Cerco cada vez mayor al Ejecutivo por Pegasus

El Gobierno deja en la cuerda floja a la directora del CNI por el espionaje

Bolaños y Rodríguez subrayan que ahora mismo cuenta con el apoyo de Sánchez, pero no descartan su salida en función de cómo fluyan las pesquisas

El PSOE evita la comisión de investigación en el Congreso, que apoyaba Unidas Podemos, pero el presidente se ve forzado a comparecer en la Cámara

Isabel Rodríguez durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. FOTO JOSÉ LUIS ROCA

Isabel Rodríguez durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. FOTO JOSÉ LUIS ROCA / JOSÉ LUIS ROCA

Juanma Romero

Juanma Romero

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Paz Esteban López, directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) desde 2020, una mujer de perfil técnico que conoce de sobra la Casa, en la que entró hace casi 40 años —cuando todavía era el Cesid—, puede ser la víctima política que se cobre el ‘caso Pegasus’. La responsable cuya continuidad parecía asegurada hace escasamente unos días y que tiene por delante un futuro más aciago, según dejaron entrever este martes dos ministros del Gobierno y apuntan también fuentes del Ejecutivo y de Ferraz, sin dar desde luego nada por seguro.

Pero la importancia radica en el cambio, en que si hace una semana el Gobierno sentía que no tenía por qué ofrecer cabezas al Govern, porque alegaba que todo seguimiento se habría hecho con arreglo a la ley (con amparo judicial), ahora el escenario ha girado por completo. El escalón se ha elevado, al detectarse una grave brecha de seguridad en las comunicaciones, al menos, del presidente, Pedro Sánchez, y de la titular de Defensa, Margarita Robles. Sus móviles fueron infectados por el ‘software’ israelí Pegasus en mayo y junio de 2021, según ha acreditado el Centro Criptológico Nacional (CCN), organismo que depende del CNI, y según ha puesto en conocimiento de la Justicia la Abogacía del Estado. Pero antes de su caída, si finalmente se produce, la jefa de los espías dará cuentas este jueves ante la comisión de secretos oficiales del Congreso. Una comparecencia que se presume clave, como la de este miércoles de Robles ante la Comisión de Defensa de la Cámara baja, y que puede suponer un punto de inflexión en la evolución política del escándalo.

"Estamos en la fase de aclarar lo que ha sucedido. No podemos pasar al siguiente momento sin saber qué es lo que ha pasado hasta ahora", subraya Rodríguez

Este martes resultaba muy revelador que dos ministros extraordinariamente prudentes dejasen abierta la posibilidad de una salida de Esteban del CNI. Félix Bolaños, responsable de la Presidencia y mano derecha del presidente, evitó desde primera hora de la mañana en la SER ofrecerle un respaldo explícito: la directora “sigue en el cargo, está trabajando para esclarecer los hechos y conozcamos qué ha ocurrido”. Una frialdad que luego reprodujo la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, tras la reunión semanal del Gabinete. Como primera respuesta a los periodistas, la también ministra de Política Territorial señaló que tanto Esteban como Robles cuentan con el “total apoyo” de Sánchez pero, ojo, “en estos momentos”. Matiz clave.

Las siguientes preguntas de los periodistas —la comparecencia fue prácticamente monográfica— dejaron ver que la jefa de la inteligencia española está en la cuerda floja. “No podemos actuar ni hablar de futuribles. En cada momento y atendiendo a cada información, iremos adoptando y compartiendo las informaciones y decisiones al respecto”, señaló sobre una hipotética dimisión de Esteban. ¿Se descarta su destitución o su salida?, se le inquirió por tercera vez. “Cada momento tiene su afán. Estamos en la fase de aclarar qué es lo que ha sucedido y a quién le ha sucedido [el espionaje con Pegasus]. Y esto es determinante para seguir avanzando en cómo corregimos lo que ha pasado. No podemos pasar al siguiente momento sin saber qué es lo que ha pasado hasta ahora”, contestó.

