40 años de trasplantes en Sant Pau: "Que el corazón de una persona funcionara en otra nos parecía magia"

El doctor Antonino Ginel solo le pide una cosa a esta periodista. "Quiero que en algún momento del reportaje salga el agradecimiento a los donantes". Es jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca y director del Servicio de Trasplante del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona). "Un donante es siempre una persona joven que ha muerto de una manera inesperada. Y, en este contexto, la familia tiene una generosidad increíble. Por favor, dedica cuatro palabras a esto", insiste Ginel.

A su lado está Xavier Aguirre, de 53 años. A él le salvó la vida un donante: en 2021 le hicieron un trasplante cardiaco. Con una cardiopatía desde 2010, sin ese corazón, el que ahora late en su cuerpo, no tenía más opciones. Desde luego, no estaría viendo crecer a su hija, de ahora 3 años, nacida apenas dos meses después del trasplante y mientras él aún se recuperaba en Sant Pau de tan difícil cirugía. "Llevar una vida sana y seguir las pautas del médico no es solo algo que hago por mi bien, también es una muestra de respeto hacia mi donante. Quiero llevar su corazón sin malgastarlo", interviene, emocionado, al oír las palabras de Ginel.

"Cuando Sant Pau hizo aquel primer trasplante, yo estudiaba Medicina. Vi en la tele una entrevista de Mercedes Milà con el doctor y aquello me influyó al elegir la especialidad"

— Antonino Ginel. Jefe de Cirugía Cardiaca y Trasplantes de Sant Pau

Hace 40 años, Sant Pau fue el primer hospital de España que hizo un trasplante de corazón. Ocurrió exactamente la noche del 8 al 9 de mayo de 1984. Fue un hito médico en todo el país. Este jueves, Sant Pau celebra estas cuatro décadas de aquel acontecimiento. Ginel y Aguirre, que no se conocían antes de este reportaje pero a quienes les une una misma realidad (desde diferentes ángulos), se citan en este centro sanitario para contarle a EL PERIÓDICO sus respectivas historias.

"Cuidarme es también respetar a mi donante: no quiero malgastar su corazón"

— Xavier Aguirre. Paciente de 53 años

El doctor Ginel, por ejemplo, recuerda muy bien por qué decidió especializarse en cirugía cardiaca. "Cuando Sant Pau hizo aquel primer trasplante de corazón, yo era estudiante de Medicina en Cádiz. Vi en la tele una entrevista de Mercedes Milà con el doctor Josep Maria Caralps [el cirujano de Sant Pau que lideró el equipo médico que hizo aquel primer trasplante de corazón]. Eso influyó en el momento en que elegí la especialidad", explica. "Y ocho o nueve años después de acabar los estudios, tuve el honor de trabajar con él aquí", añade. Recuerda aquel primer trasplante de corazón como "un hecho impactante", fruto de un trabajo "muy largo". "El corazón de una persona funcionaba en otra... ¿Eso era magia?".

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Aquel "hito médico" es ahora algo de lo que hospitales como Sant Pau tienen muchísima experiencia. En estas cuatro décadas, Sant Pau ya ha realizado unos 650 trasplantes de corazón. Uno de los pacientes es Xavier Aguirre. "Mi enfermedad empezó en 2010. De golpe me cansaba de una manera muy bestia; no podía caminar, no podía andar", cuenta. Tenía 39 años en aquel momento. Y le diagnosticaron una miocardiopatía dilatada. "Así aguanté 10 años con la medicación. Hacía una vida 'normal'. No practicaba deporte porque no aguantaba, pero caminaba". Pero a finales de 2019 todo se complicó y la medicación dejó de funcionar. La única oportunidad era el trasplante de corazón. Cogió la baja, entró en lista de espera en octubre de 2020 y lo operaron el 28 de enero del año siguiente.

La operación fue más difícil de lo esperado, ya que fallaron los pulmones y el corazón a una vez, y Aguirre estuvo una semana en coma inducido. En la uci, tres semanas más. Perdió musculatura y sufrió alucinaciones (los delirios o síndromes confusionales son frecuentes en enfermos críticos que pasan largas estancias en unidades de cuidados intensivos). Pero la buena noticia es que todo salió bien. A mediados de marzo le dieron el alta y poco antes, el día 2, en otro hospital de Barcelona, había nacido su hija. "Yo ahora celebro dos cumpleaños, el normal y el del 28 de enero". Se cuida mucho: come sano, con poca sal, muchas ensaladas, mucha fruta, todo bien desinfectado, alimentos muy cocidos. Tiene la incapacidad permanente. "Pero estoy súper feliz. Sant Pau me ha salvado la vida", dice con una sonrisa.

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Avances médicos

En el campo del trasplante cardiaco, el doctor Ginel recuerda que el gran cambio se obró a partir de 1982, con la llegada de la medicación antirrechazo (al ser el órgano de otra persona el propio organismo, de entrada, lo rechaza). "Esta medicación fue de verdad el disparo de salida del trasplante de corazón. En el 82 lo estaban haciendo los hospitales más punteros del mundo y solo dos años después, en el 84, ya lo hacía Sant Pau", explica el cirujano.

En Catalunya se realizan al año "unos 50 o 60" trasplantes de corazón y Sant Pau lleva a cabo un tercio de ellos. "Es muy gratificante ver cómo mejoran los pacientes. Pasas de ver a personas para quienes ir a la ducha es un reto a ver gente que hace vida normal". La insuficiencia cardiaca muy avanzada, como la que tenía Aguirre, cuenta con una esperanza de vida muy corta. "Una situación como la de Xavier no le habría dejado vivir uno o dos años más", dice Ginel.

Ahora todo es diferente, la esperanza de vida ha aumentado mucho ("todo el proceso de trasplante ha cambiado"). Y más que lo hará gracias a los tratamientos inmunosupresores, cada vez mejores, que regulan la respuesta inmunológica del organismo del receptor del órgano. "Ver a un paciente como Xavier da sentido a mi trabajo", asegura el cirujano. También Xavier se siente más que agradecido. No echa de menos su trabajo y su día a día le llena mucho. Cuida de la niña (su pareja trabaja), pasea al perro, va al supermercado. También hace deporte, aunque sin pasarse. "E intento aprovechar al máximo", concluye.

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