Elecciones municipales Barcelona 2023

Collboni se activa para ser alcalde gracias a Comuns y ERC pese al adelanto de las generales

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Un 2+2 de Colau y Collboni con el apoyo de ERC, el todavía más difícil de los Comuns

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Los republicanos alejan la posibilidad de facilitar la alcaldía de Barcelona al candidato del PSC

La noche electoral en la sede del PSC: Jaume Collboni con Salvador Illa.

La noche electoral en la sede del PSC: Jaume Collboni con Salvador Illa. / ZOWY VOETEN

Sara González
Fidel Masreal
Toni Sust
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Una cosa es la campaña y otra tener los resultados encima de la mesa. Y cuando se trata de las opciones de gobernar, no hay hemeroteca que valga. Pese a que el candidato del PSC, Jaume Collboni, convencido de que sería el ganador de las municipales en Barcelona, dijo que si no ganaba no intentaría ser alcalde y se quedaría en la oposición, se dispone a arremangarse para lograr arrebatarle la vara de mando a su rival de Junts, Xavier Trias. Así se lo ha encargado el líder del partido, Salvador Illa, que tiene entre ceja y ceja que los socialistas catalanes lleven las riendas en las cuatro capitales de provincia.

La operación que pretende Collboni no es precisamente sencilla pese a que aritméticamente sea posible. Más aún habiendo entrado a bocajarro en plena campaña de las generales convocadas precipitadamente por Pedro Sánchez. Para desbancar a Trias, necesitaría sumar a sus 10 concejales los votos de los nueve representantes de los Comuns y por lo menos dos de los cinco de ERC para alcanzar los 21 o bien hacer entrar en la ecuación los cuatro del PP, aunque estos no serían compatibles con una fórmula que incluya a Colau.

La imagen de Trias flanqueado por Jordi Turull y Laura Borràs ha actuado de repelente para el PSC, además de ser consciente de que Junts no va a renunciar a la vara pese a que les invite a pactar. Y lo que quiere Illa es la alcaldía, no ser socio minoritario de nadie, por lo que la sociovergencia no le sirve. La consigna, ha detallado, es que se configuren pactos "estables", con "sello progresista" y pensados "únicamente en clave de cada pueblo y ciudad", por lo que ha subrayado que Barcelona no será "moneda de cambio" de ningún otro municipio o de la elección del relevo de Laura Borràs en el Parlament.

Las opciones

Ada Colau está dispuesta a explorar la entente. "Es necesario un gobierno de izquierdas", ha defendido ante los empresarios en las jornadas del Cercle d'Economia. Aunque los Comuns se resisten a dar por hecho que sería el cabeza de lista socialista el alcalde y se esfuerzan en dar alas a una fórmula que suponga un reparto de la alcaldía con el PSC. Mantienen viva la esperanza de que el recuento oficial del viernes de un vuelco a su favor y les sitúe en esa segunda posición de la que se quedaron a tan solo 142 votos. Hasta que no tengan el retrato definitivo, la hasta ahora alcaldesa no decidirá su destino. Y en el partido no esconden que este podrían ser las generales del 23 de julio para tratar de dar un espaldarazo a Yolanda Díaz.

Pero más difícil lo tiene el PSC con los republicanos. De partida, Ernest Maragall considera que es Trias quien, como ganador, debe liderar el intento de formar gobierno municipal, pero tampoco ha sido taxativo con Collboni y no ha cerrado la puerta a hablar. Pero ya con el anuncio de Sánchez de que habría generales a la vuelta de la esquina, el líder de ERC, Oriol Junqueras, ha alejado esa posibilidad y ha situado como prioridad los acuerdos con sello independentista. El relato de la contienda de la próxima batalla electoral empieza a fraguarse contrarreloj en la sede de cada formación. Y en la de los republicanos, en concreto, se prevén cambios tras el golpe en las municipales y su repercusión en la legislatura de Pere Aragonès.

En un intento de asomarse a sabiendas que no tiene la llave que le hubiera gustado pese a duplicar la representación popular, Daniel Sirera ha dejado caer que está "abierto a contribuir en la gobernabilidad" y que, si tiene que escoger entre Trias o Collboni, no tiene "predilección" por uno u otro.

El candidato de Junts, por ahora, observa los movimientos del PSC con poca inquietud y tratando de saborear su triunfo. O por lo menos así lo aparenta cuando en declaraciones en RAC 1 ha asegurado que está convencido que no se repetirá una jugada como la que en 2019 dejó a Ernest Maragall sin la alcaldía. Ciertamente, que eso sucediera serviría en bandeja de plata la campaña de Junts en las generales. Aún así, consciente de que no le conviene cerrarse ninguna vía de acuerdo y que parte con ventaja, se ha mostrado conciliador y ha abogado por "fórmulas de entendimiento y de negociación". A malas, ya ha apuntado que podría gobernar en minoría y tirando de geometría variable.

La segunda vuelta de las municipales empieza esta semana con las negociaciones, que esta vez se encabalgan de forma inédita con la batalla estatal.