Derechos humanos

Más allá de Ripoll: las oenegés denuncian que aumentan los ayuntamientos que dificultan el padrón a migrantes

Sin escuela ni médico: la alcaldesa ultra de Ripoll restringe el empadronamiento a los inmigrantes

500 euros para empadronarse: la extorsión se impone ante las trabas de los ayuntamientos

Brahim Bounash, y su mujer Fatima Boyzgarne hace más de un mes que esperan empadronar a sus tres hijos en Ripoll, sin éxito.

Brahim Bounash, y su mujer Fatima Boyzgarne hace más de un mes que esperan empadronar a sus tres hijos en Ripoll, sin éxito. / JORDI OTIX

Elisenda Colell

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"Lo que está ocurriendo en Ripoll es muy grave, sabemos que la nueva alcaldesa está impidiendo el acceso al padrón a muchos de sus habitantes, pero no es un caso excepcional. Estamos detectando que hay muchos municipios que se están sumando a este discurso y cada vez hay más trabas para empadronarse tras las últimas elecciones municipales", explica Núria Palomar, responsable de incidencia de la coordinadora de oenegés solidarias en las comarcas de Girona y el Maresme. Más allá del partido ultra Aliança Catalana, cada vez son más los alcaldes de diferentes partidos que tratan de impedir que personas recién llegadas a sus municipios accedan a la educación o la sanidad pública. Tras las últimas elecciones, y el crecimiento del discurso ultra, las oenegés han iniciado nuevos recuentos para poner el problema sobre la mesa.

Las entidades denuncian que las trabas no son patrimonio de Aliança Catalana, sino que otros partidos han adoptado el mismo proceder

"Más allá de Ripoll, el discurso xenófobo está calando en muchos ayuntamientos. No querer empadronar a los ciudadanos recién llegados es un comportamiento racista. Este argumentario está calando y las consecuencias en la cohesión social pueden ser muy graves", opina Palomar. "¿Qué consiguen si no les empadronan?", se pregunta Lluís Puigdemont, miembro de la comisión de vivienda de la federación Entitats Catalanes d'Acció Social (ECAS). "La gente no dejará de venir. El problema es que limitan su acceso al Estado del bienestar, y esto rompe un model de país, de cultura y de cohesión", critica.

Desde el 28-M, en la provincia de Girona, las oenegés han detectado cambios de criterio en Santa Coloma de Farners, Figueres, Girona, Arbúcies, Salt y Amer

El padrón se considera la puerta de acceso a los derechos fundamentales. Es por ello que desde hace algunos años las entidades sociales han empezado a registrar, y señalar, a los ayuntamientos que ponen trabas a este procedimiento, que a su vez es clave para acceder a la atención sanitaria, la escolarización, las ayudas sociales o la regularización administrativa para los migrantes.

"Cada vez hay más ayuntamientos, de todas las siglas, que están aplicando cambios de criterio a la hora de garantizar el acceso al padrón"

Lluís Puigdemont

— Federación ECAS

Antes de las elecciones municipales del pasado 28 de mayo, la Federació d'Entitats Catalanes d'Acció Social (ECAS), la Coordinadora Obrim Fronteres, la Confederació d'Associacions Veïnals de Catalunya (Confavc) y las Sindicatures de Greuges locales presentaron un mapeo de las vulneraciones al padrón en Catalunya que avanzó EL PERIÓDICO. Habían detectado 49 ayuntamientos catalanes que no estaban garantizando este trámite básico, una gran mayoria de ellos situados en el área metropolitana de Barcelona como L'Hospitalet o Santa Coloma de Gramenet. Ello ha provocado la aparición de mafias del padrón, que a cambio de importes de hasta 500 euros facilitan el empadronatamiento.

Miedo al efecto llamada

"Cada vez hay más ayuntamientos, de todas las siglas, que estan asumiendo actitudes racistas aplicando cambios de criterio a la hora de garantizar el acceso al padrón para ganar votos", explica Lluís Puigdemont. "Hemos indentificado que tras las ultimas municipales, hay muchos ayuntamientos que creen que si son muy garantistas con el padrón pueden generar un efecto llamada, y por ello ponen trabas", sigue Palomar.

De hecho, las entidades sociales en Girona ya han empezado un recuento de nuevos gobiernos locales que están cambiando y dificultando este trámite. También en Tarragona están iniciando recuentos de este tipo, y en Badalona las entidades también detectan más trabas tras la llegada de Xavier Garcia Albiol.

La lista de Palomar, que está en proceso de elaboración con el apoyo de distintas entidades y movimientos sociales, ya cuenta con seis nuevos municipios en la provincia de Girona: Santa Coloma de Farners, Figueres, Girona, Arbúcies, Salt y Amer. Los tres primeros han cambiado de gobierno y de alcalde. Junts ha desbancado a ERC en Santa Coloma de Farners y en Figueres, donde hasta el 28-M gobernaba un cuatripartito de izquierdas. Y en Girona, se ha pasado de un gobierno de Junts en minoría a un tripartito liderado por la CUP junto con Junts y ERC. En Arbúcies sigue gobernando Entesa per Arbúcies; en Amer, Junts; y en Salt, ERC.

¿En qué se traducen esas trabas? "Piden mucha más documentación de la que corresponde, y que además no consta en ningún lugar, por ejemplo un documento de autorización del propietario de la vivienda", cuenta Puigdemont. "En Arbúcies, que es un clásico de vulneración al padrón, ahora además obligan a todos los que se quieren empadronar a esperar en la calle", añade.

"En Figueres vemos que los servicios sociales no atienden a las personas que no están empadronadas, algo que prohíbe la ley de servicios sociales", se queja Palomar.

El ignorado padrón social

Pero el gran problema que comparten la mayoría de municipios es lo que se conoce como padrón social. La ley de empadronamiento establece la figura del padrón sin domicilio fijo, una vía para todas aquellas que viven en la calle o en condiciones precarias. "Estos ayuntamientos no quieren no oír hablar de este tema: estamos fomentando el barraquismo oculto", lamenta Puigdemont. "Esto afecta a las personas que viven en habitaciones realquiladas, pero también estamos viendo casos de refugiados ucranianos que viven en casas de compatriotas pero llevan meses sin lograr empadronarse", añade Palomar.

Los miembros de las entidades de ayuda a migrantes optan en ocasiones por empadronar en sus propios domicilios a algunas personas. Un caso así está ocurriendo en la ciudad de Girona, ahora con un alcalde de la CUP (Lluch Salellas). "Hay una mujer muy mayor a la que están poniendo trabas para empadronarla", cuenta la activista. "Como la mujer necesitaba atención médica, un miembro del colectivo la ha empadronado en su casa", sigue. Una opción que excede las funciones de estas oenegés. "Las entidades cada vez están asumiendo más cosas que no les pertocan, pero es que no hay otra opción, la gente necesita este apoyo", señala Palomar.

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