Relato estremecedor

Juan Carlos Iglesias: "Perdimos todos nuestros ahorros y los de nuestros padres" | PODCAST Mesa para dos

El restaurador explica al periodista gastronómico Pau Arenós, en la serie 'Mesa para dos', cómo el covid hundió su negocio familiar (Tickets, Rías de Galicia, Espai Kru, Casa de Tapas Cañota...) y arruinó su salud

Juan Carlos Iglesias, con Pau Arenós durante su charla para la serie 'Mesa para dos'

Juan Carlos Iglesias, con Pau Arenós durante su charla para la serie 'Mesa para dos'

Cata Mayor

Cata Mayor

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La charla que mantiene el restaurador Juan Carlos Iglesias con Pau Arenós durante la nueva entrega de la serie ‘Mesa para dos’ es realmente impactante. De las que sobrecogen. Porque el relato de Juan Carlos Iglesias estremece. El empresario que con sus hermanos, Borja y Pedro, creó varios de los mejores restaurantes de Barcelona de los últimos años (Tickets -ahora es Teatro-, Rías de Galicia, Espai Kru -ahora es Rías Kru-, Casa de Tapas Cañota...), casi muere en la uci víctima de covid y perdió el negocio familiar, ahora en manos de su amigo Manuel Lao (Cirsa), que los mantiene al frente de los locales.

Todo lo que podía ir mal para Juan Carlos Iglesias y los suyos fue muy mal. Peor imposible, en realidad. Las restricciones que obligaban a cerrar sus restaurantes hizo inviable salir adelante con ellos porque tenían que hacer frente a salarios de los trabajadores, alquileres de los locales (300.000 euros) y créditos de los bancos (80.000), impasibles a la tormenta perfecta que se cernió sobre ellos. No quisieron suavizar temporalmente las condiciones de pago de la deuda.

"Te plantas con más de un millón de pérdidas en un año, y eso no lo pudimos afrontar", justifica. Así que tuvieron que presentar un concurso de acreedores. "Perdimos todos nuestros ahorros y los de nuestros padres, que reinvertíamos en la empresa".

"Una lección de vida"

"Cuando le dijimos a nuestro padre que íbamos a perderlo todo pensé que lo íbamos a matar del disgusto a sus 84 años, y lo único que dijo fue: 'Tranquilos, hijos, que he sido pobre un tercio de mi vida y de pobre se sale trabajando, y si yo salí sin saber de hostelería, a vosotros, que sois muy buenos en lo vuestro, os resultará muy fácil, ya volveremos a empezar'". Iglesias se emociona al recordar aquella conversación que fue, para él, "una lección de vida".

Los restaurantes de los Iglesias han reabierto con ellos al frente, pero el dueño es Lao, amigo de la familia desde hace 40 años, cuando frecuentaba sus restaurantes como cliente. Un gesto "absolutamente inusual" que Juan Carlos agradece profundamente porque pueden seguir trabajando en lo que más les gusta (aunque él apenas puede porque está incapacitado).

Solo le duele no poder ayudar a sus hermanos en esta nueva etapa ni seguir en contacto con los clientes y amigos que ha hecho durante tantos años.

"Soy mucho más feliz ahora que antes del covid"

En cambio, tiene el consuelo de haber redescubierto a su familia. Un tesoro que vale más que cualquier otra cosa. "Soy mucho más feliz ahora que antes del covid a pesar de lo extremadamente duro que lo he pasado. Porque he descubierto a mi mujer y a mis hijos -dice entre lágrimas-. Antes, con el trabajo, me pasaban desapercibidos y ahora no me pierdo nada de ellos. Soy feliz con cualquier pequeña cosa que me cuentan. Cuando aparecen por casa me siento el hombre más afortunado y feliz del mundo".

Un maravilloso bálsamo para su covid persistente, con gravísimas secuelas derivadas de aquellas semanas en las que hasta los propios médicos le dieron por "finiquitado". "No daban dos duros por mí", recuerda. La pesadilla comenzó en marzo de 2020, cuando se contagió de coronavirus. Era el inicio de la pandemia, época, como apunta él mismo, en que la mitad de los que entraban en la uci fallecían. "Estuve a punto de morir varias veces, me hicieron dos reanimaciones. Me ha cambiado la vida por completo", resume.

"Quiero una Fanta"

En aquel momento le salvaron, pero nadie creía que saliera de aquello con vida. Así lo explica Iglesias: "Me sedaron y me dejaron en una uci esperando que me muriera". Pero se obró el milagro cuando una de las personas que hacía guardia escuchó decirle "quiero una Fanta". Cuando esta avisó a los médicos, no le creyeron; boca abajo y con la 'traqueo' puesta... Pero sí, lo había dicho, y lo repitió cuando estos se acercaron. Decidieron salvarlo como fuera.

Está vivo, pero el precio que ha pagado es altísimo tras haber sido sometido a dos traqueotomías. "A raíz de eso tuvo siete operaciones de tráquea porque se me cerraba y no podía respirar. También tuve un derrame cerebral, por problemas de circulación he perdido la visión de un ojo completamente y el 70% del otro, me he quedado tocado de los riñones, los pulmones, el corazón...". Y sufre unas pesadillas terribles.

Tras salir de la uci y volver a casa, le derivaron al Hospital de Bellvitge, donde entró en un programa novedoso de atención multidisciplinar en el que varios médicos de diferentes especialidades tratan a pacientes con covid persistente como él y ponen en común su conocimiento para mejorar su salud. "Me ha sacado del hoyo en el que estaba metido". En ese programa ha hecho nuevos amigos, cuyo grupo de Whatsapp se llama Los Chunguitos. Son tan fuertes los lazos de amistad que han creado después de ocho meses de tratamiento que los considera "amigos hasta la muerte".

Dónde ver todos los capítulos de Cata Mayor

Escucha un nuevo episodio cada jueves. Los encontrarás en Spotify y YouTube.

También puedes ver todos los vídeos de Cata mayor aquí.