'Kick-ass' desmonta el mito de los superhéroes con humor y violencia

Hace años que las historias de superhéroes han dejado de pertenecer exclusivamente al terreno de la épica. De hecho, desde los años 60, los relatos de mutantes, individuos con superpoderes y justicieros enmascarados se han caracterizado antes por los problemas de identidad de los protagonistas que por la cantidad de villanos que vencían.Watchmen oLos increíbles, la espléndida película de la factoría Pixar sobre una familia con poderes, son buenos ejemplos. Ahora se les sumaKick-Ass. Listo para machacar, que medio en serio medio en broma reflexiona, con soberanas dosis de violencia y humor, sobre la condición más doméstica del superhéroe.

Ben Stiller protagonizó en 1999Mystery men(Hombres misteriosos), un curioso filme centrado en las ridículas peripecias de tres individuos frustrados con su vida normal que por la noche, ataviados con trajes extravagantes, se convertían en Míster Furioso, El Raja Azul y El Zapador. El protagonista deKick-Asspodría haberse inspirado en ellos, aunque es más joven y sus problemas son distintos: estudiar, conectarse con sus amigos por internet o intimar en vano con las chicas del instituto. De hecho, el mayor poder que tiene Dave (Aaron Johnson) es el de parecer invisible a ojos de todas las chicas de su clase: nadie se fija en él y decide poner punto y final a ese triste anonimato diseñando su propio traje de superhéroe y convirtiéndose en defensor de las calles de Nueva York.

El punto de partida es intercambiable con el de cualquier historiaverdadera de superhéroes, y de hecho el inexperto Dave acaba lidiando con dos justicieros bien equipados y bien dotados para la acción, la extraña pareja que forman Big Papi (Nicolas Cage) y Hit Girl (Chloë Grace Moretz). Pero las características del personaje central, lo descerebrado de las situaciones y su chillona equipación comprada por internet conviertenKick-Assen el reverso cómico y adolescente deBatman,X-Men oSuperman.

'SEXO EN NUEVA YORK 2' / Esa patina distendida esconde, con todo, una liviana reflexión sobre los mecanismos de este tipo de relatos y las decisiones que pueden llevar al común de los mortales a acariciar la idea de convertirse en un superhéroe. No en vanoKick-Assadapta el cómic homónimo escrito por el infatigable Mark Millar, el guionista que ha renovado el género en los últimos años con creaciones comoThe ultimates.

Kick-Ass compite en los estrenos de este fin de semana con Sexo en Nueva York 2. Ambas son apuestas seguras. Los superhéroes, aunque sean en broma, están de moda, así como las correrías sentimentales de las cuatro protagonistas de la exitosa serie de televisión. Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis y Cynthia Nixon siguen dando vida a las cuatro urbanitas neoyorquinas, que en esta ocasión afrontan problemas bien distintos después de soportar los rigores del matrimonio o la maternidad.

Son los dos platos fuertes de la cartelera, para qué nos vamos a engañar, pero no los únicos títulos de interés. Ahí estánMamut, la nueva película del otrora más incordiante cineasta sueco Lukas Moodysson (Fucking amal), en la que muestra el desamparo de una joven pareja bien instalada económicamente (Gael García Bernal y Michelle Williams) y analiza las relaciones entre padres e hijos pequeños; oThe good heart, una extraña combinación de drama y comedia negra en torno a la relación entre un suicida frustrado (Paul Dano) y el iracundo propietario de un bar (Brian Cox).

OTROS ESTRENOS / El resto de estrenos configuran un mapa diverso. En Els passos perduts, Jordi Cadena recupera una película experimental suya de los 70 y le da una nueva orientación. Estación del olvido, de Christian Molina y Sandra Serna, narra la relación entre un joven y un anciano que se conocen en el geriátrico donde el segundo está ingresado y el primero cumple su condena de trabajos sociales. El poder de la palabra es un documental en torno a la toma de conciencia social de un grupo de vendedores ambulantes chilenos. Otro documental, La última cima, de Juan Manuel Cotelo, se centra en la vida de un sacerdote que decidió morir en la cima de una montaña. Y en las antípodas de todo ello aparece La última canción, el nuevo intento de Miley Cyrus (Hannah Montana), aquí en plan rebelde adolescente, por coronarse en otra cima, la de las estrellas teen por excelencia.