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MAPA | Aquí se la juega ERC en las elecciones municipales en Catalunya

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Los republicanos esperan un crecimiento de su voto homogéneo en todo el territorio

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Xabi Barrena

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Cuando Oriol Junqueras se hizo con las riendas de ERC, allá por 2011, tenía en mente la conversión del partido republicano en una fuerza hegemónica. La hegemonía consta de varias raíces y, de entre ellas, la territorial es, quizá, la más importante. ERC ganó en votos y ediles los comicios de 2019, anticipando, de algún modo, la victoria en el frente independentista de 2021 que a la postre le abrió las puertas del Palau de la Generalitat. Transcurridos cuatro años, ERC se enfrenta ahora con la revalida. Con la misma fortaleza y debilidad. De los tres grandes partidos catalanes, junto con PSC y Junts, es la fuerza republicana la que más homogéneamente está presente en todo el territorio, tanto en la región metropolitana como en el 'rere-país'. Y yace, también, su debilidad. Un discurso que sirva para toda Catalunya a la vez supone un techo en cada una de las dos subpartes.

En esencia, el esquema es el mismo que en 2019 y 2015. Junts contra ERC en el 'rere-país'; PSC contra ERC en lo metropolitano. Solo varía el progresivo crecimiento de los republicanos que ya se atreven a decir en voz alta que van camino de romper la hegemonía socialista en el entorno de Barcelona. Aunque no será, ciertamente, en estas elecciones.

Sin tono plebiscitario

Vayan por delante unas consideraciones generales. Primero, que una victoria en las municipales, se cree en la sede de la calle de Calàbria, blinda definitivamente a Pere Aragonès en el Palau de la Generalitat hasta agotar la legislatura. SI ERC vence "se transmitirá una imagen de partido fuerte", apunta una voz del partido. Para alivio republicano, además, no se percibe que estas elecciones del 28 de mayo vayan a tener una componente plebiscitaria contra el Executiu de Aragonès.

Segundo, que Aragonès no arrastra masas, pero Junqueras sí, Y en esta primera campaña con la libertad de movimientos plenamente recuperada, tras sus años en la cárcel, el presidente del partido recorrerá todo el país. La mayor parte de las veces fuera de los focos.

Tercero, que ERC espera empezar a `poner tierra de por medio entre ellos y Junts. La fragmentación interna de los posconvergentes y, en el fondo, no tener un banderín de enganche, más allá del 'mandato del 1-O', junto a su salida del Govern convierten estas elecciones en campo propicio para el despegue, según creen en la sede de la calle de Calàbria.

Las capitales de provincia

Dejando Barcelona a un lado, ERC tiene la alcaldía de Lleida, de Tarragona y está en el gobierno municipal de Girona. La de Tarragona será una batalla sin cuartel con los socialistas, que son los que vencieron en votos, en 2019. Ahora se aspira al 'sorpasso' en votos y, por supuesto, a la suma de fuerzas que les dé de nuevo la alcaldía. Más allá de la capital, hay muchas esperanzas depositadas en Noemí Llauradó en Reus y en Joan Reig, en Constantí. Las Terres de l'Ebre volverán a ser republicanas, algo que ya se ha convertido en norma desde que la polémica sobre el trasvase del Ebro, en la época Aznar, subvirtió el orden establecido en esas comarcas.

En cuanto a Lleida, "tras unas malas encuestas hace un año, estamos en remontada", admite el partido que lo fía todo a cómo transcurra las dos semanas de campaña electoral.

Mismo candidato

En Girona, capital del puigdemontismo, ERC repite por primera vez candidato a la alcaldía desde 1979, Quim Ayats. En la actualidad gobiernan la ciudad de la mano de Junts, que les duplica en votos. Si se produce un descenso posconvergente, señala una voz republicana, cabe no descartar un remedo de lo sucedido en 2019 en Sant Cugat. Es decir, victoria clara de Junts, pero insuficiente para frenar el 'todos con ellos'.

En el otro gran partido, el metropolitano, ERC confía en un gran crecimiento de votos que, si bien no proporcione aun ninguna alcaldía o, siquiera, entrada en el gobierno municipal de los principales feudos socialistas, si despejen toda duda de que el referente independentista en la región es única y exclusivamente ERC.

Para ello el partido se ha dotado de una especie de candidato metropolitano, Gabriel Rufián, a quien se le ha encomendado mucho más que plantar cara a ria Parlon en Santa Coloma. En Cornellà y L'Hospitalet, ERC aspira a desgastar unas alcaldías socialistas que el propio Rufián tildó de 'régimen', por lo imperecedero En Badalona, donde todo el mundo está pendiente de si Xavier Gar

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