El Govern exige al Ministerio fusionar los dos índices para doblar la rebaja del alquiler de vivienda en Catalunya

Cinco días después de la entrada en vigor del sistema de referencia de precios del alquiler que establece los límites en el arrendamiento, el Govern ha anunciado que está a punto de enviar un requerimiento al Ministerio de Vivienda para exigirle que Catalunya aplique una combinación del sistema estatal y del índice catalán. Si no lo hace, llevará la pugna a la vía contencioso-administrativa. El argumento principal es que aplicando la fórmula vigente en estos momentos las rentas se reducirían para un 36% de las viviendas, mientras que con el catalán alcanzaría a un 54%, y con la combinación de ambos serían un 57%. En términos económicos, en el primer supuesto los alquileres afectados se reducirían un 3,5% de media, mientras que en el último el recorte alcanzaría el 6,8%.

El Departament de Territori ha analizado 23.000 casos reales, comprobando las rentas actuales y las que ofrecen los dos índices para concluir que en el 80% de casos el índice catalán da precios por debajo del sistema implantado . La 'consellera' Ester Capella cuestiona la metodología del sistema estatal --utiliza datos fiscales de 2022, cifras catastrales y algunos criterios subjetivos--, y ha defendido la validez del propio, que ya se utilizó brevemente hasta ser tumbado por el Tribunal Constitucional. Ha dicho que el "mejor" era el catalán, que "es el que hará bajar de verdad los alquileres". Este se basaba en contratos previos en un radio territorial y contabilizaba metros cuadrados útiles.

Capella ha relatado que el primer paso es el "requerimiento" al Ministerio de crear un sistema híbrido, como contempla la ley 12/2023 con una disposición adicional que alude a la colaboración con las comunidades autónomas, y explícitamente a la "colaboración entre sistemas" cuando las comunidades autónomas han desarrollado sus sistemas de referencia. En claro tono preelectoral, ha amenazado asegurando que se trata del "paso previo a interponer los procesos judiciales pertinentes para que el ministerio aplique la ley tal cual fue aprobada". Y ha insistido en que en enero hubo un compromiso político previo al respecto, que finalmente no se ha llevado a cabo. "Esperamos que Vivienda reconsidere su posición y rectifique", ha dicho.

Fórmula de integración

Los datos del informe especifican que en el caso concreto de las viviendas que están por encima de cada índice, la aplicación del estatal los haría bajar un 6,2%, mientras que la sobreposición de sistemas recortaría los precios un 11,9%. La fórmula híbrida que reclaman y detallan en la carta que se enviará al Ministerio es que cuando el índice catalán se sitúe dentro del rango establecido por el sistema estatal (entre el inferior y el superior) el límite efectivo sea el catalán. Por contra, si el autonómico queda fuera del rango, se aplicaría el límite superior o inferior "en función del valor que esté más próximo al índice autonómico catalán".

Por otra parte, ante las muchas dudas e interpretaciones que plantea la regulación implantada en Catalunya, Territori defiende que introducir su índice permitiría cubrir vacíos que ahora sufre el sistema de referencia estatal, que no ofrece precios para pisos de menos de 30 metros cuadrados, de más de 150 metros, ni para obra nueva.

El Govern no ha pedido medidas cautelares de suspensión del sistema implantado para garantizar que mientras no haya una respuesta del Gobierno (en el plazo de un mes), la ciudadanía ya se pueda beneficiar de los recortes de precios vigentes.

Fuentes de la Conselleria han admitido también que Habitatge no actuará de oficio para comprobar si se producen irregularidades en los nuevos contratos de alquiler, sino que los inquilinos deben denunciar los posibles casos por vía de la Agència Catalana de Consum.

Mantienen también que los titulares de propiedades verticales deben evitar el "fraude" de contabilizar las fincas como una unidad registral (como interpreta el Ministerio a la hora de determinar si son o no grandes tenedores) y realizar su división horizontal, de forma que se contablice cada uno de los pisos y se puedan topar sus arrendamientos.