Elecciones municipales

El 'efecto Trias' fuerza a ERC a rediseñar su lista electoral en Barcelona

Los republicanos tratarán de cerrar la semana que viene el 'fichaje' de una número dos de Maragall "independiente y potente"

Ernest Maragall en la reunión de las juventudes de ERC en Barcelona.

Ernest Maragall en la reunión de las juventudes de ERC en Barcelona. / Sílvia Jardí / ACN

Xabi Barrena

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"[Xavier] Trias nos ha hecho un roto". Este es el análisis que un destacado miembro de ERC hace de la presentación del posconvergente como candidato de Junts a la alcaldía de Barcelona y el eco que ha tenido en las encuestas. Según las voces del partido consultadas, sin embargo, la dimensión del roto es más o menos aparatosa, pero casi todas coinciden en que ha forzado a los republicanos a rediseñar su lista electoral. Todo ello en un contexto en el que aún quedaba por validar quién será la número dos de Ernest Maragall.

Porque si una cosa parece segura es que la segunda parte del ‘ticket’ electoral de ERC será una mujer. "La irrupción de Trias tampoco ha cambiado tanto el perfil que se busca para ese número dos. Desde hace un poco más de un año, el propio Maragall es consciente de que el partido no puede optar a la alcaldía mostrando solo a un candidato que tiene 80 años [cumplidos el pasado 5 de enero] y que, por el contrario, debe ser más una candidatura coral", apuntan.

Con todo, sea por Trias o sea por lentitud de la formación, queda por dilucidar quién será esa número dos. El partido se halla en vías de cerrar el 'fichaje' de una independiente de perfil "potente", describen fuentes republicanas. Las probabilidades son muy altas, según las mismas fuentes, que señalan la próxima semana como clave para el desenlace. A la espera de la 'mirlo blanco', dos nombres optaban al puesto. La concejal Elisenda Alamany y la delegada del Govern en Madrid, Ester Capella. La primera proviene de los Comuns, donde fue diputada y portavoz del grupo parlamentario entre 2018 y 2019. Un pasado que, a pesar de ser ideal para una táctica contra la alcaldesa Ada Colau del tipo ‘no hay peor cuña que la de la misma madera’, no ha sido, paradójicamente, explotado por los republicanos. Alamany es un verso suelto, que trató de hacer su propia comunicación como concejala a través de las redes sociales.

Capella es más un todoterreno. Concejal en Barcelona, diputada y senadora en Madrid, 'consellera' de Justícia y, ahora, delegada de la Generalitat en la capital de España, justo en un periodo en que las relaciones entre Gobierno y Govern han sido más ajetreadas. Ambas son "personas de confianza" de la dirección, según varias fuentes del partido, y se cuenta con ellas para los puestos altos de la lista que, reiteran, se quiere coral alrededor de Maragall. Aunque una de ellas desliza que "Alamany ya fue número dos y lo lógico es que solo la pudiera desplazar una candidata independiente más potente". Es decir, no es lo mismo poner que quitar. “Nada está decidido”, apunta una voz de la dirección.

Es quizá en la confección de la lista, y en esos primeros 15 nombres (los partidos siempre pecan de optimismo) donde el 'efecto Trias' se deja sentir. “El partido se ha dormido en los laureles”, pondera una voz que recuerda que ya en la noche electoral de las elecciones del 2019 hubo cierta “falta de reflejos” para coger el teléfono y hablar con Colau para empezar a pactar un gobierno municipal entre las dos primeras fuerzas en las urnas. La culminación fue que por primera vez, desde 1979, la fuerza más votada (ERC, por 5.000 votos) no obtuvo la alcaldía.

La secuela de 2019

“Y ahora se ha vuelto a reaccionar de manera lenta. Hace un mes que Trias se postuló y otro desde que se sabía que lo iba a hacer”, considera un buen conocedor del mundo municipal. “Hay que hacer una lista para gobernar". "Con el retorno de Trias puede haber voto que en el 2019 fue para ERC, pero que en las generales y catalanas son para Junts, que ahora quieran volver a 'casa'", indica una voz del partido. Los retoques de la lista pasan, pues, por reforzar, por un lado, el flanco más independentista, el de Junts. Siempre tomando en cuenta que el propio Trias no es Laura Borràs. Es más, trata de separarse de ese independentismo más alejado del centro. "Es verdad que las encuestas perciben una tendencia en favor de Trias, pero no veo cómo Junts puede duplicar escaños. La política tiene más de ciencia que de magia", afirma un republicano de la órbita municipal. 

Blindaje de Colau

Esta voz realiza, además, otra lectura de los datos. “otro problema que nos plantea la presencia de Trias es que al polarizar los comicios lo que hace es blindar a Colau y atraer hacia ella aquel electorado fronterizo con ERC que no le gusta lo que está haciendo la alcaldesa, pero que ve con horror la vuelta de un candidato sin modelo de ciudad conocido, más allá de la barra libre turística”. "Hay un pacto entre Colau y Trias para polarizar la campaña. Trias revitaliza a Colau y convierte lo que era una batalla por el tercer puesto entre Comuns y Junts en una carrera a cuatro por la victoria", señala un republicano. Y ahí está la otra frontera a reforzar en las listas, la que separa a ERC de Colau.

“Lo que los sondeos recogen, sobre todo, es un deseo enorme de cambio político en Barcelona. Y que hay un 30% de indecisos. Es muy posible que el ‘momentum’ de Trias le haya llegado demasiado pronto”, apunta otra voz, en este caso, más cercano a la dirección nacional del partido.

La clave, según leen los republicanos, es que, al inicio de la campaña Maragall esté por encima del posconvergente. “En 2019 logramos ser el voto útil del independentismo. Y eso es importante también en 2023, por más que ahora esa etiqueta cotice a la baja, si comparamos con hace cuatro años.

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