Escondites de artistas: la iglesia donde Magalí Sare ha encontrado la mejor acústica

EL PERIÓDICO descubre los rincones secretos de algunos de los nombres más conocidos de la escena catalana, como los músicos The New Raemon, Joana SerratMiqui PuigMazoniQueralt Lahoz y David Carabén o los escritores Marta CarniceroLaura FernándezJordi PuntíJorge Carrión.

Fue Magalí Sare quien revisó 'Una altra manera de viure' con tambores al fondo en la campaña estrella para 2020 de cierta marca de cerveza. Y quien un año después, acompañada por el contrabajista Manel Fortià, se marcó una versión de 'Els segadors' en clave feminista en la toma de posesión de Aragonès. 

Pero ella es más, mucho más que eso: en el explícitamente titulado álbum 'Esponja' (2022) se presentó como una artista omnívora y sin límites, amiga de todas las músicas y no solo las que están de moda. Ella pasa de seguir el ritmo a estos tiempos desquiciados. "Me gustan los lugares calmados, cerca de la naturaleza y sin gente", explica la cantante, instrumentista y compositora de Cerdanyola del Vallès. "Me hace desconectar de la realidad del día a día, que es muy acelerada y no te deja tiempo para pensar, filosofar, respirar, escribir o componer".

Por eso ha elegido como escondite el Santuari de la Mare de Déu de l'Ajuda, iglesia del siglo XIII a las afueras de Balenyà (Osona), antes conocida también como Santa Maria de les Dones (siglo XII) o Verge de la Bona Sort (siglo XVII). "En general, las iglesias, las capillas y los santuarios me inspiran mucho el cantar por su acústica y su belleza", dice. "Además, si estás en algún apuro, puedes dejar un cirio y pedirle ayuda para algo. Esta la tengo cerquita de mi casa, a cuarenta minutos andando por un caminito de campo". 

La magia de las iglesias

Magalí se mudó a Centelles en 2020, acabado el Gran Confinamiento, en un ataque de ansia de libertad. "No conocía el pueblo para nada", señala. "Nos mudamos a ciegas, solamente con un par de referencias de amigos músicos que viven allí. Y la primera excursión al Santuari fue como redescubrir el mundo". De aquella jornada recuerda que "hacía sol y frío" y pasarlo bien con otros músicos. "Dentro hay una acústica mágica, una reverberación ni muy larga ni muy corta. Además de un organillo muy viejito". 

En su próximo disco habrá, según nos revela, una canción inspirada por el embrujo mágico de las iglesias. "La pruebo en todas las que puedo [risas]. El otro día la probé en la Ajuda y como entre semana casi nunca hay nadie, estuve por lo menos una hora cantando sola".

Si la has seguido un poco en su carrera, es probable que ya la hayas oído cantar en una de ellas. "He hecho muchos conciertos en iglesias –recuerda–, ya sea cantando en coro, con el [grupo vocal] Quartet Mèlt o bien como solista, y siempre han sido diferentes al resto de conciertos hechos en salas o auditorios. Estos lugares tienen un encanto y una historia que inspiran y siempre salen melodías nuevas".

Cuando la inspiración desvela

Pero Magalí tiene un pequeño problema: la inspiración le viene también cuando debería estar descansando. "Lo tengo bastante detectado. Me echo a la cama, mi cabeza debería parar, pero entonces empiezan a salir letras, incluso arreglos enteros. También puedo visualizar que canto o toco y me sirve para estudiar. Entonces me tengo que desvelar y apuntarlo todo, si no quiero que se me olvide para siempre. Esas noches duermo poco [risas]". 

Tras el inesperado, también para ella misma, 'reTORNAR' (2023), a medias con Manel Fortià, se quiere tomar un tiempo para publicar nuevo álbum: "Me doy un año y medio para acabar de componer y grabar. No puedo decir nada porque, de momento, no ha salido de mi casa, pero creo que va a molar mucho". No hará falta rezar para que así sea.