Contraste con el CNI

Es decir, la investigación irá por delante y cuando se tengan más datos, llegará la depuración de responsabilidades, sin descartar, por tanto, la baja de Esteban. A esa idea contribuyó el contraste con la defensa que Rodríguez hizo del CNI, un “magnífico” organismo de seguridad, sostenido por más de 3.000 trabajadores.

La jefa de la inteligencia pierde apoyos internos y la Moncloa, pues, se lo estaba haciendo ver. Para Sánchez, es una pieza más fácil de sacrificar para intentar apagar el fuego político. Esteban ingresó en el Cesid en 1983 y toda su carrera profesional la ha desplegado en la Casa. En 2010, Félix Sanz Roldán, entonces jefe del CNI, la nombró directora del Gabinete Técnico, y en 2017 se convirtió en la número dos del organismo. A su salida, en 2019, tomó los mandos de manera interina y ya en 2020 Robles oficializó su ascenso. No es, por tanto, un cargo político como lo es la ministra. Pero es a esta a quien apunta el ‘president’ de la Generalitat, Pere Aragonès.

Esteban es una cabeza más fácil de sacrificar: es una mujer de perfil técnico, que lleva casi 40 años en la Casa y que fue ascendida por Félix Sanz

La cabeza de la titular de Defensa, al menos de momento, no está en duda, pese a que su discurso y tono sea muy distinto a la línea oficial que encarnan Sánchez y Bolaños. No en vano, la estabilidad de la legislatura está en riesgo. Las advertencias de ERC son cada vez más fuertes y los intentos de la Moncloa, más infructuosos, y eso que ahora cuenta con el argumento de que el presidente y Robles han recibido un ataque “externo” (sin que sepa la autoría, sin apuntar a Marruecos) e “ilícito”. El Gobierno está cada día más acorralado. El PSOE evitó este martes, gracias a PP, Ciudadanos y Vox, que se montara una comisión de investigación en el Congreso que apoyaba Unidas Podemos, pero fue derrotado en la petición de comparecencia de Sánchez. El jefe del Ejecutivo, por tanto, deberá acudir a explicarse a la Cámara, forzado por todos los grupos, salvo los morados, en una fecha aún por determinar.

El Estado "funciona"

La portavoz subrayó durante toda la rueda de prensa en que el Gobierno "ha hecho lo que tenía que hacer" y lo que se "espera de un Estado democrático", que es disponerse a aclarar lo ocurrido en cuanto trascendió, a través del grupo de expertos canadiense Citizen Lab, que al menos una sesentena de dirigentes y activistas soberanistas pudo haber sido espiado entre 2017 y 2020: abrió una investigación interna en el CNI, manifestó su voluntad de colaborar sin reservas con el Defensor del Pueblo, desbloqueó la comisión de secretos oficiales del Congreso y se ofreció a desclasificar documentos si así lo pide la Justicia. El Estado, pues, "funciona" y el Gobierno "cumple con su tarea". El Ejecutivo, percutió, "no tiene nada que ocultar", y quiere arrojar "absoluta transparencia".

En el CNI precisan que no suministran los móviles a los altos cargos ni los revisan “periódicamente”. Quien los facilita es la Secretaría General de la Moncloa

Pero la principal debilidad argumental que tiene el Gabinete de Sánchez es la cuestión temporal. Porque las intromisiones a los teléfonos del presidente y de Robles se produjeron en mayo y junio de 2021, pero se han conocido ahora. En concreto, este pasado fin de semana. Fue entonces cuando el CCN detectó las intrusiones, ya remitidas a la Audiencia Nacional. Ahora se están analizando los móviles del resto del Gabinete actual, y cuando se conozcan las conclusiones, se darán a conocer, también si es necesario a la Justicia, prosiguió. También se ofrecerá monitorizar los dispositivos de las administraciones autonómicas y locales.

Pero, ¿por qué ahora y no hace un año? ¿Por la presión del Govern y, en concreto, de ERC? Porque fue en 2021 cuando una investigación periodística, coordinada por la red de periodistas Forbidden Stories y con asistencia técnica de Amnistía Internacional, descubrió que uno de los móviles del presidente francés, Emmanuel Macron, figuraba entre los objetivos de Pegasus, y apuntaba a Marruecos como autor, aunque Rabat negó cualquier implicación, informa EFE.

