Escapada urbana

Escondites de artistas: el bar de Barcelona de sonido espectacular donde Clara Aguilar quiere escuchar sus propios discos 

La reputada compositora para artes escénicas y productora electrónica, autora también de las bandas sonoras de 'Suro' y 'Creatura', nos habla del 'listening bar' Oblicuo

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CLARAGUILAR en el 'listening bar' Oblicuo

CLARAGUILAR en el 'listening bar' Oblicuo / Zowy Voeten

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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EL PERIÓDICO descubre los rincones secretos de algunos de los nombres más conocidos de la escena catalana, como los músicos The New Raemon, Joana SerratMiqui PuigMazoniQueralt Lahoz, David Carabén, Magalí Sare y Júlia Colom o los escritores Marta CarniceroLaura FernándezJordi PuntíJorge CarriónGemma Ruiz Palà.

Es casi un milagro poder hablar con Clara Aguilar por unos minutos. Ahora mismo, la reconocida compositora y diseñadora de sonido para artes escénicas se prepara para el estreno de una nueva obra del VVAA Col·lectiu ('Baby no more', el 16 de mayo en el TNC); compone la banda sonora de la serie de Prime Video 'Su Majestad', después de haberse curtido en la materia con 'Suro', 'Selftape' y 'Creatura', y tiene por delante conciertos con su proyecto musical personal CLARAGUILAR, cuya última muestra discográfica, 'Figura', es uno de los álbumes nacionales del año, esotérica pero emocional confluencia de la electrónica de baile con el 'ambient' o la música de cámara. 

Un álbum que a Aguilar (o a quien esto firma) no le importaría escuchar entre las paredes perfectamente insonorizadas de Oblicuo (Carrer de la Riera de Sant Miquel, 59), 'listening bar' abierto en octubre del año pasado. "Lo descubrí a través de un amigo, Alex, que es también músico y productor, trabaja en el Primavera Sound y está muy al día de todo lo relacionado con el mundo de la música", explica. "Colgó en Instagram una foto del sistema de sonido [creado expresamente para el local por el diseñador sonoro Giorgio Di Salvo] y le pregunté dónde estaba aquello". 

Escuchar y hablar

La experiencia de estar allí no le defraudó, más bien al contrario. Clara habla con entusiasmo sobre este sucesor del Nica de Casa Bonay (Gran Via de les Corts Catalanes, 698) y el Curtis Audiophile Cafe (Mallorca, 196) en el mapa barcelonés de 'listening bars', o 'bares de escucha'; lugares donde la música suena con un nivel de calidad altísimo, que no a un nivel ensordecedoramente alto. "Tienes música con volumen, pero, increíblemente, también puedes hablar con total tranquilidad. Si vas allí a socializar, no has de gritar como harías en un bar de copas o en un club". 

BARCELONA 16/04/2024 On Barcelona. Foto de la artista electrónica CLARAGUILAR para la sección Escondites de artistas. Ella ha elegido el bar de alta fidelidad Obliquo. FOTO de ZOWY VOETEN

CLARAGUILAR posa con el sistema de sonido de Oblicuo / Zowy Voeten

En el Oblicuo no solo se cuida el cómo suenan las cosas, sino qué cosas suenan. "Cuando fui estaban poniendo que si Autechre, que si Burial… Electrónica seleccionada con muy buen gusto. En ese momento no había nadie pinchando, era una selección previa, pero tienen programación de 'dj's'"; mañana miércoles, día 24, hay sesión 'indie pop' con Luis Costa y Stacey Cute.

Si vas al baño, la banda sonora cambia por completo, avisa Aguilar. "Cuando yo entré sonaban cantos gregorianos. Hay otra concepción sonora, como si estuvieras en otro plano de la realidad, fuera del bar. Eso me encantó". 

Atención al sonido

Evolución de los famosos 'jazz kissa' japoneses, donde desde finales de los años veinte encontraron refugio sónico los amantes de una música por allí difícil de comprar por entonces, los 'listening bars' tienen algo de "revolucionario y ansistémico", apunta Clara con acierto. "Dar valor a la escucha, a lo que suena y cómo suena, e incluso el tipo de luz del sitio donde suena, para mí es ir a contracorriente".

En tiempos en que nos hemos habituado a la (mala) calidad de Spotify, escuchar música en esas condiciones puede ser una revelación, o para quienes tenemos cierta edad, una forma de recuperar un romance estropeado por el 'streaming'. "Siento que se han cargado nuestra forma de acercarnos a las cosas. La idea de álbum se está deshaciendo. Escuchamos en plan 'random', sin conciencia, con prisas… No entras realmente en la música ni en su cultura; es algo mucho más superficial. Yo no soy hija del vinilo, pero estoy intentando modificar mi escucha y trato de ponerme vinilos de arriba abajo", cuenta Aguilar, que sabe adónde va y a la que hay que seguir. 

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