50 días al frente de la institución

Un año sin Laura Borràs de presidenta: así lidera Anna Erra una "nueva época" en el Parlament

Multimedia | Las claves del proceso judicial que condenó a Laura Borràs

Los 5 retos de Anna Erra como presidenta del Parlament

La presidenta del Parlament, Anna Erra, el día de su elección

La presidenta del Parlament, Anna Erra, el día de su elección / ZOWY VOETEN

Sara González
Carlota Camps
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace un año, el Parlament entraba en dimensión desconocida con la suspensión de Laura Borràs como presidenta de la institución en aplicación del polémico artículo 25.4 y ante su decisión de no dimitir y dejar vacía la silla de institución. Una interinidad que se alargó casi 11 meses, hasta que Anna Erra fue elegida como sucesora y empezó a ejercer de nuevo el cargo en plenas funciones. 50 días lleva ya con esa responsabilidad, un tiempo en el que tanto desde la esfera política como desde la funcionarial definen como una "nueva época" que busca dejar atrás las turbulencias de los últimos meses derivadas de la situación judicial de su predecesora, pero también de episodios de tensión con los funcionarios.

Para el personal de la Cámara catalana, la "normalidad" se mide en buena parte por la liturgia del día a día. El timbre vuelve a sonar cada vez que la presidenta accede al edificio, cosa que no pasaba desde la suspensión de Borràs, cuando los Mossos de la entrada dejaron también de hacerle el saludo de honor. Durante el tiempo en que la vicepresidenta primera, la republicana Alba Vergés, asumió la presidencia en funciones, pidió explícitamente que no sonara el timbre con vocación de mantener un perfil discreto y no ser acusada de usurpar el cargo a la líder de Junts. En su día, Carme Forcadell solicitó esa discreción cada vez que llegara.

Agilizar reuniones y carpetas enquistadas

Pero los cambios significativos se viven, especialmente, en las reuniones de la Mesa, así como en la relación con los trabajadores de la institución. Fuentes parlamentarias explican cómo Erra hace "ágiles" los encuentros semanales del órgano que rige la Cámara. "Comparte las cosas y se nota que ha sido alcaldesa y que sabe gestionar", aseguran. No ha tenido tampoco reparos en afrontar los temas espinosos que la mesa tiene acumulados por desacuerdos entre los grupos, como por ejemplo la regularización de las dietas de los diputados, cuyo melón también trató de abrir Borràs pero quedó parado por el desencuentro entre partidos, motivo que le llevó a renunciar a sus dietas de 'motu proprio'. Se trata de indemnizaciones por desplazamientos, que oscilan entre 17.000 y 24.000 euros anuales en función del lugar de residencia, aunque no se hagan viajes, y que no tributan.

Vergés y la vicepresidenta segunda, la socialista Assumpta Escarp, avanzaron en la regularización por mensualidades las dietas, pero la nueva presidenta ha querido darle un acelerón. Este martes, antes de empezar la pausa estival, la Mesa acordó crear un grupo de trabajo para estudiarlo y cerrar un acuerdo, aunque no entraría en vigor hasta la próxima legislatura. De momento, lo único que se hará -a partir de enero de 2024- es integrar otra mensualidad como sueldo base. Será la cuarta mensualidad que se incorpora.

Rehacer "confianzas" con los funcionarios

Otro de los asuntos de los que también se ha ocupado muy especialmente Erra ha sido de las relaciones con el personal y los funcionarios del Parlament, especialmente deterioradas en esta legislatura por episodios polémicos como la eliminación de las licencias de edad o la dimisión de la secretaria general del Parlament Esther Andreu después de que su hijo obtuviera una plaza de ujier y que no quedara claro si Borràs intervino o no en el proceso de selección. También se produjo un enfrentamiento con el exletrado mayor Antoni Bayona y el órgano de transparencia tuvo que ser renovado por dimisiones.

Erra se ha apresurado a reunirse con todos los letrados y jefes de área para tomar nota del estado general de la situación. "Escucha más, se está recuperando la confianza con el personal, que era necesario", sostienen fuentes parlamentarias, aunque Erra aún no ha designado ningún sustituto a la secretaria general y, hasta la fecha, los letrados han tenido que ir manejando la situación.

Este será uno de los deberes que tendrá que afrontar a la vuelta de las vacaciones, igual que otros asuntos pendientes como la reforma del reglamento del Parlament -en trámite desde mayo- que prevé limitar los discursos de odio de Vox e introducir el voto telemático, que serviría como vía para legalizar la participación a distancia en los plenos del diputado de Junts, Lluís Puig

La llegada de Erra ha servido también para rebajar tensiones dentro del grupo parlamentario de Junts. Desde que fue elegida presidenta de la Cámara, su antecesora, que estuvo meses observando los plenos desde la tribuna con el claro objetivo de no ceder este espacio, ya no se ha dejado ver más por la institución. "Ahora ya tenemos presidenta", aseguran desde su grupo para justificar esta ausencia. Evidentemente, no lo ve igual el círculo más próximo a Borràs, con Francesc de Dalmases como cara visible, que en el pleno del miércoles volvió a hacer un tuit recordándola y asegurando que ellos no pasaban "página".

Suscríbete para seguir leyendo