Derechos ciudadanos

Barcelona reordena el padrón sin domicilio fijo tras multiplicarse por 10 desde 2016

La cifra de personas acogidas al padrón social en la capital catalana ha pasado de 4.815 en 2016 a 46.492 en enero de 2024

Las personas empadronadas en sedes de entidades serán desempadronadas y deberán volver a hacer el trámite y empadronarse en sedes municipales

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Un manifestante protesta en una manifestación en favor del empadronamiento sin domicilio fijo en L'Hospitalet de Llobregat. 

Un manifestante protesta en una manifestación en favor del empadronamiento sin domicilio fijo en L'Hospitalet de Llobregat.  / ZOWY VOETEN

Elisenda Colell

Elisenda Colell

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El Ayuntamiento de Barcelona procederá, en los próximos meses, a reordenar la gestión del padrón sin domicilio fijo. Y lo hará desempadronando a cientos de personas que consta como si estuvieran viviendo en una decena de sedes de entidades sociales de la capital catalana. Los interesados deberán ponerse en contacto con el consistorio y serán reempadronados en dependencias municipales habilitadas para ello, prometen fuentes municipales.

La reorganización obedece al hecho de que muchos empadronados residen realidad en municipios que no garantizan el padrón social

La decisión de reorganizar el padrón social -aquel destinado a personas que no tienen domicilio o que viven en habitaciones realquiladas- se tomó hace meses, tras un año de revisiones sobre cómo la capital catalana empadrona a los más vulnerables y ante la evidencia que muchos de ellos son en realidad residentes de municipios que no garantizan este tipo de padrón como L'Hospitalet de Llobregat o Santa Coloma de Gramenet.

Las entidades sociales lamentan la decisión del consistorio, que las deja fuera del circuito del padrón, y consideran que es una restricción de derechos fundamentales. Los técnicos municipales, en cambio, insisten en poner orden ante una realidad que se ha disparado: las personas empadronadas en la ciudad sin domicilio fijo se han multiplicado por diez en siete años: de 4.815 personas en 2016 se ha pasado a las 46.492 en enero de 2024.

La llegada de Ada Colau al Ayuntamiento de Barcelona afianzó el empadronamiento para aquellas personas en situaciones de mayor vulnerabilidad que no pueden demostrar con documentos el lugar en el que viven, pero que residen en Barcelona. Son personas que duermen en la calle, en chabolas, naves industriales pero sobretodo familias que viven en habitaciones subarrendadas. No tienen contrato de alquiler y ni los dueños ni los inquilinos quieren dar fe de que viven ahí. De hacerlo, en muchos casos, pierden ayudas sociales o se exponen a sanciones por sobreocupación.

Cinco meses de espera

El padrón sin domicilio fijo es una figura legal reconocida, necesaria para que todas estas personas puedan acceder a los derechos más básicos, pero que muchos municipios en Catalunya, especialmente en el área metropolitana, se niegan a aplicar. De ahí las quejas de las entidades sociales o los 'síndics de greuges' en Catalunya en al menos 50 municipios.

La ley contempla el padrón social para personas que no tienen contrato de alquiler, que viven realquiladas o en chabolas o en la calle

En Barcelona, practicamente la única ciudad que tiene un circuito para este tipo de casos, el padrón sin domicilio fijo se ha disparado. De las 4.815 personas empadronadas sin domicilio fijo en la capital en 2016 se ha llegado a las 46.492 personas este enero. Cada mes se registran 3.000 solicitudes. De estas, solo en un 35% de los casos logran los técnicos municipales verificar que los solicitantes viven en algún lugar de Barcelona y proceden por tanto a tramitar el Informe de Conocimiento de Residencia. Este documento garantiza el padrón de forma instantánea. "Esta avalancha de solicitudes nos ha provocado un tapón de 5 meses para poder hacer estas comprobaciones", admiten desde el consistorio.

Barcelona recibe cada mes 3.000 solicitudes de las que solo se acepta un 35%

Antes de las elecciones municipales, cuando los 'comuns' aún gobernaban, el secretario municipal alertó de esta situación. "El padrón general se mantenía estable mientras que el de sin domicilio fijo no hacía más que crecer. Si seguíamos así había que ampliar el plenario, entre otros servicios", explica Sonia Fuertes, comisionada de Acción Social. Fue entonces cuando se abrió un grupo de trabajo para analizar qué estaba ocurriendo con el padrón sin domicilio fijo y proceder a ordenar la situación.

