Política de alianzas

Junts congela el debate sobre sus fiascos postelectorales a la espera del resultado de las generales

Junts se inclina por no repetir el pacto con el PSC en la Diputación de Barcelona

GRÁFICO | Los candidatos moderados de Junts sufrieron menos desgaste en las elecciones municipales

El secretario general de Junts, Jordi Turull; la presidenta de Junts, Laura Borràs y el líder del partido en el Parlament, Albert Batet, antes de que termine la votación de Junts, en las puertas de la sede de la formación.

El secretario general de Junts, Jordi Turull; la presidenta de Junts, Laura Borràs y el líder del partido en el Parlament, Albert Batet, antes de que termine la votación de Junts, en las puertas de la sede de la formación. / David Zorrakino / Europa Press

Fidel Masreal

Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El enojo ante las jugadas del rival es uno de los mayores pegamentos de los partidos en tiempos de zozobra, que evita debates incómodos y centra la atención en el combate democrático ante el adversario. Algo así sucede en Junts tras las elecciones municipales del 28-M. El consejo nacional celebrado a principios de junio podría haber sido tenso debido a la pérdida de opciones de poder notables tras pasar por las urnas, pero la autocrítica se desvaneció en favor del enfado contra los socialistas por el pacto de Jaume Collboni con los Comuns y el PP que le convirtió en alcalde de Barcelona y dejó a Xavier Trias con la miel en los labios.

El partido, una vez más, guarda silencio. Esta vez, se trata de no perjudicar las expectativas de cara a la cita con las urnas del próximo 23 de julio. Pero la marejada interna existe aunque se le haya puesto sordina. Oficialmente, se culpa a ERC de haber incumplido las buenas palabras expresadas por el 'president' Pere Aragonès en favor de las alianzas independentistas y de no haber acatado tampoco las intenciones amables expresadas en la cumbre de Ginebra entre los dirigentes de ambas formaciones.

La negociación de Turull

Pero el interrogante se traslada también a nivel interno, en relación a cómo el secretario general, Jordi Turull, negoció todo lo negociable en ayuntamientos y diputaciones. De un resultado electoral digno -en especial en la capital del país- y tras adelantar a Esquerra, quedando segundos en número de votos, se ha pasado a disponer sólo de una alcaldía de peso, la de Sant Cugat del Vallès, a depender de la CUP en el gobierno de Girona, ocupando la vicealdía pese a que antes tenían la vara de mando en el feudo de Carles Puigdemont, y quedado fuera de las diputaciones de Lleida y Tarragona en favor de pactos PSC-ERC.

Silencio en el partido pese a pérdidas sonoras tras los comicios locales

La carta blanca de Trias

El partido carga su artillería contra los republicanos mientras asume también que no pudo negociar, por ejemplo, usando la palanca de Barcelona, porque en la ciudad Trias tuvo carta blanca para hacer lo que le conveniera al margen de los intereses globales de Junts. Trias intentó un pacto con el PSC y, según la versión oficial, fue él mismo quien desechó un pacto con Colboni para repartirse la alcaldía.

Los responsables de política local y el secretario general guardan sus cartas. El consejo nacional, el día después de que Collboni lograra la alcaldía de Barcelona, eludió la autocrítica. Pero la olla a presión sigue a alta temperatura. Trias ha apostado por pactar con el PSC la reedición del gobierno conjunto en la Diputación de Barcelona, pero la cúpula se inclina por no darse la mano con el partido que ha dado un portazo a sus aspiraciones de ser de nuevo titulares de la alcaldía de la capital catalana. El debate es intenso.

Mientras los moderados y los alcaldes tienen una visión más pragmática y se lamentan de la pérdida de cada oportunidad de lograr el poder en diputaciones, consejos comarcales o ayuntamientos, otros recuerdan que para presentarse a las elecciones generales con un perfil propio, es mejor dejar a ERC como el partido que se "vende" a los socialistas mientras Junts mantiene "la coherencia y los principios".

El rumbo, pendiente

La táctica de Junts sigue pendiente de definirse, como se lamentan algunos en privado. El rumbo estratégico, de futuro, a largo plazo. Las constantes pruebas de fuego en forma de pactos, campañas electorales o zozobras como la condena a la presidenta del partido a Laura Borràs impiden un debate sosegado y discreto. Para analizar, por ejemplo, si el discurso de la gestión y los pactos es el adecuado, a la vista de los resultados de ciertos alcaldables de este perfil el día 28 de mayo, y si hay que despojarse del corsé de no poder pactar con el PSC cuando ERC lo hace sin tapujos y deja a Junts fuera de notables cuotas de poder.

Suscríbete para seguir leyendo