Vecinos fantasma

Al menos 49 ayuntamientos de Catalunya niegan el padrón a los ciudadanos más vulnerables

Vecinos fantasma

49 ayuntamientos catalanes niegan el padrón a los ciudadanos más vulnerables

Por Elisenda Colell

En España, los ayuntamientos están obligados a empadronar a todos los ciudadanos que residan en su municipio, independientemente de las condiciones en las que se encuentren. Y los ciudadanos están obligados a hacer este trámite. Pero esta obligación, dictada por ley, se ha incumplido de forma reiterada en al menos 49 municipios catalanes de todos los colores políticos.

La forma más fácil y habitual para resolver el trámite del empadronamiento es presentar un contrato de alquiler o de propiedad de un domicilio. Pero la normativa estipula que "las chabolas, caravanas, cuevas, etc. e incluso la ausencia total de techo pueden y deben figurar como domicilios válidos en el Padrón".

La ley también contempla que los ayuntamientos puedan recurrir a "domicilios ficticios".  Por ejemplo, empadronar a estas personas en la dirección del propio ayuntamiento, en la sede de los servicios sociales o en albergues municipales. Sin embargo, la federación de Entitats Catalanes d'Acció Social (ECAS), la Confederació d'Associacions Veïnals de Catalunya (CONFAV), la Coordinadora Obrim Fronteres, Papers Per Tothom, el Fòrum de Síndics Locals de Catalunya y el Síndic de Greuges de Catalunya constatan que al menos 49 municipios han puesto trabas para empadronar, dejando así sin derechos a miles de familias.

A la Generalitat le constan casos en los que la Guardia Urbana se ha presentado en domicilios para comprobar el padrón de sus inquilinos, y posteriormente les ha denunciado a la Policía Nacional por no tener la documentación en regla. Una forma de extender el miedo que evita que los afectados denuncien esta problemática.

El incumplimiento de las normas del padrón deja sin sanidad pública, educación y ayudas sociales a miles de familias

El director general de Drets Humans de la Generalitat, Adam Major, es conocedor del problema. Asume que, más allá de formar a los técnicos municipales, el Govern no puede hacer nada para resolverlo. Insta a que los afectados lo denuncien directamente como un caso de discriminación. Las entidades sociales piden a Major que multe o sancione a los consistorios que están incumpliendo la ley del empadronamiento.

A los vecinos que no estan empadronados, ninguna administración se hace cargo de su situación ni les propone ayudas sociales. Su pobreza se cronifica y se recrudece.

Desde Figueres hasta Tarragona: así viven las personas a quienes les niegan el padrón

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Pedro Alfonso Verdejo

Tras tres infartos, debería cobrar una ayuda de la Seguridad Social, pero no puede acceder a ella

Pedro Alfonso Verdejo y Jéssica Redondo viven en una casa que han construido ellos mismos. Están en las afueras de Martorell (Baix Llobregat) desde hace más de 13 años. "Antes todo esto eran campos", explica él. Ella, que tiene una discapacidad del 67%, asiente. Es una especie de chabola autoconstruida en una finca de un señor muy mayor que les deja vivir allí. El problema es que la finca no consta como vivienda: no tienen cédula de habitabilidad.

"Molestamos, no existimos. Todos saben que vivo aquí pero no tengo derechos"

Ella está empadronada en casa de sus padres. Él, lleva años sin constar en ningún registro oficial. Ha intentado empadronarse al menos en tres ocasiones. "Siempre me dicen que no, que esto es un huerto y que no se puede", se queja. Malviven de una ayuda de 500 euros que cobra ella y de lo que él consigue revendiendo chatarra. "No podemos pagar un alquiler", explica él. Sin tarjeta sanitaria, le atienden de urgencia en el CAP de Castellbisbal. Ya ha sufrido tres infartos, no puede pagarse la medicación y desearía acceder a la incapacidad laboral. "Parece que no somos nadie".

