obtuvo el mayor porcentaje de voto, en aquella ocasión. Nada menos que un 40,7%. Para los curiosos, la sección censal némesis para los republicanos fue la 54, en Les Tres Torres, con apenas un 5,3%.

Barrio gentrificado

La Barceloneta, barrio de pescadores, de trabajadores y de turistas ha sido, ya desde los tiempos de Jordi Hereu, fuente de conflicto para los sucesivos gobiernos municipales. La gentrificación, es decir la expulsión de los residentes por la subida de las viviendas, para que otros (extranjeros, principalmente) puedan costárselos es un caballo recurrente de batalla. Un barrio trabajador, feudo de un partido de izquierdas, señalan orgullos los republicanos que añaden "no todo es Nou Barris". El feudo del PSC.

Y ante la audiencia del barrio, el 'president' subrayó los ejes de su Govern en especial los más izquierdosos e independentistas. Aragonès prometió trabajar codo con codo con Maragall, si es elegido alcalde y recordó que el "Govern republicano ha dado los primeros pasos para expropiar los pisos vacíos de los grandes tenedores e impulsaremos la reindustrialización de Catalunya". Y añadió como éxitos de su Executiu "la defensa del catalán y la voluntad de celebrar un referéndum de autodeterminación".

Maragall prometió dedicar el Moll de la Fusta para uso vecinal y rehabilitar las fachadas de los edificios del barrio. Y sobre todo, paliar los estragos del turismo y la gentrificación. Y anticipándose a lo que pueda pasar advirtió que "hay que saber gestionar la Copa América de vela, no puede convertirse en otra plaga para el barrio".

Y en tierra sensible al asunto, Maragall volvió a referirse a Collboni: "Su programa es solo 'turismo, turismo, turismo'. No es extraño que Trias diga que se pude entender con él".