"Necesitamos poner orden. No vamos a negar el padrón a ningún residente en Barcelona. Lo que no puede ser es que aquí estemos haciendo lo que otros ayuntamientos no asumen"

Sonia Fuertes

— Comisionada Acción Social del Ayuntamiento de Barcelona

Marc Serra, entonces concejal de Ciudadanía de los morados, lo confirma. "Hicimos un estudio con la UAB, pero esta decisión de desempadronar a las personas que se hubieran empadronado en sedes de oenegés no la habíamos ni planteado. Es una temeridad. Había otras opciones en la mesa", afirma Serra, que lamenta esta política de "hechos consumados" y ha pedido una reunión urgente sobre el asunto.

Precariedad y olvido metropolitano

Existen dos hipótesis para explicar este repunte de los datos. Una, que los precios de la vivienda y la precariedad obligan a centenares de vecinos de la capital a malvivir en estas condiciones. "Es probable que haya una parte de esta realidad que sea un símbolo del tiempo en el que estamos viviendo", señalan desde el consistorio. La otra es que al ser el de Barcelona el único ayuntamiento que ha permitido el padrón sin domicilio fijo, vecinos de otros municipios hayan acudido a la ciudad en busca de ese padrón. Y esto, dicen los técnicos, explicaría el 65% de denegaciones al padrón.

Los precios de la vivienda, la pobreza y la negativa de otros municipios a empadronar sin domicilio, factores que explican el aumento

EL PERIÓDICO conoce historias en primera persona: Luis, en Ripoll; Núbia y sus tres nietos, en la Florida (L'Hospitalet); Carlos, en las chabolas de Montcada o María, en Calella. A todos ellos se les ha negado el padrón social en la ciudad en la que residen. Acudir a la capital catalana a empadronarse les permitió tener médico de cabecera, tramitar el permiso de residencia o acceder a un comedor social, entre otros derechos básicos.

"Necesitamos poner orden. No vamos a negar el padrón a ningún residente en Barcelona. Vamos a mirar caso por caso si hace falta. Pero lo que no puede ser es que aquí estemos haciendo lo que otros ayuntamientos no asumen. Porque estos datos de residentes no son reales", afirma Fuertes.

La labor de las entidades

En 2008, se habilitó "de forma temporal y extraordinaria", dicen desde el consistorio, que las entidades que trabajan con personas enfermas de VIH les pudieran empadronar en su local para garantizar la obtención de la tarjeta sanitaria para ser atendidos en CAP y hospitales. A principios de este mes de abril, todas estas entidades recibieron una carta del ayuntamiento en la que se les comunicaba que ya no podían seguir empadronando. En la misma misiva, se explica que en los próximos meses las personas empadronadas en entidades deberán tramitar nuevas solicitudes de padrón en los lugares oficiales habilitados para el padrón sin domicilio fijo: las sedes de los servicios sociales del ayuntamiento o de los servicios sociales especializados.

"Hacen una política de hechos consumados que tendrá graves afectaciones en el acceso hospitalario y sanitario de muchas personas vulnerables", insiste Oriol Sorolla, portavoz del Col·lectiu 1 de Desembre. Hace unas semanas, hubo una reunión con el ayuntamiento y la Dirección General de Atención y Control de VIH de la Generalitat. Su responsable, Joan Colom, garantizó la asistencia sanitaria a todos los afectados. Pero la oenegé sigue preocupada. "Esperamos una rectificación", sigue Sorolla.

No son los únicos. Hay siete entidades más a quienes les espera lo mismo. Solo en la oenegé Stop Sida, por ejemplo, hay cerca de un millar de personas empadronadas, según fuentes municipales. Las oenegés temen por el futuro de todas estas personas y que esto abra la puerta a futuras restricciones. La coordinadora Obrim Fronteres habla de una "odisea" para el padrón en Barcelona: "Como la mayoría son personas que viven en la exclusión social, no hay interés ni voluntad política de garantizar sus derechos", afirman.

Desde el ayuntamiento niegan la mayor y llaman a la calma. "Nos estamos reuniendo cada dos meses con las entidades para estudiar caso por caso. Si los afectados viven en Barcelona, les vamos a empadronar, no hay duda", asegura Fuertes.

Fuentes de la Generalitat que también tratan de poner orden en el empadronamiento en Catalunya no ven con malos ojos la decisión del Ayuntamiento de Barcelona. "Empadronar a centenares de personas en sedes de oenegés es peligroso jurídicamente. Pero no se puede desempadronar a la gente de un día para otro, sino que debería hacerse de forma escalonada y progresiva y en contacto con el resto de ayuntamientos", dicen fuentes del Govern que ponen a Barcelona de ejemplo de buena gestión del padrón. "Barcelona no es Ripoll. Barcelona es de los pocos municipios que hacen las cosas bien", insisten estas fuentes.

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