Yanina Salvatierra

Alquila una habitación pero no puede empadronarse

Hace ocho meses que Yanina Salvatierra, una joven de 29 años de Perú, llegó a Manresa (Bages) pensando en estudiar y formarse en Catalunya. Pero al no tener permiso de residencia legal en España, se ha visto obligada a trabajar sin contrato de camarera y dependienta. "Sin papeles ni contrato no te alquilan un piso", cuenta la joven. Ha vivido en cuatro habitaciones de alquiler: tres en Manresa y ahora en Esplugues de Llobregat.

"Los dueños de los pisos no te autorizan a que te empadrones y tú aceptas porque si no, te quedas en la calle"

Los dueños de estos pisos, siempre compartidos con hasta cinco personas más, no le han autorizado a que se empadrone allí. "Te lo dicen directamente, que no te van a empadronar. Y tú aceptas porque si no, te quedas en la calle". Ha reclamado el padrón sin domicilio fijo en Manresa. "Me dijeron que no lo hacían". Ahora está en Esplugues y la historia se repite. Es asmática, y en invierno tuvo fiebre y problemas respiratorios y no pudo acceder a exploración médica. En marzo, la Cruz Roja del Bages le hizo una tarjeta sanitaria provisional para que pudiera, al menos, ir a urgencias.

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Foto: Manu Mitru

Foto: Anna Mas

Foto: Anna Mas

Foto: Anna Mas

Foto: Anna Mas

María Noel Pintos

Pagó 200 euros para empadronarse en Calella

"Los inmigrantes somos un negocio en este país: nos extorsionan por todo", se queja María Noel. Ella y su marido llegaron en 2018 a España, procedentes de Uruguay. Eran profesores de secundaria allí y querían mejorar su situación. Lo que no esperaban es que en Catalunya se verían obligados a vivir como fantasmas.

Como nadie les alquilaba un piso, vivieron en habitaciones realquiladas en Barcelona. Allí sí les empadronaron, pero en la pandemia perdieron los precarios empleos que habían conseguido, siempre en la economía informal y sin contrato.

"Yo solo pido que los ayuntamientos cumplan la ley, igual que la cumplimos todos nosotros"

En 2020 llegaron a Calella (Maresme), donde había más trabajo. Vivieron en otra habitación realquilada pero les negaron el padrón desde el primer momento. "Pedimos expresamente sin domicilio fijo, porque no tenemos contrato de alquiler, pero nos dijeron que no, que no hacían eso", dice. "Yo solo pido que los ayuntamientos cumplan la ley", insiste.

Su marido, que sufre un aneurisma, no podía depender del médico que tenían en Barcelona. Están a más de una hora de trayecto. "No tuvimos otra opción que pagar 100 euros cada uno para que una persona nos empadronara en su casa", lamenta.

Elizabeth Parra

No puede acceder a becas comedor para su hija

Elisabeth Parra no es su nombre real. Prefiere optar por un pseudónimo porque tiene miedo a que, si denuncia las graves condiciones en las que vive, la deporten o la sancionen. Hace un año que vive en una habitación de 10 metros cuadrados en el barrio de La Florida (L’Hospitalet de Llobregat) con su hija de 13 años, con la que comparte una cama individual. El casero no la autoriza a empadronarse en este piso. Malvive cuidando a dos ancianos los fines de semana. No tiene papeles y sobrevive con 400 euros al mes. Así es imposible conseguir un alquiler.

"Necesitamos el padrón porque así no podemos vivir: no nos alcanza a final de mes"

Ha logrado escolarizar a su hija adolescente, pero no puede acceder a las prestaciones sociales. Ni tan siquiera a las ayudas para el comedor escolar. "No nos alcanza para llegar a final de mes. A veces hay comida, a veces no", lamenta. Sin padrón, las puertas de servicios sociales las tiene cerradas. Va al médico de urgencia, pero no puede pagar los fármacos. "Pedí el padrón sin domicilio fijo, pero me dijeron que me fuera a Barcelona". Es lo que va a hacer. "Necesito el padrón, así no podemos seguir viviendo".

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Elisenda Colell
Fotografías: Manu Mitru y Anna Mas