Elecciones municipales y autonómicas

Termina la campaña del 28-M con la mirada puesta en las generales: así le ha ido a cada partido

Elecciones 28M en directo: última hora de la compra de votos, sondeos, encuestas y resultados

¿Quién ganará las elecciones? Estas son las predicciones más allá de las encuestas

¿Por qué no se pueden publicar encuestas la última semana de campaña electoral?

Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz, Santiago Abascal, Inés Arrimadas

Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz, Santiago Abascal, Inés Arrimadas

Juan Ruiz Sierra
Pilar Santos
Miguel Ángel Rodríguez
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La campaña electoral para las elecciones municipales, 12 comunidades y Ceuta y Melilla acaba este viernes a medianoche. Los partidos apuran las últimas horas para colocar sus mensajes y tratar de convencer a los ciudadanos de que son la mejor opción para dirigir sus ayuntamientos y gobiernos o, los más modestos, para condicionarlos. Aquí, las vicisitudes por las que han pasado durante estos 14 días los principales partidos de ámbito español.

Entre los anuncios y el ojo puesto en Podemos

Las valoraciones de las campañas electorales dependen del resultado, y muchas veces nada tienen que ver las que se hacen antes y después del escrutinio, pero el PSOE se muestra satisfecho por no haberse salido apenas de la trayectoria que había proyectado. Los socialistas, que el domingo se juegan mucho más que los populares (gobiernan nueve de las 12 autonomías en disputa), han apostado en estos comicios por la figura de Pedro Sánchez. La campaña nacional ha girado en torno a los anuncios de medidas que el presidente del Gobierno hacía primero en los mítines y después el Consejo de Ministros aprobaba a la carrera. 

Pero el guion se ha visto trastocado. Primero, por las candidaturas de EH Bildu, que incluían a 44 condenados por pertenencia o colaboración con la desaparecida ETA. En el PSOE aseguran que se trató de una polémica “artificial”, que no “movía ningún voto”, y su tesis vino refrendada por el cambio de discurso del PP, que tras volcarse en la banda terrorista apenas la ha mencionado durante la semana que ahora acaba. Después, cuando la campaña ya tocaba a su fin, por las denuncias de compras de votos que afectan a candidatos socialistas en localidades de Almería y Murcia.

Las medidas avanzadas por Sánchez, mientras tanto, han ido de más a menos: de las fuertes inversiones en vivienda, que representaban una absoluta novedad, a la simple aprobación de iniciativas que ya estaban anunciadas, como el refuerzo a la Atención Primaria

El PSOE, en cualquier caso, no depende solo de sí mismo y su capacidad para movilizar a su electorado, más dormido que el de la derecha. También depende de sus socios. Fundamentalmente, Podemos. Si los morados no logran representación en comunidades como la valenciana, los socialistas tendrán muy difícil mantener allí el poder. Y si se despiden también de territorios como Aragón o Illes Balears y no logran recuperar Barcelona, la sensación de fin de ciclo puede fortalecerse ante las elecciones generales de diciembre. 

Satisfechos, pero sin lanzar las campanas al vuelo

En el PP hay optimismo y tensión a partes iguales. Los dirigentes que han compartido con Alberto Núñez Feijóo debates y estrategias están satisfechos por cómo ha ido la campaña, pero siguen admitiendo que la nota global dependerá no tanto de la mejora en votos sino de la consecución de nuevos gobiernos (municipales y autonómicos).

Creen que la inclusión en la lista de EH Bildu de 44 condenados por pertenencia a la banda extinta ETA les fue bien para remarcar los “socios indeseables” que, en su opinión, tiene Pedro Sánchez, aunque tuvieron que dejar el asunto cuando se convirtió en un debate interno del  PP entre los que piden estudiar la ilegalización de la formación aberzale (Isabel Díaz Ayuso) y los que no (Feijóo). 

El líder de los populares marcó el cambio de la estrategia el pasado domingo apelando a los votantes de Vox y Ciudadanos, a los que mencionó directamente en el mitin central de Valencia. Esa ciudad y la Comunidad son dos objetivos prioritarios para los conservadores. Si consiguiera esos dos gobiernos y también se hiciera con alguna otra comunidad, como La Rioja, Feijóo podría respirar tranquilo para afrontar la campaña de las generales (a final de año).

