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'Sexo en Nueva York', una gran ofensa

Sexo en Nueva York 2 Una gran ofensa_MEDIA_1

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N. S.

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Es difícil que cualquiera que no sea un fan incondicional pueda tolerar esta película. No tiene argumento alguno, ni ingenio o inteligencia, y es un 50% más larga de lo justificable. Ofende a sus espectadores naturales --mujeres heterosexuales y hombres gay¿, retratándolos como seres increíblemente superficiales; ofende a quienes crecieron viendo por la tele a sus protagonistas y les han sido leales; y ofende a los personajes mismos, féminas distintivas con las que la audiencia televisiva podía identificarse. Tras ver esta película, es inconcebible que alguien quiera parecerse a una de ellas. Incluso su creador, Michael Patrick King, parece haber sustituido el cariño por el desprecio, a juzgar por los sádicos primeros planos que dedica al envejecido cuarteto.

También ofende su arrogante retrato de Oriente Próximo. Estas feministas de pacotilla se trasladan a la región y se atreven a juzgar su retrógrada política de género pero ni se molestan en tener una conversación decente con una mujer musulmana, porque están ocupadas tomando cócteles. Asimismo, sus comentarios sobre «esta maldita economía» son insultantes, más que nada porque en ningún momento reconocen que su estilo de vida no solo es inasequible para el 99% de la población sino también obsceno. Verlas paseándose por su desenfrenada opulencia, encantadas de explotar las atenciones materiales que los hombres les dedican, es como ver montañas de carne roja en una parrilla. Esa grasa te acaba matando.