Atención a la dependencia

Residencias para ancianos con enfermedades mentales: un proyecto congelado desde 2016

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BARCELONA 20/07/2023 SOCIEDAD Visita al Geriatrico Verdi Residencial donde hay personas ingesadas menores de 65 años tras un alta en un psiquiatrico. En la Foto Margarita la dueña del Centro residencial FOTO ELISENDA PONS

BARCELONA 20/07/2023 SOCIEDAD Visita al Geriatrico Verdi Residencial donde hay personas ingesadas menores de 65 años tras un alta en un psiquiatrico. En la Foto Margarita la dueña del Centro residencial FOTO ELISENDA PONS / ELISENDA PONS

Elisenda Colell

Elisenda Colell

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Fue en 2016, con Dolors Bassa como 'consellera' de Afers Socials de la Generalitat, cuando Margarita Ibáñez, presidenta de la Asociación de Ayuda a Personas Adultas con Enfermedad Mental (AGAM), se dirigió hasta esta 'conselleria' para proponerles un proyecto: crear residencias de la tercera edad especializadas en personas de más de 65 años con enfermedades de salud mental. "Los centros especializados para Salud Mental son hasta los 65 años, no hay recursos para estas personas cuando llegan a la tercera edad", cuenta la mujer.

Ibáñez explica que el proyecto fue muy bien recibido. "Pero el problema es el de siempre: los recursos", cuenta. La misma respuesta se ha ido repitiendo con los sucesivos directores generales que han aterrizado en los últimos seis años en el departamento. Sin embargo, esto no la ha frenado, sino que ha optado por hacerlo posible.

Dos pacientes del centro Verdi Residencial, el pasado 20 de julio.

Dos pacientes del centro Verdi Residencial, el pasado 20 de julio. / ELISENDA PONS

Dos años más tarde, en 2018, AGAM decidió reconvertir dos residencias, una en Barcelona y otra en Calafell, y demostrar que el plan podía cobrar vida. Una de ellas es Verdi Residencial, centro con 29 plazas en el barrio de Gràcia (Barcelona). La gestión del centro es privada, pero las plazas son públicas y quien ingresa en el centro lo hace a través de la ley de dependencia, asumiendo la administración el coste de estas plazas en función de los ingresos del paciente.

"La Generalitat no nos paga nada extra, cobramos lo mismo que una residencia normal, la atención especializada que ofrecemos la hacemos nosotros, con fondos de la fundación", cuenta Ibáñez. El centro supera la ratio de personal que marca la ley catalana en un 5%, pero lo interesante es que todo el personal está preparado para atender a personas que puedan sufrir un brote psicótico, un cuadro agresivo o un ataque de ansiedad, entre otras descompensaciones que puedan tener las personas con enfermedades mentales.

Formación y psiquiatra

La asociación también forma al personal para que pueda atender estos casos más complejos. Otra de las virtudes de este centro es que, según Ibáñez, cumplen sin pretenderlo con la integración social-sanitaria que está empezando a aplicar la Generalitat. "Nosotros tenemos psicólogo y psiquiatra en el centro que trabajan para nosotros, cosa que no ocurre en el resto de residencias, y además nos coordinamos con el Centro de Atención Primaria, el Centro de Salud Mental para Adultos (CSMA) y el hospital psiquiátrico de referencia, La Mercè", cuenta.

Un paciente del centro Verdi Residencial, el pasado jueves 20 de julio.

Un paciente del centro Verdi Residencial, el pasado jueves 20 de julio. / ELISENDA PONS

Esta situación hace posible que ocurran cosas como la que sucedió este año. "Un paciente se descompensó y sufrió un brote psicótico: llamamos al hospital pero no tenían camas disponibles en aquel momento. Nosotros lo pudimos contener durante varios días aquí. Si los trabajadores no estuvieran preparados para ello, habría sido un caos". También explica situaciones de pacientes con problemas de conducta que participan en actividades del centro como, por ejemplo, la jardinería. "De esta forma asumen responsabilidades y entienden las normas. Por ejemplo, cuando hay que ir a ducharse, aunque no quieran, lo hacen", explica.

Hace apenas unos meses, Ibáñez expuso su proyecto en el Congreso de Servicios Sociales que se celebró en Vic. "Nuestra intención es expandir este modelo, que haya muchos más centros así y que los financie la administración. Nosotros podríamos acompañarles en todo esto", se ofrece. Fuentes de los servicios sociales en hospitales y sociosanitarios sostienen que cada vez es más habitual encontrarse pacientes mayores de 65 años con este tipo de problemas mentales. "El tipo de perfil de mayores está cambiando, y debemos poder atenderles correctamente, con más personal y atención especializada". Ibáñez entiende que implementar un proyecto así es fundamental. "El 90% de residencias no están preparadas para hacerse cargo de estas personas, hay que invertir en nuevos modelos".