La sustituirá Esperanza Casteleiro

Sánchez cesa a la directora del CNI por el espionaje a su teléfono y para calmar a ERC

El Gobierno justifica la destitución de Paz Esteban por los ataques con Pegasus al teléfono del presidente y de los ministros de Defensa e Interior

Robles defiende la gestión de la hasta ahora jefa de los espías y se muestra "orgullosa" de que su número dos sea premiada con el nombramiento para dar un "impulso" al CNI en una "nueva etapa"

ESPECIAL MULTIMEDIA | Pegasus: el intruso que 'hackea' la política española

La hasta ahora directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, a su llegada a la comisión de secretos oficiales, el pasado 5 de mayo de 2022 en el Congreso.

La hasta ahora directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, a su llegada a la comisión de secretos oficiales, el pasado 5 de mayo de 2022 en el Congreso. / JOSÉ LUIS ROCA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Consejo de Ministros acordó este martes el cese de la directora del CNI, Paz Esteban, después de que el Centro Criptológico Nacional (CCN) certificara que hay un móvil más del Gobierno infectado por el 'software' Pegasus, el de Fernando Grande-Marlaska, además del de Pedro Sánchez y Margarita Robles. Sustituirá a Esteban otra mujer, la actual secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro. Con el argumento de los fallos de seguridad, el Ejecutivo envuelve una decisión que lleva semanas exigiendo el independentismo. Desde que un informe de la organización Citizen Lab, publicado por 'The New Yorker', constató que más de 60 dirigentes y activistas cargos habían sido vigilados con este programa informático israelí. 

Robles, de quien depende el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), fue la encargada de solemnizar el cese en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Gobierno. La ministra ha pugnado por que Paz Esteban, la primera mujer al frente de los servicios secretos españoles, y con rango de secretaria de Estado, permaneciera en su puesto. La defendió con ardor hace una semana en el Congreso, pero finalmente el jefe del Ejecutivo ha optado por su sustitución. Robles despidió a Esteban (Madrid, 1958) ensalzando su figura y la de los servicios de inteligencia españoles y los 3.000 hombres y mujeres que los integran. Su relevo será otra mujer, Esperanza Casteleiro, de 65 años, una persona de la total confianza de la ministra, con una trayectoria de casi 40 años en el CNI, que hasta estos momentos era secretaria de Estado de Defensa y que ha sido jefa de Gabinete de la ministra. De hecho, Esteban y Casteleiro ingresaron en el antiguo Cesid en el mismo año, en 1983.

Robles habla de "sustitución", no de cese, y lo justifica porque hay "cosas mejorables": se trata de "aprender de los errores" y hacer que no se repitan, aunque no hay "seguridad plena"

El nombramiento de Casteleiro, que ella misma propuso, supone una pequeña victoria de Robles, a pesar de que ha perdido en su intento de que no se dejara caer a la hasta ahora directora de CNI. La ministra quiso que esto quedara muy claro y en varias ocasiones repitió su satisfacción de que se haya aupado al frente de la inteligencia a una persona de su entera confianza. "Una colaboradora mía", enfatizó. "¿A quién ha nombrado el Gobierno directora del CNI? A mi directora de Gabinete, con eso he dicho todo".

Ni la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ni la responsable de Defensa quisieron vincular el cese con la petición de responsabilidades que desde hace semanas hace el independentismo. Robles rechazó incluso hablar de "destitución" y aseguró que es una "sustitución de una funcionaria por otra funcionaria" y una manera de "dar impulso" a la actuación del CNI en una "nueva etapa",  "en un momento muy complicado, no solo por la guerra de Ucrania", sino por el crecimiento de las ciberamenazas. Se trata, pues, de "reforzar el centro", relevando a la que ha sido su cuarta responsable desde su creación, en mayo de 2002.

Robles tuvo que admitir, eso sí, que "hay cosas mejorables", en relación a que la Casa ha tardado más de un año en saber que un "agente externo" atacó los teléfonos del presidente y de la ministra. Pero este reconocimiento se produce después de que hace solo una semana negara la responsabilidad del CNI en los ataques al teléfono del presidente e incluso desde Defensa se tratara de culpar a la Moncloa por estos errores de seguridad. Ahora se trata, dijo, de "aprender de los errores" y de tratar de que no se vuelvan a producir brechas así. Pero "no hay seguridad plena, como no hay salud plena", incidió Robles, dejando claro que fallos siempre hay, deslizando que es injusto culpabilizar a Esteban de ellos.

La política de la "empatía" y la "humanidad"

Para Robles, la de este martes era una comparecencia complicada, porque tenía que justificar una "sustitución" que evidentemente no comparte, aunque podía salvar la papeleta mostrando su "orgullo" y "satisfacción" con que su dos ascendiera a jefa del CNI. Pero en todo momento se la vio resuelta y segura del apoyo de Sánchez, y no cesó de cumplimentarle y de mostrarle su lealtad. "Tengo la plena confianza del presidente del Gobierno, con quien llevo muchos años trabajando, a quien conozco, admiro y respeto, y eso no me lo va poder quitar nadie", proclamó la jefa de los Ejércitos, quien agregó que siempre la encontrarán al servicio de los ciudadanos y mejorando su seguridad.

