Elecciones municipales 2023

Pere Aragonès pide que Barcelona no se rinda a la "resurrección de Convergència"

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Ernest Maragall: "Trias ya ha decidido entregar la ciudad al socialismo conservador español"

El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, con el alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall

El 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, con el alcaldable de ERC en Barcelona, Ernest Maragall / MARC PUIG / ERC

Sara González

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Desde el Eixample, desde el distrito que puede marcar una victoria o una derrota por su peso poblacional, el 'president' de la Generalitat y también coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, ha sacado toda la artillería para intentar propulsar a un Ernest Maragall que flaquea en las encuestas. Y lo ha hecho poniendo el foco especialmente en Junts y su candidato, Xavier Trias. "El gobierno de Barcelona no puede ser una pieza más de intentar resucitar una antigua Convergència con cambio de nombres cuyo proyecto del pasado no sirvió para hacer avanzar al país", ha espetado.

Si habla de "una pieza más" es porque considera que hay otras, una velada referencia a la Diputación de Barcelona, donde el pacto entre socialistas y posconvergentes escoció especialmente a los republicanos y que se ha demostrado robusto durante este mandato. El alcaldable republicano, Ernest Maragall, ha remado en el mismo sentido agitando el fantasma de una "sociovergencia" que busca abrirse paso para devolver al poder "a los de siempre" y que, en palabras de la número dos de la candidatura, Elisenda Alamany, lo único que pretenden es "vender Barcelona al mejor postor". "El señor Trias ya ha decidido entregar la ciudad al socialismo conservador español, a Sánchez y a la presidenta de la Diputación, Núria Marín", ha advertido el cabeza de lista republicano, que ha llamado a "rebelarse" contra ello apoyando a ERC.

Casi de forma simultánea, desde l'Hospitalet de Llobregat, ciudad donde gobierna con mayoría absoluta Marín, el líder del partido, Oriol Junqueras, y el candidato en Santa Coloma, Gabriel Rufián, cargaban contra los socialistas, a quienes acusan de instaurar un "régimen" que "secuestra" ciudades metropolitanas. "Tienen miedo de que la gente se libere de su corrupción", ha sentenciado Junqueras. Forma parte de los objetivos de ERC erosionar al PSC en su principal vivero de votos.

Gobernar en los dos balcones de Sant Jaume

Pero la catapulta que necesita ERC para aspirar al podio en Barcelona es tan grande, que el partido dispara a banda y banda y se vuelca también en el cuerpo a cuerpo con los Comuns y con el PSC. Aragonès ha advertido de que el gobierno de Barcelona, como el de la Generalitat, tampoco puede ser "ni una sucursal de Madrid ni una sucursal de los mercados", sino que el objetivo tiene que ser "devolver la soberanía a los ciudadanos". Algo que, bajo su juicio, es más fácil si en los dos balcones de la plaza Sant Jaume gobiernan los republicanos con una alianza y un proyecto "compartido".

El 'president' ha despachado también contra Comuns y socialistas especialmente por dos cuestiones: el acceso a la vivienda y Rodalies, que ha definido como los dos principales problemas que padecen los barceloneses. Sobre la primera de las cuestiones, ha sacado pecho de las 10.000 viviendas sociales que ha prometido el Govern impulsar este año, de haber abierto la vía de la expropiación de pisos de grandes tenedores y de haber elaborado la ley de regulación de alquileres que ahora el Gobierno de Pedro Sánchez "ha copiado". Para Aragonès, las "buenas intenciones" de Colau no se han plasmado en cambios en esta materia.

"Es el riesgo cuando se llega a la alcaldía traicionando tus propios principios y desmintiendo lo que habías dicho en campaña de la mano de los que tenían como único objetivo impedir un alcalde independentista. Así, las cosas solo te pueden ir mal", ha reprochado a la líder de los Comuns recordando cómo arrebató la alcaldía a Maragall hace cuatro años. Y sobre Rodalies, un gran 'hit' en esta campaña para los republicanos a partir de la avería de la R2 en Gavà, ha definido la Generalitat como la administración "de los trenes que funcionan" mientras que los socialistas son "el partido de Renfe y de los trenes que van tarde y con incidencias". Las responsabilidades del caos en la red ferroviaria catalana, ha señalado, tienen "nombres y apellidos" en las filas del PSC. 

En el mitin de tarde, en el distrito de Gràcia y centrado en la diversidad, han engrosado la lista de reproches tanto a Comuns como a socialistas a cuenta de la ley de extranjería. "Nadie que se considere progresista puede votar a Colau mientras no cierren los CIE", ha espetado un Maragall con afonía que ha criticado el partido de la alcaldesa por no batallar más por los derechos de las personas migradas pese a formar parte del Gobierno de Pedro Sánchez. La ley de extranjería, ha proseguido, "sigue condenando a la irregularidad" a miles de personas ante la pasividad del PSOE.

El buque insignia del Eixample

El Eixample es buque insignia para ERC y un territorio donde se disputa el voto soberanista. Los republicanos ganaron aquí hace cuatro años y los Comuns han puesto este mandato todo su empeño en volverlo a teñir de morado como en 2015. Sin embargo, cualquier partido con aspiraciones de ganar está obligado a ser competitivo en el distrito donde está en juego el voto de 270.000 vecinos. "Somos el voto útil independentista, nosotros no escondemos las siglas", ha reivindicado la 'consellera' de la Presidència, Laura Vilagrà, buscando disuadir en este enclave el voto a Junts.

La concejal Eva Baró ha recitado el memorial de agravios que acumula un distrito convertido en un "laberinto" bajo el bipartito de Comuns y el PSC: desde las licencias de pisos turísticos, con el bloque de la calle Tarragona como paradigma, a la gentrificación que provoca que "el 40%" de los vecinos tengan que irse a otras zonas de la ciudad porque no pueden hacer frente al coste de la vivienda. También los siete años que lleva esperando la Escola Entença para tener una ubicación definitiva, el "culebrón" de la losa de la ronda de Sant Antoni o los problemas de ruido y de descanso de los vecinos en la calle Enric Granados. "Este ciclo está agotado", concluye ERC.