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Ernest Maragall afirma que el PSC "no es ni catalanista, ni socialista"

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Traza una trinchera entre el partido de su hermano Pasqual y el de Salvador Illa, que es solo "dogmatismo y márqueting político"

Acto de inicio de campaña de Ernest Maragall, candidato de ERC

Acto de inicio de campaña de Ernest Maragall, candidato de ERC / BERNAT VILARÓ / ACN

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Parece que lo que echaba de menos la lluvia en Catalunya eran unas elecciones. Y en este primer día de campaña electoral pasado por agua, que ya hizo mella en la garganta de Ernest Maragall, si cabe hacer un primer balance es que los republicanos han salido a morder, o si se prefiere el término deportivo, a presionar en toda la pista. Si en el estreno, el jueves, Oriol Junqueras, medio saliéndose de guion (que preveía un cerco a los socialistas) arremetió con toda la dureza contra Junts, con brusquedad contra el PSC y con mirada crítrca a Colau.

Este viernes, por la mañana, la que recibió con dureza, por parte de Maragall, fue la alcaldesa. Y por la tarde, también de la mano del alcaldable, el objetivo de los ataques sin cuartel fue el PSC. Que los socialistas catalanes presuman como propia de la ciudad que erigió el hermano del candidato, Pasqual, enerva a Maragall. Sin entrar en distopias irresolubles, parece factible pensar que Pasqual Maragall, el que popularizó el término 'federalismo asimétrico', acuñado por Ferran Requejo, no se sentiría a sus anchas en este PSC.

De hecho su hermano, el alcaldable, abandonó rompió el carnet, de manera metafórica (otras lo hicieron literalmente) cuando el PSC abandono la defensa del derecho de autodeterminación.

Votantes de Nou Barris

"Yo pediría a los votantes del PSC en Nou Barris", dijo el 'exconseller' en la biblioteca de Vilapicina , "que no les voten más, porque el PSC ya no es socialista, ni catalanista, solo dogmatismo y márqueting político", soltó. "El PSC de mi hermano era catalanista, con vocación transformadora en la creencia de que la construcción de ciudad ayuda a equilibrar las desigualdades", añadió, cavando una profunda fosa de separación entre el PSC del siglo XX y el del XXI, el actual.

Como los golpes a los rivales parece que van de dos en dos, en esta campaña, Colau, que ya había recibido por la mañana aun a cuenta del "pacto de la vergüenza con Jaume Collboni y Manuel Valls" (en la relación republicana de qué ocurrió entre mayo y junio de 2019 en Barcelona), la alcaldesa hizo doblete de dardos por la tarde.

Indecencia y mal menor

La aprobación en consejo de gobierno, en el primer día de campaña, de tres ejes verdes más , cuando este es uno de los puntos de mayor fricción que general la actualidad municipal, fue valorada por Maragall como "indecente. Puro partidismo institucional. Un ayuntamiento al servicio de un partido". Y dirigiéndose a la propia Colau, añadió "que no todo vale para ser alcalde".

El otro cabeza de cartel del mitin, el líder republicano en el Congreso y alcaldable en Santa Coloma de Gramenet, Gabriel Rufián, aseveró que ERC "dice poco que le robaron una victoria", en referencia al papel de Valls. Y sentenció: "Ada Colau levantó mucha esperanza en mucha gente. Qué triste haberse convertido al final con ser el mal menor del 'régimen del 78'.