La ministra de Defensa dice contar con la "confianza" del presidente, a quien admira y respeta y con el que comparte la necesidad de hacer una política al servicio de los ciudadanos

Es más, que sea designada Casteleiro es un "reconocimiento que el Gobierno hace al Ministerio de Defensa" que ella encabeza desde hace casi cuatro años. Ella reivindicó su forma de hacer política, la que le pone "corazón", la que quiere estar "cerca de los ciudadanos, pero no con grandes palabras, sino con grandes hechos", como demostraron las Fuerzas Armadas en la pandemia, en la gran nevada de 'Filomena' (en enero de 2021), en la evacuación de Afganistán o ahora en la guerra de Ucrania.

Dado que el independentismo y Unidas Podemos la han señalado públicamente, ¿se plantea dimitir?, se le preguntó. Robles recalcó que se siente "muy orgullosa" de formar parte del equipo de Sánchez y de su ambición de estar "con los ciudadanos, sobre todo con los más vulnerables". Así que solo si estos le dijeran que es un "desastre", se podría plantear su marcha, dijo. Mientras, "es un lujo" para ella liderar Defensa, y más en momentos difíciles, "es un regalo de la vida y del presidente del Gobierno". En tanto continúe al frente del ministerio, sostuvo, mantendrá dos líneas de actuación: el "respeto al Estado de derecho y la legalidad" y la "empatía" y "humanidad", pero también con "humildad": "Ninguno somos perfectos, todos cometemos fallos".

Reunión pendiente con Aragonès

El Gobierno se mostró muy titubeante al principio sobre las repercusiones que el 'caso Pegasus' podía tener sobre la gobernabilidad —ERC es un socio parlamentario fundamental—, pero con el paso de los días, y el voto en contra de los republicanos al decreto anticrisis, empezó a ser consciente del riesgo que suponía para la legislatura. Aunque la Moncloa sostiene que Sánchez puede llegar a finales de 2023 pese a no contar con un apoyo estable de ERC, el sacrificio de Paz Esteban era una de sus condiciones para recuperar la interlocución. El Gobierno ha entregado la cabeza de la jefa de los servicios secretos antes de la entrevista de Sánchez con el 'president', Pere Aragonès, que aún no tiene fecha. "Estamos pendientes de conformar esta reunión", señaló Rodríguez cuando le preguntaron los periodistas este martes.

El sacrificio de Esteban parecía un paso necesario para recuperar la interlocución con ERC. La directora ya estaba en el punto de mira desde que el propio Gobierno reveló el espionaje a Sánchez y Robles

La directora del CNI estaba en el alero no por el espionaje a los independentistas, sino por el que ha sufrido el jefe del Ejecutivo y la ministra de Defensa. Según el Gobierno, a raíz de conocer la infección con Pegasus en los teléfonos de cargos separatistas, se decidió analizar estos dos terminales. El lunes 2 de mayo, el Ejecutivo hizo público que el Centro Criptológico Nacional confirmaba que habían sido atacados. El de Sánchez, en mayo de 2021, en el peor momento de la crisis diplomática con Marruecos. El de Robles, un mes después, en junio. Y el de Marlaska también fue atacado en junio.

En los días sucesivos, el Gobierno comenzó a marcar distancias con Paz Esteban, a quien la Moncloa culpaba de una vigilancia deficiente y una falta de seguridad en el teléfono del presidente, del que los autores del espionaje llegaron a robar 2,6 gigas y 130 megas de información en dos ataques distintos. La continuidad de la jefa de la inteligencia ya no se garantizaba y se supeditaba a conocer qué había fallado y a saber el resultado de la verificación del resto de ministros. Robles sí la defendió hasta el final.

La desclasificación de documentos

La situación de la directora del CNI ya era muy delicada. Aun así, la Moncloa hizo que compareciera el pasado jueves en la comisión de secretos oficiales, cuya composición cambió 'ex profeso' la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para dar entrada a los portavoces independentistas. En su comparecencia, Paz Esteban ratificó que el CNI vigiló a 18 personas en relación con los disturbios que hubo en Barcelona y el resto de Catalunya en octubre de 2019, tras conocerse la sentencia del 'procés'. Pero que se hizo con autorización judicial, tras presentar al juez del Tribunal Supremo competente una petición motivada. Entre los 18 se encontraba el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, que en aquel momento era vicepresidente y' conseller' de Economía. 

Esta revelación tensionó aún más la relación con ERC. El viernes, en un encuentro institucional en Barcelona entre Sánchez y Aragonès, ambos se emplazaron a mantener una reunión que la Generalitat quería celebrar esta misma semana y que el Gobierno también quiere que se celebre pronto. Pero el Govern no renuncia en ningún momento a la reclamación de que se depuren responsabilidades y a la petición de que el Consejo de Ministros desclasifique la documentación del CNI sobre el espionaje a los independentistas. Desclasificación que la Moncloa ya no descarta.