Trump enfrenta sus primeros apuros

Algo está cambiando en la campaña electoral republicana en Estados Unidos. Con solo Donald Trump, Ted Cruz y John Kasich ya en liza, sin los debates como foco de atención informativa y con la estrategia Never Trump (Nunca Trump) concertada y alentada por muchos conservadores para intentar evitar como sea que el magnate inmobiliario sea el candidato para noviembre, quien sigue siendo favorito para lograr esa nominación empieza a enfrentar sus más serios apuros hasta la fecha.

Aunque como desde que lanzó su candidatura en junio no conviene adelantarse a los acontecimientos, la última semana de Trump ha sido posiblemente la peor de su campaña, unos días horribilis a los que las urnas colocadas este martes en Wisconsin podían poner la puntilla, haciendo aún más enrevesada la lucha republicana por la nominación.

Si fuera por lógica, la candidatura de Trump podría haber enfrentado los problemas mucho antes: cuando nada más anunciar sus aspiraciones metió en el saco de violadores y criminales a los inmigrantes mexicanos, más tarde cuando propuso vetar a todos los musulmanes la entrada a Estados Unidos, en las numerosas ocasiones en que ha insultado a las mujeres, cuando se ha enfrentado al Comité Nacional Republicano y a los otros candidatos...

Pero ha sido esta semana "desatrosa", "terrible", "horrorosa" y "atroz" en la que se ha mofado de la esposa de Cruz, ha defendido al jefe de su campaña pese a que esté imputado por agresión a una reportera, se ha ganado críticas a diestro y siniestro por pedir "algún tipo de castigo" para mujeres que se hicieran abortos ilegales y ha roto con décadas de política contra la proliferación nuclear abogando por que se armen Corea del Sur y Japón la que ha empezado a mostrar las grietas en la más inusual de las candidaturas.

LA ALERTA DE LOS SONDEOS

En Wisconsin las encuestas, que predecían una victoria de Cruz, enviaban una señal preocupante para Trump: aunque el apoyo que él recibe no había disminuido en el estado, sí subía el que reciben sus rivales. La imagen de marca de outsider sin pelos en la lengua empieza a hacer aguas ahora que el escrutinio es más enfocado y además la resistencia contra su candidatura dentro de las filas conservadoras es cada vez más efectiva y organizada. 

Aunque incluso si Cruz se llevara los 42 delegados en juego en el estado, seguiría a más de 200 de distancia de Trump. Ese potencial triunfo del senador de Texas demostraría que es capaz de ganar más allá de su estado y en el sistema de caucus que le favorece. Podría complicarse el camino de Trump hacia una nominación, aún no imposible pero sí más difícil. Y cada vez se siente más cercano el fantasma de una convención negociada, en que el candidato podría decidirse tras complejas y previsiblemente caóticas negociaciones y votaciones.