Conferència Nacional de ERC

Aragonès sostiene el pulso a Puigdemont por el liderazgo independentista

El 'president' admite "rasguños" por "liderar" el independentismo y reconoce que abrazar "el principio de realidad" ha aceptado tratos que no suponían lograr el 100% de "lo que deseábamos"

Pere Aragonès sostiene el pulso a Puigdemont por el liderazgo independentista

Xabi Barrena

Xabi Barrena

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Tras el cambio de programa obligado por su asistencia a la Conferencia de Presidentes del domingo en La Palma, Pere Aragonès abrió este sábado la Conferència Nacional de ERC con un medido discurso en el que destacaron tanto sus palabras como sus silencios. Así, el republicano respondió al órdago lanzado hace unos días por Carles Puigdemont quien, en una paradójica pirueta reclamó para el Consell de la República, la otra entidad que también lidera, la bandera del independentismo por la inacción de las fuerzas políticas, se supone que de la propia, Junts (que preside), incluida. Mantiene, pues, el 'president' el pulso soterrado con Puigdemont por el liderazgo del ‘procés’.

Aragonès, en su intervención, ha hecho suyas unas palabras mil veces repetidas por Oriol Junqueras (“ERC es el socio más fiel del pueblo de Catalunya”) para señalar que los republicanos “son los que siempre están”, entiéndase esto como se quiera, y que “son los que desbrozan el camino”, porque están por delante, capitaneando la expedición. “Y ya se sabe que quien abre camino sufre rasguños”, aseveró el ‘president’.

“Somos los que gritamos poco, pero que hacemos que las cosas pasen”, enfiló entonces el republicano para lanzar unos cuantos ‘crochet’ (de izquierda) se supone que a la mandíbula de sus socios y enemigos de Junts. “Un país no avanza con proclamas vacías o engañosas” aseveró, “ni por arte de magia”, entiéndase esto, nuevamente, como se quiera. Ante ello, ERC parte “del principio de realidad”, lo que le ha llevado, a él y al partido en su conjunto, “a tomar decisiones difíciles que no alcanzaban el objetivo que se deseaba, sino que fue lo que nos encontramos por el camino”, sentenció. No dio ejemplos, pero la ley del audiovisual, que el Gobierno ya iba a aprobar sin tener en cuenta a la parte catalana, podría ser uno.

'Metro ' republicano

Desgranó posteriormente los cuatro ejes de la acción política de ERC en la Generalitat. ‘Las líneas de metro’, como alguien ha bautizado dichos ejes por ser representados por los colores de las cuatro primeras líneas del suburbano barcelonés. El hilo rojo (L1, equidad social), el lila (L2, feminismo), verde (L3, ecologismo) y el amarillo (L4, democrático, es decir, referéndum y autodeterminación).

Aragonès apeló implícitamente al “'un sol poble'” de Josep Benet (a quien sí citó) en la transición. “Nuestra idea de país no acepta dejar a nadie atrás. Queremos liberar el país, todos los barrios y todos los pueblos. Porque nuestro objetivo es que los ciudadanos vivan mejor”. Un país, siguió, “que tenga claro que sin igualdad, no es posible la libertad. Que con el patriarcado, no hay libertad. Hay que derrocar el patriarcado” exclamó.

Silencio atronador

Tan destacado como lo que dijo fue lo que se calló el 'president'. Ni una mención a la mesa de diálogo y negociación al Estado. Varias, eso sí, al derecho a la autodeterminación, estación principal de la línea amarilla del 'metro' republicano. Pero el hecho es que, a 24 horas de verse las caras, en el foro multilateral de La Palma, con Pedro Sánchez, ( con las carpetas de los refugiados ucranianos, y de la covid, encima la mesa), el 'president' orilló toda referencia a las presunta nula voluntad -como otras veces ha calificado- del Gobierno.

De hecho, al única referencia provino de la secretaria general del partido, Marta Rovira. La jefa de máquinas republicana hizo un discurso en clave muy interna, dirigido a la militancia que, horas después, debía rechazar o no la enmienda a la totalidad, con texto alternativo, presentada por la fracción unilateralista del Col.lectiu 1 d'Octubre. Y no es que en la dirección existiera excesiva preocupación por el éxito que pudiera tener esta enmienda (al final, solo contó con el 3,7% de votos a favor y el 95% en contra), pero se supone que nunca está de más echar agua a las brasas, no sea que aviven las llamas.

"Los de ERC somos los que siempre estamos, los que desbrozamos el camino. Y quien va primero, sufre rasguños"

Pere Aragonès

— 'president'

Rovira trazó un emotivo discurso en el que entrecruzó lo vivido colectivamente por el independentismo en el 1-O, con su trayectoria personal, justo a 11 días de cumplir los cuatro años de residencia en Suiza. El objetivo obvio era no dejar en manos de la fracción unilateralista el capital acumulado en el referéndum y, al mismo tiempo, establecer una línea de continuidad entre él y la negociación con Madrid.

"Queremos sentarnos en la mesa sin miedos ni complejos, sintiendo la fuerza" del independentismo, y aludiendo, a su vez, a la ponencia escrita por Raül Romeva que plantea la movilización popular tanto como plan b, para cuando la mesa falle, como para presionar al Estado mientras el foro de diálogo y negociación siga existiendo.

"No somos ingenuos, sabemos quién hay al otro lado de la mesa, un Estado demofóbico", dijo la número 2 de ERC, antes de sentenciar, acaso para disipar dudas o temores entre los más permeables a los cantos de sirena de los unilateralistas, que "confrontar democráticamente no significa renunciar a nada". Y a nada, como ya se aprobó en la Conferencia Nacional de hace cuatro años, quiere decir que tampoco " a cualquier vía democrática y pacífica". Como la unilateralidad.

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