Declaración de la OMS

Así ha vivido la hostelería los dos años de emergencia internacional por covid

La OMS declaró la alerta global el 30 de enero de 2020 y la vida del planeta se trastocó radicalmente

La menor virulencia de la enfermedad hace que España y otros países preparen ya la 'gripalización' del coronavirus

Sanitarios,  de los aplausos  al agotamiento

Sanitarios, de los aplausos al agotamiento

Patricia Martín

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Tal día como ayer pero hace dos años, la OMS decretó la emergencia de salud pública internacional ante la evidencia de que el coronavirus se expandía sin control fuera de China. En aquellos momentos en todo el mundo había 7.818 infectados y 170 muertos. Hoy se calcula que se han contagiado más de 378 millones de personas (9,9 millones en España) y el covid se ha cobrado la vida de 5,6 millones (más de 93.000 en el territorio nacional).

Por el camino, la pandemia ha trastocado radicalmente la vida en todo el planeta ante la recomendación universal de mantener la distancia social. Este consejo, sumado a las sucesivas limitaciones y confinamientos, ha provocado que en España algunos sectores económicos como la hostelería, el comercio y el turismo, hayan sufrido un duro golpe, sobre todo en comunidades como Catalunya donde las restricciones han sido constantes. En 2020, por ejemplo, los bares tradicionales perdieron cinco puntos de cuota de mercado en beneficio de las grandes cadenas de hostelería, que tienen más recursos para hacer frente a las deudas y los sucesivos ertes o despidos de empleados.

A la par, se ha producido una crisis sanitaria sin parangón, de la que aún no se vislumbra el final aunque algunos directivos de la OMS vaticinen que “es plausible que Europa se esté acercando al final de la pandemia”. No obstante, sus previsiones, como las de muchos especialistas y gobiernos, no siempre han estado acertadas. Baste como ejemplo que la Organización Mundial no declaró la existencia de una pandemia hasta el 11 de marzo de 2020, cuando había más de 119.000 positivos en 114 países.

Y, de puertas para adentro, Fernando Simón seguía negando la gravedad, con aseveraciones del tipo de “la transmisión comunitaria se ha reducido en algunas zonas” justo antes de la manifestación del 8-M. Sin embargo, poco después, el 14 de marzo, el Gobierno se vio obligado a tomar la difícil decisión de decretar el estado de alarma y confinar a todo un país. Llegaron entonces los aplausos a los sanitarios. Pero también las semanas de incertidumbre y sufrimiento con una oleada que desbordó hospitales y morgues y que segó la vida de más de 45.000 personas. En las provincias más golpeadas, se registró casi el doble de fallecimientos que antes del covid.

La desescalada

Después llegó la ansiada desescalada, con la salida de los niños y un plan en cuatro fases, asimétrico en función de la incidencia provincial. El 21 de junio de 2020 terminó el primer estado de alarma y todo el país entró en la fase llamada 'nueva normalidad'. Las competencias fueron traspasadas a las comunidades, pero el respiro duró poco tiempo. Hacia el final del verano la curva de incidencia empezó de nuevo a crecer, especialmente en Madrid por lo que se inició una guerra entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso que se saldó con un nuevo estado de alarma, el 9 de octubre de 2020, pero exclusivamente para nueve municipios madrileños. Catalunya, por el contrario, fue a la avanzadilla y el 14 de octubre cerró bares y restaurantes y limitó los aforos.

Pero el covid siguió avanzando. Cuando España superó el millón de contagiados, el 25 de octubre, el Gobierno decretó un nuevo estado de alarma general, sin confinamiento, pero sí con toque de queda o limitación de reuniones a seis personas. La restricción duró hasta mayo de 2021 y por el camino se produjeron la segunda y tercera ola.

No obstante, la presión hospitalaria ha ido a la baja, ola tras ola, debido al avance de la campaña de vacunación, que se inició el 27 de diciembre de 2020 y ha facilitado que cerca del 91% de la población mayor de 12 años tenga la pauta completa. “Hemos logrado vacunar a todo un país y es un éxito colectivo”, ha presumido Carolina Darias. No obstante, persiste en torno a un 10% de la población que sigue reticente a vacunarse tanto en las primeras dosis como las de refuerzo, sobre entre los grupos etarios de entre 20 y 39 años. Pero el negacionismo es inferior al de otros países.

La sexta ola

De ahí que la llegada de la variante ómicron, que es mucho más contagiosa que sus predecesoras, haya provocado cifras de incidencia récord que han desbordado, de nuevo, las costuras de la debilitada atención primaria, pero sin una curva equiparable de casos graves o fallecimientos. Así, la probabilidad de hospitalización ha pasado del 6,5% en 2021 al 0,9% y la de muerte del 0,9% al 0,07%.

La menor gravedad ha desencadenado que España y otros países estén preparando ya la ‘gripalización’ del covid, que tendrá lugar cuando la enfermedad se convierta en endémica.

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