Galardón literario

Pol Guasch gana el Premi Llibres Anagrama con una opresiva distopía

El joven poeta tarraconense debuta en la novela con ‘Napalm al cor’, “una crítica a los mecanismos de represión del poder y a la vez un conjuro contra la intemperie del mundo actual”, según la escritora Imma Monsó, miembro del jurado

Según el propio autor, la obra es "una exploración de la manera que tenemos de crear identidades colectivas desde espacios de represión y violencia y de cómo crear relatos hegemónicos desde los márgenes"

Pol Guasch, este lunes en Barcelona tras ganar el Premi Llibres Anagrama.

Pol Guasch, este lunes en Barcelona tras ganar el Premi Llibres Anagrama. / LAURA GUERRERO

Anna Abella

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‘Napalm al cor’, “una fábula distópica de oprimidos y opresores” en una zona militarizada y posapocalíptica, en palabras del jurado Guillem Gisbert, ha dado al joven poeta Pol Guasch, de 23 años, el 6º Premi Llibres Anagrama de Novel·la, dotado con 6.000 euros. “Es una exploración de la manera que tenemos de crear identidades colectivas desde espacios de represión y violencia y de cómo crear relatos hegemónicos desde los márgenes”, ha puntualizado durante el anuncio del fallo el propio Guasch, quien ha añadido que entre los temas clave que aborda la obra están “la disidencia sexual y cultural y cómo la disidencia afecta a nuestra racionalidad” y “cuestiones relacionadas con las violencias y las opresiones”.

Con ‘Napalm al cor’, que representa el debut en la novela del autor de los poemarios ‘Tanta gana’ (Premi Francesc Garriga 2018) y ‘La part del foc’ (Premi López-Picó 2020), Guasch (Tarragona, 1997) ha encontrado “un lugar insólito desde donde desplegar una prosa de orfebre vigorosa que leemos como una crítica a los mecanismos de represión del poder pero que se puede transformar, gracias a la tensión poética que atraviesa el texto, en un conjuro contra la intemperie del mundo actual”, valora la escritora Imma Monsó, miembro del jurado junto a Gisbert, Jordi Puntí, Mita Casacuberta, las editoras Isabel Obiols y Silvia Sesé.

Ausencia de perspectivas

Los protagonistas de la novela, que Anagrama publicará en marzo (la traducción al castellano llegará hacia mayo) son dos jóvenes. Uno es el narrador, sin nombre, y el otro Boris, en recuerdo a su idolatrado Boris Vian, apunta el propio Guasch. “Son muy diferentes y parecidos a la vez. El narrador tiene una relación extraña con Boris, profunda, dolorosa, de amor y dependencia, de ayuda mutua, de violencia…”, añade sobre unos personajes marcados por unas condiciones de vida precarias, por la intolerancia del entorno hacia su deseo, por unas familias desarraigadas y la ausencia de perspectivas.

“Es una novela que no tiene unas coordenadas espaciales y temporales determinadas, sino difusas. Hay ecos de una zona militarizada, de un ‘mundo después de…’, un espacio entre la urbanidad posapocalíptica, en declive, camino de la desaparición. El narrador vive en unas casas al margen de la civilización y Boris en una ciudad de rascacielos abandonados”, desvela Guasch, que indaga “en el 'no mañana', un ‘no future’ que nos evoca lo que ha pasado”, con un título donde el napalm es símbolo de la destrucción y el corazón está vinculado a la intimidad y el amor.

Fusión de lenguajes artísticos

La obra contiene, según las editoras, “una alegoría de diversas opresiones que determinan tantas vidas, pero también de la fina línea que a veces separa la víctima del verdugo”. Se interroga, explica el joven poeta, si “el amor nos salva o bien el entenderlo como salvación nos hunde” y en ella hay “personajes que aparecen y se van sin explicación, preguntas que nunca dejan de serlo” y “personajes que se aman y odian”. Y “pide ser leída con calma, lentitud y atención. Está construida por cápsulas, invita a pararse en la lectura y volver atrás. Me gustaría haberla hecho aún más incomprensible, ilegible y salvaje”, señala Guasch, que transmite “hermetismo” y "fusiona lenguajes artísticos": texto, cartas, fotos, ilustraciones…, “que participan en la narración”.   

"Novela posnuclear"

Si para Casacuberta es una de esas lecturas que, “como dijo Kafka, nos afectan como un desastre y nos ayuda a abrir el mar helado que llevamos dentro”, para Gisbert se trata de una “sugeridora novela posnuclear ambientada en el margen de los márgenes” que combina “la asfixia imperante en el mundo que describe y la voluptuosidad de los recursos expresivos que despliega para hacerlo”.

Guasch, que actualmente investiga sobre teoría y literatura contemporánea en el King’s College de Londres gracias a una beca y forma parte de la productora cultural La Sullivan, se formó en Estudios Literarios en la Universitat de Barcelona, donde ha sido profesor.

El autor de Tarragona es el sexto ganador del Premi Llibres Anagrama, al que en esta edición se han presentado 83 originales, tras Albert Forns (‘Jambalaia’), Tina Vallès (‘La memòria de l’arbre’), Llucia Ramis ‘Les possessions’), Irene Solà (‘Canto jo i la muntanya balla’) y Anna Ballbona ‘No soc aquí’.