Cinco semanas para el 28-M

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Cocina Municipales: Daniel Sirera y Manuel Valls

Cocina Municipales: Daniel Sirera y Manuel Valls / EPC

Toni Sust

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Hace cuatro años, todos aprendimos de forma abrupta algo que ya era verdad pero que no había pasado nunca en Barcelona: ganar las elecciones no equivale necesariamente a convertirse en alcalde de la ciudad. Este diario, seamos autocríticos, puso en duda que pudiera darse la fórmula que acabó dándose, y que entonces se estaba cocinando.

Así quedó escrito tras conocerse los resultados de las municipales de 2019: “(…) Aquí entraría la lista de Manuel Valls, a la que, según conocedores de la propuesta, el PSC está ofreciendo que ambos grupos voten a Barcelona en Comú para evitar un alcalde independentista en Barcelona (en alusión al ganador de las elecciones, Ernest Maragall, de ERC). Incluso se dice que de los seis concejales elegidos de la lista del exprimer ministro francés tres se quedarían en el grupo de Ciutadans y otros tres se irían por su cuenta, convirtiéndose en no adscritos. Estos últimos son los que votarían a BComú”.

Tan descartable no era

A continuación venía un diagnóstico tan rotundo como equivocado: “Se trata de una posibilidad que fuentes de Barcelona en Comú descartan totalmente, argumentando que la candidata ya ha explicitado que solo quiere hablar con ERC y con el PSC”. Sí, claro, Colau insiste que no hubo pacto, pero los votos decisivos del exprimer ministro fueron recibidos y resultaron decisivos.

Bien, cuatro años después, todos ya más viejos, Manuel Valls en Francia y Colau tratando de mantener la vara de mando municipal, la posibilidad de que el ganador del 28 de mayo no sea alcalde es potencialmente elevada.

Pero ahora quienes hablan de construir una alianza que se parezca a la que facilitó Valls ya no lo hacen pensando en evitar un alcalde independentista, sino en cortar de raíz un hipotético tercer mandato de Colau. En ese plan, uno de los candidatos es visto como el actor invitado imprescindible: el alcaldable del PP, Daniel Sirera. Pero Sirera no quiere ser Manuel Valls.

Vox, Valents, Ciutadans

Sirera, cuentan fuentes del PP, no quiere ser Valls porque no tiene intención de ser la guinda del pastel que impida la continuidad de Colau para luego conformarse con eso y desentenderse de la gestión municipal. Tampoco quiere dejar el consistorio a medio mandato. Y mucho menos, irse a Francia.

Como se sabe, para ser alcalde de Barcelona se requieren los 21 concejales que dan la mayoría absoluta. Pero si nadie los logra, solo o sumando con otras candidaturas, el cabeza de cartel de la que tenga más votos será investido como alcalde. Nunca en la historia un alcalde de Barcelona lo ha sido por mayoría absoluta. Y las encuestas dicen que difícilmente dos listas sumarán 21 ediles el 28 de mayo. Es decir que se necesitarán tres grupos para llegar a ese número.

En la hipótesis de que Colau quede primera, sus detractores ven claro el plan: que Trias y Jaume Collboni cuenten con los votos de Sirera para llegar a los 21.

El permiso de Sánchez y Feijóo

En ese planteamiento, el alcalde sería, en principio (no demos nada por imposible) el más votado de los dos: o Trias o Collboni. Sirera, cuentan las mismas fuentes, pondría condiciones programáticas e incluso la de ser socio del futuro gobierno municipal.

¿Permitirían los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, y del PP, Alberto Núñez Feijóo, que sus candidatos en Barcelona formaran parte de esa operación? En la capital catalana existe la convicción de que así es. Al parecer, se ha llegado a verbalizar ese escenario en alguna conversación.

Para que esa estrategia sea viable, los populares esperan incrementar su presencia en el consistorio, algo que en sí mismo no parece muy difícil, habida cuenta de que hace cuatro años lograron dos concejales. Por los pelos, por 40 votos, no se quedaron fuera del ayuntamiento, lo que, pese a su difícil convivencia posterior con el partido, este le agradece a al ya exconcejal Josep Bou. Con todo, esperan que su resultado se parezca menos al de Bou, 37.000 votos en mayo de 2019, que al de las elecciones generales de noviembre de ese año: 77.000 papeletas en Barcelona.

Cábalas

El PP maneja datos de encuestas que indican que Vox podría estar cerca del 4% de los votos. Más o menos como Ciutadans. Valents, estaría cerca del 3%. Es decir, que ninguna de estas tres candidaturas lograría alcanzar el 5% que es el mínimo necesario para lograr concejales, para estar en el consistorio. En cuanto al propio PP, cifra su apoyo en un 8,4%, lo que le daría de tres a cuatro concejales el 28 de mayo.

Si todos y cada uno de los que declaran que tienen intención de dar su papeleta a Vox, Ciutadans y Valents optaran finalmente por el voto útil popular, Sirera podría llegar hasta el 18%, los nueve concejales que Alberto Fernández Díaz consiguió en 2011. Pero es una opción extrema: una cosa es que el voto útil de la derecha se concentre y otra que los votantes de Vox, Ciutadans y Valents se fuguen en masa.

Colau y el ‘tío’ de Valls

Ada Colau acudió el pasado lunes al Cercle d’Economia para explicar cómo ha ido la gestión de su gobierno y para responder a preguntas de los asistentes al respecto. Empezó tímida, aunque afable, no son los empresarios que más lejos están de ella, y se fue creciendo. En primera fila, la observaba atentamente Jorge Gallardo, uno de los dos hermanos que han llevado el timón de la farmacéutica Almirall, tío de Susana Gallardo, esposa, precisamente, de Manuel Valls, con el que todo empezó.