DATOS EN EXCLUSIVA

Barcelona ha retirado casi 600 papeleras en siete años

Ciutat Vella concentra un 21% de retroceso, pese al descontento ciudadano con la limpieza

El Ayuntamiento reduce unidades en los barrios más céntricos a cambio de un vaciado más frecuente

Papelera en el barrio Gòtic de Barcelona, con una bolsa de basura abandonada a su lado.

Papelera en el barrio Gòtic de Barcelona, con una bolsa de basura abandonada a su lado. / Zowy Voeten

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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Barcelona tiene menos papeleras que hace 7 años. Concretamente 594 menos, al pasar de 25.826 en 2015 cuando llegó a la alcaldía Ada Colau a 25.232 al cerrar el año 2022. La reducción porcentual es de un 2,3%, poco significativa si no fuera porque se concentra precisamente en los dos distritos con más afluencia y visibilidad: Ciutat Vella y el Eixample, con 343 y 297 papeleras menos en el mismo periodo respectivamente. Esto supone para el casco antiguo haber prescindido del 21% de dotación.

Son las cifras más llamativas del completo compendio de datos al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, que lo solicitó al consistorio de la capital catalana a raíz de la percepción que un vecino expresó a este diario. La evolución va por distritos, con algunos donde sí se incrementa la dotación como Sants-Montjuïc o Sant Martí y otros dónde baja, como los dos del centro y otros más alejado como Nou Barris o Horta-Guinardó.

El descenso de unidades instaladas depende del territorio pero en general la pandemia genera el punto de inflexión: tanto el saldo negativo total como el recuento del centro de la ciudad bajan a partir de 2020. Coincide justo con la escalada en los últimos tres años de la preocupación ciudadana por la limpieza y el estado de la vía pública, que va mucho más allá de las papeleras.

¿Por qué hay menos?

El ‘baile’ constante en el inventario de estas piezas de mobiliario urbano es muy habitual en todas las ciudades. Los técnicos municipales deciden a diario quitar, poner o reubicar unidades por multitud de factores: obras, accesibilidad, incivismo, quejas… Sin embargo, la tendencia a la baja es fruto de una estrategia concreta del departamento que dirige el concejal Eloi Badia (Bcomú).

El gerente municipal de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Frederic Ximeno, explica que la supresión de la mayor parte de las papeleras se debe a un ajuste en el ritmo de vaciado por parte de la brigada de limpieza. Dicho rápido: el gobierno de Ada Colau considera que se necesitan menos papeleras si se vacían más a menudo, aunque el usuario tenga que caminar un poco más.

El “ajuste” entre cantidad y vaciado empezó a ensayarse en 2019 y 2020 y se ha desplegado del todo con el estreno del nuevo contrato de limpieza, que permite incidir más en la frecuencia de paso de los barrenderos. “En un barrio más alejado o de montaña, donde cuesta más incrementar las visitas de la brigada, tiene más sentido incrementar unidades”, concede.

Así, en zonas como Nou Barris admite que “no se ha intensificado” el vaciado sino que se ha mantenido el ritmo anterior. Cada papelera de Barcelona se vacía al menos una vez al día, en cualquier barrio, promete el consistorio. En la Rambla hasta 12 veces al día, recalca.

¿Y el factor psicológico?

Preguntado por este diario, Ximeno no cree que la mayor lejanía de una papelera haya incentivado tirar residuos al suelo, o que el regreso de las masas turísticas este año haya podido desbordar la menor dotación de papeleras. Si pasara a partir de ahora, dice, ya se tomarán medidas: “Podría pasar, pero estamos ensayando este modelo de servicio y de momento nos da buen resultado... Si dentro de un mes no funciona, pondremos más papeleras, claro”.

Una papelera llena y desgastada en el centro de Barcelona

Una papelera llena y desgastada en el centro de Barcelona / Zowy Voeten

Los números de Trias y de Colau

evolución durante una década En tiempos de Trias la subida es fuerte

Con la llegada de los ‘Comuns’ se mantuvo inicialmente la tendencia al alza, aunque con mucho menos fuelle. El declive empieza tímidamente en 2019 –el año de los récords turísticos– y se precipita en 2021, aunque sin volver a las cifras que se encontró Trias. Pese al retroceso posCovid, en 10 años Barcelona ha ganado 732 papeleras en conjunto.

Ximeno rehúye que el subidón de inventario en tiempos de Trias sea fruto de una mayor prioridad política. Es más, atribuye el incremento de entonces a la rigidez del anterior contrato de limpieza: “En aquel momento Trias no podía intensificar el vaciado, este factor estaba muy limitado por el presupuesto”. Pese a la menor dotación actual, Ximeno remarca que Barcelona sigue siendo una de las capitales europeas con más papeleras por cápita.

La capacidad, tercer factor

Además del número de papeleras y las veces que se vacían, también tiene influencia un tercer factor: la capacidad. Los números absolutos proporcionados por el consistorio a EL PERIÓDICO mezclan todos los tipos de papelera. Los tres principales modelos en Barcelona son la estándar (50-70 litros de capacidad), la doble redonda (120 litros) y la doble de alta capacidad (220 litros). En algunas ubicaciones –el consistorio no precisa cuántas– se han quitado papeleras normales al implantar el formato ‘XXL’ en la zona, ganando capacidad a costa de proximidad.

El Ayuntamiento de Barcelona asegura que las papeleras de la Rambla se vacían hasta 12 veces al día

El Ayuntamiento de Barcelona asegura que las papeleras de la Rambla se vacían hasta 12 veces al día / Zowy Voeten

Además las cifras incluyen modelos atípicos en zonas muy concretas, como uno más alto y robusto para resistir a los jabalíes en Montbau. O papeleras con una tapa elevada en calles con abandono recurrente de basura en papeleras, fenómeno que Ximeno reconoce que se ha constatado en Ciutat Vella.

Pacificaciones e incivismo

Fuentes municipales profundizan también en otras razones técnicas que llevan a la retirada de unidades. Un primer caso son las obras de reforma o pacificación de calles, que obligan a retirar el mobiliario previo y recolocarlo luego de acuerdo con el diseño de la nueva acera. “Precisan de más espacio liberado para el paso y estancia de las personas, puede que se retiren algunas papeleras sin que el servicio se vea mermado, porque antes existía una alta concentración”, defienden.

El consistorio también reconoce que las quita en puntos negros de incivismo: “Cuando se constata de forma repetitiva un mal uso, especialmente cuando son utilizadas como contenedores”, puesto que “con una sola bolsa de basura quedan saturadas”. Esta peculiar respuesta a los infractores castiga, sin embargo, a los vecinos que sí usarían bien la papelera. 

Otras se retiran para prevenir daños materiales: “En los últimos años se ha realizado un análisis de ubicaciones de papeleras que se estropean con frecuencia por el paso de vehículos de grandes dimensiones”. También hay zonas con inventario de inverno y de verano, como las playas. Y finalmente hay unidades que se han quitado por considerarlas innecesarias, “cuando están ubicadas en lugares con una alta densidad de papeleras y su presencia no aporta un servicio adicional”.