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Objetivo 'contenciones cero': Catalunya quiere dejar de atar a la cama a los pacientes de salud mental

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Puertas abiertas en la unidad de psiquiatría del Hospital Can Ruti de Badalona.

Puertas abiertas en la unidad de psiquiatría del Hospital Can Ruti de Badalona. / Ricard Cugat

Beatriz Pérez

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Dentro de la medicina, la psiquiatría es una de las ramas con una mayor historia de claroscuros. Los sanitarios son los primeros en reconocerlo. En las unidades psiquiátricas (llamadas ahora de salud mental) se han cometido (y en ocasiones aún se cometen) vulneraciones de derechos humanos que sobre todo tienen que ver con restricciones de libertad.

Can Ruti demuestra que dejar abiertas las puertas de las unidades psiquiátricas reduce las fugas y la necesidad de inmovilizar

Esta autocrítica es lo que ha llevado al Govern a que uno de los objetivos del Pacte Nacional per la Salut Mental sea precisamente las 'contenciones cero', práctica que consiste en atar a los pacientes psiquiátricos a las camas. La Administración catalana quiere reducirlas lo máximo posible. Y no es tan difícil: el Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti, en Badalona) ha conseguido que esta práctica sea una excepción dentro de sus instalaciones: las ha rebajado al 0,001%. El 'modelo Can Ruti', que ahora prevé expandirse a otros hospitales como Vall d'Hebron, demuestra que gran parte de estas inmovilizaciones son evitables.

El modelo 'Can Ruti', que ha logrado que la práctica de atar a los pacientes sea una excepción, se expandirá a otros hospitales como Vall d'Hebron

¿Cómo? Humanizando las áreas de salud mental. "Somos el único centro de Catalunya que tiene abiertas las puertas de la planta de hospitalización de agudos", explica Jorge Cuevas, jefe de Sección de Hospitalización y Urgencias de Psiquiatría de Can Ruti. Esto significa que los pacientes pueden salir de la unidad y transitar por todo el hospital. Evidentemente no todos los pacientes sin excepción: los médicos hacen un seguimiento y un control de cada uno de ellos. Y han comprobado, señala el jefe de Psiquiatría, Joan de Pablo, que esta libertad "mejora la calidad" de la atención al paciente, este se siente más seguro y hay menos intentos de fuga y, por ende, necesidad de aplicar contenciones mecánicas. "Nosotros no tenemos fugas. Hay más fugas en las unidades cerradas que en la nuestra", asegura De Pablo.

"Voluntad" de Salut

Hay más medidas que los hospitales están tomando para humanizar estas áreas, como el cierre de camas psiquiátricas de larga estancia (apostando por la atención domiciliaria, para que el paciente no se vaya aislando de su entorno) y pactando con el paciente decisiones médicas (qué quiere y qué no que se le haga) en un documento llamado planificación de decisiones anticipadas (PDA). Este documento aún no está implementado, pero será una realidad el próximo año.

Apostar por atención domiciliaria y pactar las decisiones son otras iniciativas para humanizar la atención psiquiátrica

Sin embargo, en el centro de este debate están las contenciones mecánicas. Diferentes organizaciones de derechos humanos han pedido acabar con estas inmovilizaciones que se realizan no solo en los hospitales, sino también en geriátricos y cárceles. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha señalado que la inmovilización "puede constituir tortura y malos tratos". Los médicos esgrimen que, en algunos casos excepcionales, son necesarias.

"Es un tema complejo, no hay una receta sencilla. La Organización Mundial de la Salud (OMS) insiste en que España y Catalunya actúen ante la vulneración de derechos en personas con trastornos de salud mental. Y vemos que hay una voluntad del departamento de Salut para monitorizar las contenciones mecánicas", reconoce Maria Lomascolo, responsable del ámbito sanitario de Obertament, organización que lucha contra el estigma de la salud mental.

"Es un tema complejo, pero vemos que el Departament de Salut tiene voluntad de monitorizar las contenciones mecánicas"

Maria Lomascolo

— Obertament

De momento, cada hospital, a título individual, debe decir cuántas hace, el motivo, qué profesionales han estado involucrados y cuánto han durado. Pero Obertament insiste en que, además, deben abordarse las "coacciones, amenazas, presiones y medicaciones involuntarias" que, en ocasiones, sufre el paciente.

Un paciente de psiquiatría ingresado en Can Ruti.

Un paciente de psiquiatría ingresado en Can Ruti. / Ricard Cugat

"Cambio de mirada"

Isabel Grimal, directora de Enfermería del Parc Sanitari Sant Joan de Déu, hace 19 años que trabaja en el área de salud mental. "Se ha avanzado en algo clave: los derechos humanos de las personas", certifica. Según Grimal, la formación en salud mental ha generado en los profesionales un "cambio de mirada". "Un paciente con salud mental es una persona con los mismos derechos que cualquier otro ciudadano", defiende esta enfermera, quien asegura que Sant Joan de Déu ha logrado que las contenciones sean "cero" en la unidad de subagudos y que en la de agudos "no pasen del 1%". "Esto facilita los procesos de recuperación del paciente", apunta.

"La salud mental ha sido la gran olvidada de la sanidad, pero sus pacientes tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano"

Isabel Grimal

— Directora de Enfermería del Parc Sanitari Sant Joan de Déu

Las contenciones mecánicas son, según los sanitarios, necesarias en momentos concretos, como cuando el paciente corre un riesgo o hace correr un riesgo a otra persona. "Cuando el paciente corre un riesgo, la contención es un elemento terapéutico. Pero está claro que se debe evitar y debe ser la última alternativa", señala Grimal.

Prohibidas en Inglaterra

En algunos países como Inglaterra las contenciones mecánicas están prohibidas. "Pero en algunos casos esto ha derivado en que los pacientes sean atendidos por la policía. Es decir, si hay un problema de seguridad acude la policía. Y hay casos de muerte. No es lo que buscamos", advierte el coordinador del Pla de Prevenció del Suïcidi de Catalunya y director de Salud Mental del Hospital Parc Taulí (Sabadell), Diego Palao. Reconoce que uno de los obstáculos a la hora de reducir el número de contenciones mecánicas es la falta de personal.

Los sanitarios apuntan que las contenciones son necesarias en momentos concretos de riesgo

"En las residencias, sí que se puede evitar atar a las personas mayores porque esto se hace para que no se caigan de la cama y se lesionen. Hay otras maneras", precisa Palao. En hospitales no siempre es tan fácil. El Parc Taulí ha aumentado recientemente el número de boxes en las urgencias psiquiátricas (ahora hay cinco boxes privados, mientras que antes solo había dos y dobles) y el centro ha incrementado las ratios de enfermería para los pacientes ingresados. Aun así insiste Palao: "Para humanizar las plantas se necesita personal".

Según la enfermera Grimal, la salud mental ha sido "la gran olvidada del ámbito sanitario". "Hasta hace no tanto, la saludad mental era de la beneficencia: los hospitales psiquiátricos estaban ligados a donaciones de la Diputación", responde. En 2011, esto es, hace solo 12 años, se derribó el muro que separaba el Hospital de Sant Boi (para pacientes con problemas de salud mental y perteneciente al Parc Sanitari Sant Joan de Déu) de la calle. "A los pacientes con trastornos mentales hay que tratarlos con la misma calidez y humanidad con que tratamos a los que sufren un infarto", recuerda esta enfermera.

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