Ada Colau, con los lectores de EL PERIÓDICO: "Ningún partido puede fingir que podrá gobernar solo"

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, esgrimió este martes como principal propuesta electoral de su candidatura a las elecciones municipales la continuidad de la gestión que sus gobiernos han desarrollado en los últimos dos mandatos. Lo hizo en el ciclo de conferencias 'Barcelona Entre Todos' organizado por EL PERIÓDICO en el recinto modernista de Sant Pau, en el que habló de ciudad, de elecciones, de pactos poselectorales y de cómo ella y su equipo han cambiado las prioridades de la capital catalana.

“Barcelona se está transformando, y esa transformación se puede ver, se puede tocar. Creo que no tenemos que hacer propuestas estrella. La realidad es que vimos que Barcelona necesitaba frenar la especulación, poner las personas en el centro, dar prioridad a las políticas de vivienda”, explicó sobre cómo inició su periplo en la alcaldía, en 2015.

Trias, el antagonista

“El grueso de lo que podemos presentar es que tenemos un modelo, un modelo muy claro de ciudad de siglo XXI, y lo estamos llevando a la práctica”, insistió Colau. Identificó a Xavier Trias como el alcaldable que representa su reverso político: “Trias merece un respeto, ha sido alcalde, y es un modelo antagonista. Su gran propuesta es desmontar lo que nosotros hemos impulsado. Es quien más se ha colocado a la contra. No le hemos escuchado propuestas en positivo”.

Donde se la vio más cómoda es defendiendo su política de movilidad, la gestión de las ‘superilles’: “Nuestra política de movilidad no ha perjudicado al comercio. Y la contaminación se ha reducido un 30%”.

El pacto de izquierdas

Colau defendió su apuesta por un pacto de izquierdas con ERC y el PSC si los resultados llevan a que sean necesarias las alianzas para gobernar, algo que dio por descontado: “El tiempo de las mayorías absolutas ha acabado. Ningún partido puede fingir que podrá gobernar solo”.

“Me parece verosímil”, aseguró sobre la hipótesis de un pacto con socialistas y republicanos con quienes, recordó, sumaba 28 concejales durante el mandato que ahora concluye, claramente por encima de los 21 que marcan la mayoría absoluta. Que el socialista Jaume Collboni y el republicano Ernest Maragall hayan descartado investirla como alcaldesa no es algo que la amilane, y dio a entender que ha aprendido que son cosas que se dicen en campaña: “Ahora soy veterana”.

Sobre la posibilidad de que gane y no sea alcaldesa, afirmó: “Pasa en las democracias. (Pere) Aragonès es ‘president’ y no ganó las elecciones. Quien logre una mayoría lo hará de forma legítima. Yo aspiro a las dos cosas: ganar y tener mayoría para ser alcaldesa”.

El 30% de VPO se queda

“Me presento muy optimista, he sido alcaldesa ocho años. Me presento para ser alcaldesa de un gobierno progresista. Si el resultado es otro, lo valoraré con mi organización, pero ahora no estoy en ese escenario, estoy convencida de que quedaremos primeros”, manifestó ante la pregunta de si se quedaría en el ayuntamiento en el caso de que no logre volver a dirigir la ciudad. Colau precisó que en todo caso consultaría su continuidad con Barcelona en Comú.

Defendió con rotundidad el 30% de vivienda protegida en las grandes promociones y rehabilitaciones pese a que por ahora no ha aportado muchos pisos al parque municipal: “El sector privado no puede buscar el máximo beneficio sin control”. La medida, subrayó, ya se aplica hace años en ciudades como Londres y París, y ha sido impulsada por los movimientos sociales. “En Londres nos advirtieron de que primero habría resistencia”. Y añadieron, dijo, que el ritmo de la construcción no se ha visto ralentizado por esa causa en la capital inglesa.

El parque de vivienda

El sentido del 30%, recalcó Colau, es doble: la corresponsabilización del privado en la aportación de pisos protegidos y el hecho de que esa vivienda pública quede repartida por barrios de toda la ciudad y no en zonas de periferia, como, ha denunciado, sucedía antes.

“Barcelona es hoy la ciudad con el mayor parque público de vivienda de España”, proclamó. Suele destacarlo, si bien hay que tener en cuenta que es una victoria algo relativa, en el sentido de que las otras urbes tienen poquísima vivienda y Barcelona, muy poca.

Se calcula que al final de este mandato la capital catalana se acercará a 12.000 viviendas públicas cuando necesitaría, según los expertos, de 100.000 a 120.000, para proveer a la gente en situación vulnerable que necesita un piso y para influir en el mercado a la baja, si bien este supuesto efecto de reducir el precio general porque haya más vivienda pública es cuestionado por algunos expertos.

Pedro Sánchez

Colau elogió la ley de la vivienda pactada por los socios del Gobierno central, el PSOE y Podemos, y criticó en cambio que el presidente, Pedro Sánchez, haya abogado por facilitar avales para la compra de pisos.

Preguntada por si Barcelona está sucia, una de las denuncias principales que recibe su gestión, Colau admitió que lo estuvo pero dio por minimizada esa crisis: “Barcelona es una gran ciudad y como tal hay un uso exhaustivo de su espacio público. Yo creo que Barcelona está limpia pero es cierto que el verano pasado vivimos momentos de dificultad”.

Ahora, dice, el problema de la suciedad “va muy a la baja”. La nueva contrata de limpieza, en su opinión, ha sido decisiva para ello, en alusión a la tradicional renovación de vehículos y otro material con la nueva contrata, aunque parte de la flota se entrega con mucho retraso. “Creo que la limpieza está funcionando ahora bien en todos los barrios”.

Papeleras

Sobre la retirada de 600 papeleras en siete años de la que informó este diario, Colau ha negado la mayor, contradiciendo al gerente municipal de esta área: “En Barcelona hay 25.000. No es que se retiren, es que unas 400, por obras, ajustes, eventos, se trasladan o se retiran para colocarlas en otro sitio. Nadie ha ordenado que se retiren papeleras”.