Cuarto país en ciberseguridad

Rodríguez explicó que “los protocolos de seguridad de seguridad han estado mantenidos en el tiempo, y los sistemas y recursos de que disponemos se van actualizando”, por lo que “puede darse la circunstancia de que hoy, los que tengamos, sean más efectivos que los de ayer”. Esa es la justificación del Gobierno de por qué en su momento no se detectaron las dos intervenciones de las comunicaciones del presidente, en mayo de 2021, y la que sufrió Robles, en junio de ese año. Lo que sí ha sucedido es que ahora se ha hecho un “examen más exhaustivo como consecuencia de una investigación”, y este es un trámite más “complejo” que acarrea “la imposibilidad de usar en ese tiempo” el terminal móvil.

De las redes móviles no se encarga el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), dirigido por el general Miguel Ángel Ballesteros

Los medios evolucionan, dijo, porque también las amenazas son "dinámicas". En ese sentido, destacó que España es el cuarto país más seguro del mundo, según el Índice Global de Ciberseguridad, y el segundo en Europa, y que se destinarán mil millones de euros de los fondos de recuperación a reforzar estas capacidades. Pero, por muchas barreras que haya, "estas cosas pasan", como también ha podido ocurrir en otros países.

Fuentes del CNI recuerdan que el Criptológico no es el órgano responsable ni de suministrar los móviles a los altos cargos ni de su revisión “periódica”. Sí hizo el análisis forense de los dispositivos de Sánchez y Robles porque se los entregaron el viernes pasado y entonces pudo detectar las intrusiones. Los terminales son facilitados por la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, cuyo titular es hoy Fran Martín Aguirre (y, hasta julio de 2020, el hoy ministro Bolaños), y en esa unidad se aplican "los protocolos y recomendaciones que señala el CCN", según apuntaban a este diario fuentes de la Moncloa. De hecho, en julio de 2021 el Criptológico remitió un informe para saber cómo detectar Pegasus en los celulares.

Quien no se encarga de las comunicaciones móviles es el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), dirigido por el general Miguel Ángel Ballesteros. Este sí tiene la responsabilidad de la malla Bravo, la red de comunicaciones secretas del Gobierno.

La comparación con el PP

La ministra contrastó la posición del actual Ejecutivo, que se distingue por la "transparencia y la colaboración con la Justicia", con la del anterior. De hecho, resaltó que desclasificó documentos relativos a la 'operación Kitchen' —el presunto seguimiento ilegal al extesorero del PP Luis Bárcenas—, cuando podía no haberlo hecho. y el Ejecutivo "quiso hacerlo". "Mientras otros martilleaban ordenadores, nosotros nos ponemos a disposición de la Justicia. Apostamos por la transparencia porque nada tenemos que ocultar", mantuvo.

¿Por qué ahora? El Gobierno alega que aunque los terminales se analizan permanentemente, la investigación más exhaustiva se ha hecho ahora y el trámite es más "complejo"

También manifestó la "sorpresa" por las palabras de Alberto Núñez Feijóo, quien ayer lunes señalaba la "casualidad" de que los hechos se conozcan justo cuando ERC más aprieta a la Moncloa. "Si alguien tuvo expectativas en torno a un cambio de actitud, se habrán visto frustradas". El "sentido de Estado" y la "responsabilidad institucional" del PP deja así "mucho que desear", concluyó.

Pese a las turbulencias de las últimas semanas, y las amenazas de ERC, la Moncloa no da por terminada la legislatura. El Gobierno, dijo Rodríguez, ha gestionado la pandemia y ahora se enfrenta a las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, y tiene "por delante proyectos muy importantes que abordar", como el despliegue de los fondos europeos. El Ejecutivo quiere "culminar ese trabajo porque se lo merecen los españoles", y el Gabinete tiene "solvencia acreditada" en la gestión de crisis y en la "conformación de mayorías". "A los que crean que ha empezado la campaña electoral, ya les digo que se les va a hacer larga", desafió.