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El Banc dels Aliments se encomienda a su 'recapte' más crucial en 10 años: urgen 18.000 voluntarios

Oenegés alertan de que 200.000 personas dejarán de recibir ayudas para alimentación en Catalunya

El nuevo sistema de tarjetas monedero amenaza un cierre masivo de los bancos de alimentos

Voluntarios de un centro de distribución de alimentos de Càritas en Barcelona

Voluntarios de un centro de distribución de alimentos de Càritas en Barcelona / Ferran Nadeu

Elisenda Colell

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"El Banc dels Aliments tenía cuatro patas que permiten organizar el reparto de alimentos a las entidades sociales para las personas más necesitadas en Catalunya. Las tres primeras ya nos han fallado: solo nos queda la cuarta, el Gran Recapte, para sostener nuestra tarea y hacer llega alimentos a los más necesitados", ha asegurado el presidente del Banc dels Aliments de Barcelona, Lluis Fatjó, en alusión a las tres partidas que hasta ahora financiaba la UE. Se trata de la única esperanza a la que se agarra la entidad encargada de garantizar una alimentación saludable para 240.000 personas al año en Catalunya. "Nunca antes habíamos visto algo así", ha añadido Fatjó. El año que viene perderán el 20% de sus fondos. "Habrá 200.000 familias que se quedarán desatendidas, no sabemos qué podrán comer", ha insistido Fatjó.

Como ya avanzó EL PERIÓDICO, el nuevo formato de reparto de los alimentos de la Unión Europea para los más vulnerables va a poner en jaque el sistema que garantiza la alimentación a las familias acreditadas por Servicios Sociales. Europa se propone distribuir tarjetas monedero, especialmente para familias monoparentales y con menores. El modelo cuenta con el apoyo de todo el sector social, pero solo se podrán beneficiar de ello el 10% de las familias que ahora acuden a los bancos de alimentos. "El 90% de las que atend

emos se quedarán sin comida", ha lamentado Fatjó. Según los datos que ha aportado este miércoles el Banc dels Aliments, en Barcelona las ayudas europeas sostienen el 17% de la comida que se reparte, al tiempo qure esta cifra alcanza el 37% en Lleida. El 4% de beneficiarios son niños lactantes; el 15% menores y el 8% tienen más de 65 años.

Inflación, sequía y pobreza

Este 2023, Europa ha distribuido 7,6 toneladas de productos alimentarios con un precio de 1,77 euros el kilo. "Es menos que los años anteriores, ya que con la inflación el precio por tonelada ha aumentado y no se puede conseguir tanto alimento", ha explicado Fatjó. El presidente ha explicado que ya hay entidades que están al borde del cierre. De hecho, la falta de fondos europeos es el último golpe que encaja el Banco de Alimentos en Catalunya. "La inflación de los alimentos es el triple que para el resto de productos, la sequía nos ha impedido poder recuperar fruta y verdura, los índices de pobreza llevan años estancados, sobre todo a causa de los trabajadores pobres y, además no sabemos si el año que viene se va a mantener la rebaja del IVA para los productos más básicos", ha lamentado.

Fatjó ya ha avanzado las primeras consecuencias. "Perderemos la regularidad con la que entregamos la comida, que ya hemos tenido que recortar al 24%. Además, habrá que plantear una redución de los 15 alimentos básicos que repartimos en la cesta cada semana", ha explicado Fatjó, que sigue reclamando ayuda de adminstraciones. La semana pasada, cuando el Tercer Sector avanzó que 200.000 personas se iban a quedar sin las ayudas por alimentación, el conseller de Drets Socials, Carles Campuzano, anunció que el Govern preparaba una subvención para comprar leche y aceite. "El mismo día que el conseller pronunció estas palabras, desde la consellería nos dijeron que los interventores del Govern habían prohibido hacer esta aportación porque la situación social no era extraordinaria", ha lamentado Fatjó. "Nuestro compromiso con el Banco de Alimentos es absoluto", responde Drets Socials, que recuerda que este año ha aportdo casi medio millón de euros.

Voluntarios

Llegados a este punto, el Banc presiona para que el Govern ofrezca subvenciones extraordinarias para el año 2024 que permitan seguir comprando alimentos para las entidades sociales. "Es lo que nos han propuesto desde Drets Socials", ha explicado Fatjó. También hay preocupación en los ayuntamientos, que temen que los servicios sociales ya no puedan derivar a las familias que lo necesiten. "Algunos consistorios quierien hacer aportaciones extraordinarias para que compremos alimentos", ha explicado el presidente de la entidad, que ha reclamado al Ministerio de Derechos Sociales y a la Unión Europea que reconsideren su decisión o que cambien los criterios para que las ayudas de 2024 no dejen a nadie fuera.

A día de hoy, su única fuente de ingresos son los donativos privados. "El Gran Recapte de este noviembre es más importante que nunca para que podamos llegar hasta el mes de abril, pero necesitamos 18.000 voluntarios", ha explicado Elisabet Viladomiu, presidenta del 'recapte'. Se trata de algo extraordinario, ya que normalmente usaban los beneficios de este acto benéfico hasta mitades de febrero. El Gran Recapte tendrá lugar el 24 de noviembre, y se recogerán alimentos en 2.100 comercios y mercados, principalmente leche, aceite, carne y pescado en conservas. La idea es superar los seis millones de euros recaudados, en productos y donativos. "Necesitamos que la gente participe y que haya muchos voluntarios para hacerlo posible", insiste Viladomiu.

*Fe de errores

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