El escándalo de la compra de votos por dirigentes del PSOE en algunos municipios también ha sido visto con alborozo en la sede del PP. Feijóo cerró el mitin de campaña en Madrid pidió a los españoles que voten "masivamente" contra los que "hacen trampa".

Convencer de que pueden ser útiles para frenar a Vox

Convencer de que pueden ser útiles para frenar a Vox

El partido de Ciudadanos fue en 2019 determinante para la formación de gobiernos autonómicos y municipales por toda España, un poderío que ha ido menguando por decisiones equivocadas en estos años que ha llevado a un doble relevo en la cúpula: primero salió Albert Rivera y, después, Inés Arrimadas. 

Esta campaña, los dirigentes naranjas han intentado hacer valer su peso en los ejecutivos en los que podrían tener algo que decir: el Ayuntamiento de Madrid (con Begoña Villacís) y la Región de Murcia (María José Ros). Ambas candidatas reivindican que pueden ser claves para respaldar a los candidatos del PP en esos dos casos para que no dependa de Vox. En las ciudades de tamaño medio son especialmente optimistas en Lugo, Palencia, Córdoba y Alicante.

El principal obstáculo de Ciudadanos es no llegar a alcanzar el mínimo de papeletas requerido para obtener representación: 5% de votos para las municipales y 3% o 5% en las autonómicas, según la comunidad. Esa circunstancia ha sido aprovechada por Feijóo, que ha rematado la campaña apelando a los votantes naranjas y diciéndoles que opten por el PP porque pueden estar malgastando su papeleta.

Abascal exigirá entrar en los gobiernos donde Vox sea decisivo

"¡Qué cara de vicepresidente se le está poniendo a Juan García-Gallardo!", sentenció Santiago Abascal tras las últimas elecciones en Castilla y León, en febrero de 2022, a la vista de que los votos de Vox eran esenciales para que gobernara el PP. Y así fue, el partido de extrema derecha exigió, por primera vez, entrar en un gobierno autonómico. Después de aquella prueba piloto, el líder de la formación ultra ha aseverado que no dará ningún "cheque en blanco" a los conservadores en aquellas comunidades en las que sus escaños sean indispensables. La condición será formar parte de los ejecutivos. 

En una campaña en la que Vox ha exprimido al máximo la polémica sobre la inclusión de condenados por terrorismo en las lista de EH Bildu y el caso de corrupción en Melilla por la compra de votos, en el partido de extrema derecha creen que pueden ser decisivos en la Comunidad de Madrid (en 2021 dieron el Gobierno a Isabel Díaz Ayuso sin exigencias), en la Región de Murcia, la Comunitat Valenciana y Extremadura. E, incluso, gobernar en Ceuta.

Unidas Podemos confía en revalidar gobiernos y Díaz liga su futuro a Colau

Si todas las elecciones autonómicas tienen una lectura nacional, en el caso de Unidas Podemos las aristas son infinitas. La sensación de los morados tras dos semanas de campaña es "positiva" y eso que todos sus dirigentes no han dejado de denunciar, una y otra vez, los continuos intentos de dejarles fuera de la competición. Aun así, haciendo bandera de la ley de vivienda, aprobada hace unas semanas, y con anuncios sobre la limitación de los pisos turísticos o la creación de una ley para obligar a los bancos a crear una 'hucha' para hipotecados vulnerables, los morados consideran que han hecho un "buen trabajo" y que lograrán revalidar los gobiernos autonómicos en los que actualmente participan: Comunidad Valenciana, Baleares, Aragón, Canarias y Navarra.

Los resultados que arrojen las urnas serán determinantes tanto para la acción legislativa del Gobierno de coalición estatal (un mal resultado puede llevar a los morados a endurecer su perfil) como para la configuración del espacio cara a las elecciones generales de finales de año. La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha estado haciendo equilibrios, apoyando en su mayor parte a Unidas Podemos, pero sin descuidar a Más País o Compromís. No obstante, su principal apuesta ha sido por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El éxito o fracaso de la regidora catalana será también el de Díaz.

Además, la fuerza con la que salga Unidas Podemos de estos comicios será determinante en la negociación que empezará en junio para conformar una opción unitaria a la izquierda del PSOE en toda España.

Suscríbete para seguir leyendo