Camino a la inmunización

Alerta para que también se vacune a los invisibles del sistema

Administraciones y oenegés buscan vías para temporeros, prostitutas, 'sintechos' y alojados en asentamientos y pisos patera

Algunas comunidades elaboran un censo para identificar y avisar a las personas sin tarjeta sanitaria

Catalunya confía en las monodosis de Janssen para los más vulnerables

Un sintecho en el paseo de Sant Joan.

Un sintecho en el paseo de Sant Joan.

Elisenda Colell

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Hace años que están lejos de cualquier registro. La realidad más cruda no es agradable a la vista. Las miles de personas que duermen en la calle o en albergues municipales, el casi medio millón de inmigrantes sin papeles que residen en España, los temporeros que van rondando por la España rural y que viven en paupérrimas condiciones, las prostitutas que ejercen en clubes o en pisos y que no constan en ningún registro municipal, o aquellos que viven en pisos ocupados, asentamientos y pisos patera y a los que los ayuntamientos no les permiten empadronarse. Ellos también son ciudadanos españoles, probablemente están más expuestos a contagiarse del coronavirus que el resto y deberán ser vacunados en los próximos meses. ¿Pero cuándo y cómo se les pinchará? Esta es la pregunta que hoy se hacen las entidades sociales y el Ministerio de Sanidad conjurándose para resolverla. Algunas comunidades autónomas ya han empezado a dar con algunas claves. Otras siguen firmes con la exclusión social y sanitaria que puede poner en riesgo la inmunización de todo un país.

Una de las entidades que está teniendo conversaciones con el Ministerio de Sanidad para abordar la vacunación de los colectivos socialmente más desfavorecidos es Médicos del Mundo, especializada en atender a personas excluidas del sistema sanitario. "Aquí tenemos dos problemáticas. Una, la de aquellas personas que no tienen tarjeta sanitaria y que por lo tanto no constan en ningún registro sanitario para llamarles y que se vacunen", explica Pedro Campuzano, referente sanitario de programas de Médicos del Mundo en España . En este grupo se incluyen principalmente todas las personas inmigrantes sin papeles que no han podido demostrar tres meses de residencia legal en España, aquellos que no están empadronados, y aquellos que tienen un seguro médico privado. Es el caso de los llamados 'reagrupados ascendentes'. "Cuando un inmigrante reagrupa a sus padres o sus abuelos, la ley de extranjería les obliga a tener un seguro privado y no les permite tener tarjeta sanitaria", cuenta Campuzano. De hecho, los padres de los inmigrantes preocupan especialmente a la entidad porque, por edad, muchos encajan en el colectivo sanitario de mayor riesgo y, según dice Campuzano, no están recibiendo las dosis de la vacuna que les correspondería.

Los vulnerables

La segunda problemática que señala Campuzano son las personas que pueden llegar a tener tarjeta sanitaria, pero están viviendo en una situación de extrema vulnerabilidad que hace muy difícil que puedan pedir cita para vacunarse. Por ejemplo, las personas que viven en la calle o las mujeres que viven forzadas a ejercer la prostitución encerradas en clubes de alterne o en pisos. Aquí también se cuentan los temporeros que recorren España o las miles de personas que viven en lamentables asentamientos. Para muchos, disponer de un teléfono móvil con cobertura para atender la llamada de los sanitarios, entender el idioma con el que los médicos se refieren, o acceder a su centro de atención primaria de referencia es más bien una carrera de obstáculos. "Aquí habría que pensar en campañas de sensibilización, para acercarse a ellos, explicarles que es la vacuna, y quizás acercarse a su realidad y vacunarles en los albergues o el sitio donde vivan", recomienda Campuzano.

"Lo que estamos intentando ahora es acceder e influir en los planes que tienen todas las comunidades autónomas para que vacunen a todo el mundo", prosigue Campuzano. El Ministerio de Sanidad, según explica, quiere que las comunidades creen un registro de los excluidos del sistema sanitario para que se les tenga en cuenta cuando llegue su franja de edad. Señala las buenas prácticas de Asturias y Aragón, donde no solo ya se ha creado este registro 'online', sino que ya lo conocen los médicos, los trabajadores de los servicios sociales y las oenegés, y se está publicitando en varios idiomas para que los afectados se den de alta. En la franja de lo incomprensible coloca a la Comunidad de Madrid o Castilla-León. "Unos nos dicen que pedirán el padrón a aquellos a los que vacunen, y los segundos están pidiendo hasta el DNI para las vacunaciones masivas", se queja el enfermero activista.

Registro con lagunas

En Catalunya, la Generalitat ha puesto en marcha un registro 'online' donde las personas que no tengan tarjeta sanitaria pueden apuntarse para vacunarse usando el pasaporte. Una medida vista con buenos ojos por muchas entidades sociales, como Cáritas. "Es una autoinculpación, una muestra de que siguen manteniendo la exclusión sanitaria en Catalunya, por mucho discurso y leyes que hagan", se queja Carlos Losana, miembro de la Plataforma por la Atención Sanitaria Universal En Catalunya. "¿Y qué pasará con aquellos que hayan perdido el pasaporte? Lo digo pensando en los inmigrantes que vivían en la nave industrial de Badalona cuyas pertenencias se quemaron, o los inmigrantes que llegan en patera y aún no han conseguido el pasaporte de su consulado", replica la presidenta del Fòrum de Síndics de Catalunya, Eva Abellán.

Aquí es donde las 'conselleries' de Salut y Afers Socials están trabajando conjuntamente para atajar sus planes, también en contacto con entidades y ayuntamientos. En Barcelona, por ejemplo, se está estudiando vacunar a las personas que viven el albergues municipales, que usan centros de día, comedores sociales, o centros de venopunción para personas drogadictas, según exponen varias fuentes municipales. Ni el Departament de Salut ni Afers Socials han querido explicar cómo realizaran esta planificación, que aún están terminando de desarrollar. Aunque, según dijo el martes el secretario Josep Maria Argimón, esperan usar las vacunas de Janssen, de una sola dosis, para llegar a estos colectivos.

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