Informe del Incasòl de abril a junio 2023

Alquileres enloquecidos en Barcelona: menos contratos y 1.123 euros al mes

Sant Andreu y Sant Matrí son los únicos distritos donde los precios de la vivienda bajaron en el segundo trimestre

El tirón de los pisos reformados calienta los alquileres en BCN: tres de cada cuatro a más de 1.500 euros al mes

¿Dónde están los únicos 200 pisos anunciados a menos de mil euros en Barcelona?

Un joven mira las viviendas anunciadas en una inmobiliaria de Barcelona.

Un joven mira las viviendas anunciadas en una inmobiliaria de Barcelona. / Manu Mitru

Patricia Castán

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Quienes alquilaron una vivienda en Barcelona entre abril y junio pasados firmaron un precio medio de 1.123,5 euros, alrededor de un 3% más que en el primer trimestre del año, y un 12,7% más que hace un año, marcando un nuevo récord. La espiral de aumentos parece imparable a tenor de la estadística oficial del Incasòl, basada en las fianzas depositadas y no en los anuncios de los grandes portales. No obstante, estos últimos son un indicador más actualizado de la realidad del mercado inmobiliario, así que la situación posiblemente haya empeorado en las últimas semanas teniendo en cuenta la escazez de vivienda disponible a menos de 1.500 euros al mes, como avanzó este diario la semana pasada. El único signo de contención se aprecia en dos distritos, Sant Andreu y Sant Martí, donde los precios contratados en el segundo trimestre bajaron ligeramente. Las mensualidades medias se ven impulsadas también por el tamaño medio, que pasa a ser de 74 metros cuadrados.

Más preocupante aún es que la cifra de contratos se ha vuelto a reducir, pasando a ser 10.238 en un trimestre, más de un 10% por debajo que hace un año. El dato parece dar la razón a quienes apuntan que a la ley de vivienda y la previsión de implantar el control de precios en Barcelona (entre 140 municipios catalanes) está reduciendo cada vez más el estoc de pisos. Los propietarios no ven incentivo alguno en arrendar en el mercado tradicional de larga duración y se pasan al temporal u optan por vender esas viviendas por miedo a impagos, restricciones y otros riesgos, mientras que casi se ha extinguido la oferta por debajo de mil euros. La solución parece compleja. Para la Generalitat y el Sindicat de Llogateres, la conclusión es que es imprescindible aprobar las limitaciones de las rentas. Para el sector, es que hay que ampliar la oferta pública y estimular el alquiler con medidas fiscales y seguridad jurídica, en el lugar de centrar las políticas de vivienda en responsabilizar a los propietarios.

La 'consellera' de Territori, Ester Capella, ha declarado esta mañana de lunes que es urgente "que se apliquen la ley de vivienda y el índice catalán". Cree que todas las otras políticas en marcha (ayudas al alquiler y promoción directa de obra nueva protegida, entre otras) no son suficientes sin intervenir en el mercado de precios. Ha criticado al Gobierno por no cumplir sus promesas, aunque Catalunya es la única comunidad que de momento se ha postulado para implantar en su territorio la contención de precios de alquiler.

Evolución por zonas

Concretamente, la estadística del Incasòl de la Generalitat recién publicada mantiene (como el anterior trimestre) a siete distritos por encima de los mil euros, cada vez más holgadamente. Y ya son tres (al sumarse Les Corts al Eixample y Sarrià-Sant Gervasi) donde la media de precios supera los 1.200. En la zona alta ha repuntado hasta 1.553,6 euros de media. Al otro extremo, como es habitual, se sitúa Nou Barris, a 796 euros, y acercándose ya a la barrera oficial de 800 que toda Barcelona cruzó hace mucho tiempo.

Y es que cabe recordar que estos datos son los que trascienden al ingresar las fianzas tras el contrato. Pero todavía hay muchos contratos que se mantienen en el ámbito privado y escapan a la media y al control de Hacienda. Otro elemento que demuestra que la realidad del mercado puede superar la de la estadística es que estos contratos en muchos casos son renovaciones, que suelen ser más moderadas. En cambio, las subidas más contundentes se dan cuando un inquilino se va y el piso entra en el mercado en busca de nuevo ocupante. Es justo lo que pretende evitar la limitación de precios, reivindicada por entidades y activistas de la vivienda, aunque el sector inmobiliario atribuye a su implantación la "espantada" de propietarios dispuestos a alquilar.

El precio medio del metro cuadrado se ha situado 15,92 euros en la capital catalana, aunque en las últimas semanas los anuncios de pisos superan los 20 euros en la mayoría de zonas. Solo Nou Barris y Sant Andreu están por debajo de los 14. Hay que destacar que el tamaño medio es de 74 metros cuadrados, dos más que a principios de año, impulsado por el aumento de dimensiones en las zonas más cotizadas, aunque en el resto sigue siendo similar.

Cabe recordar que 2022 se cerró a un precio medio de 1.026 euros, aunque en continua alza, de modo que la media del primer trimestre de este año en Barcelona ya fue de 1.087 euros. El pico más bajo del histórico de la última década fue de 681 euros en 2013. Es decir, en 10 años el aumento ha sido del 62,1%, aunque hay que tener en cuenta que previamente desde el 2008 habían bajado casi un 20% en cinco años.

Desde la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona, su gerente Òscar Gorgues insiste en que el incremento de los precios se basa en una demanda mucho más fuerte que la actual oferta, situación que no mejorará si se aplica el índice, opina, como el resto del sector. Pero defiende que otra razón del aumento es la desaparición del mercado de las viviendas más económicas y en zonas menos cotizadas, ya sus perfiles de inquilino son más vulnerables y con "más riesgo de impago". Por contra, se fortalece la franja de pisos que apunta a un arrendatario "con más ingresos y solvencia". Propietarios e inversores apuestan por ese público objetivo, que no tiene problemas para asumir las rentas y sigue siendo abundante en Barcelona, ofreciendo pisos "reformados, cualitativamente mejores" y por tanto más caros.

Para el Sindicat de Llogateres, los precios deben frenarse con el índice que los regule, y reclaman al Gobierno que desbloquee el caso catalán. Opinan que la causa de la falta de estoc es el desvío de la oferta al arrendamiento de temporada y alertan del fraude que este supone cuando se trata de residencias permanentes renovadas consecutivamente para burlar la LAU.