Conflicto en Oriente Próximo

Israel irrumpe en el hospital Al Shifa y pide la evacuación de los ciudadanos del sur de Gaza

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Andrea López-Tomàs

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La bandera israelí está cada vez más presente en la Franja de Gaza. Este miércoles las tropas israelíes han irrumpido con tanques y tropas en el complejo hospitalario de Al Shifa, el más grande del enclave. Después de bombardear una escuela de Naciones Unidas en la ciudad de Gaza, los soldados israelíes han confirmado su conquista clavando una preciada tela azul y blanca con la estrella de David en lo más alto del edificio. Tras retratarse en la cámara legislativa del Parlamento, los reclutas han destrozado por completo la institución con décadas de historia. Además, los residentes del área sureste de la Franja, la "zona segura" a donde Israel dirige a los civiles evacuados, han recibido folletos lanzados desde el cielo pidiéndoles que abandonen sus hogares por los ataques inminentes. Con el norte arrasado, vaciado de gente y bajo control israelí, el Estado hebreo se prepara para hacerse con la totalidad de Gaza.

Israel muestra el escondite de Hamas bajo el abandonado hospital infantil de Rantisi

Israel muestra el escondite de Hamas bajo el abandonado hospital infantil de Rantisi. /

En el interior del hospital Al Shifa, el humo oscurecía aún más sus pasillos llenos. Un bombardeo israelí ha provocado daños en varias áreas del centro médico, forzando al personal médico a volver a trasladar a enfermos y heridos a un lugar más protegido. Pero la irrupción de los soldados y tanques israelíes en el mayor hospital del enclave viene a confirmar lo que se ha comprobado en las últimas semanas: que no existe un sitio seguro en toda Gaza. Mientras bombardeaba sin piedad el hospital durante los últimos días, Israel insistía que, bajo los miles de desplazados y centenares de pacientes, se encuentra una base de la milicia palestina y que en el supuesto laberinto de túneles y habitaciones bajo el centro médico se encontrarían algunos de los 240 rehenes que los milicianos tomaron en las comunidades fronterizas del sur de Israel el pasado 7 de octubre.

Tras su entrada en el hospital, Israel no ha podido confirmar estos extremos, pero en declaraciones a la prensa el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, ha informado que se han hallado "municiones, armas y equipos militares" de Hamás en una habitación del centro sanitario. "Tenemos la prueba de que el hospital estaba siendo utilizado con fines militares y terroristas, en contra del derecho internacional", ha añadido. El Ministerio de Sanidad de Gaza, en manos de Hamás, ha negado la veracidad del hallazgo y el ministro de Exteriores palestino lo ha puesto en duda. "El Ejército está en el hospital y nadie sabe qué están haciendo o is portaban armas consigo para luego decir que las habían encontrado dentro del complejo", ha manifestado en un comunicado.

Sin el visto bueno de Biden

Muhammad Abu Salmiya, director del hospital Al Shifa, ha denunciado que el suministro de agua, electricidad y oxígeno médico estaba completamente cortado dentro de las instalaciones y que no podía comunicarse con los médicos. "No podemos llegar a la farmacia para tratar a los pacientes porque la ocupación dispara a todo el que se mueve; el olor a muerte flota por todas partes", ha dicho a Al Jazeera. Ajeno al recordatorio del presidente estadounidense, Joe Biden, de que los "hospitales deben ser protegidos", Israel hace oídos sordos a las palabras de su principal aliado. El portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, ha tenido que recordar este miércoles que Washington "no dio su visto bueno a las operaciones militares [israelíes] alrededor del hospital". 

Después de bombardear Gaza durante seis semanas y someter a sus 2,3 millones de habitantes a un asedio total, las tropas israelíes han llegado a Al Shifa con suministros médicos, alimentos para bebés e incubadoras. En el norte del enclave, todos los hospitales están fuera de servicio, ya que no disponen de combustible ni electricidad. La población de Gaza no quiere estas ayudas. Tras perder a más de 11.000 conciudadanos, entre los cuales se cuentan unos 4.000 niños, sólo desea un alto el fuego. Además, las compañías de telecomunicaciones en Gaza han anunciado que se les ha agotado el combustible. Las redes de Paltel y Jawwal funcionan ahora con baterías, a las que sólo les quedan unas horas de servicio. El apagón es inminente. Sin apenas energía, el enclave puede sumirse aún más en la oscuridad. 

"No hay lugar en Gaza al que no podamos llegar, no hay escondites, no hay refugio para los asesinos de Hamás", ha dicho el primer ministro, Binyamín Netanyahu, durante una visita a una base de entrenamiento del Ejército. "¿Recordáis cuando nos dijeron que no avanzáramos hacia Gaza? Avanzamos. ¿Cuando nos dijeron que no llegáramos a las afueras de la ciudad de Gaza? Llegamos hasta ellos. Nos dijeron que no entremos en Shifa; entramos allí", ha recordado frente a los soldados que se preparan para luchar en el enclave. Uno de los ministros del gabinete de guerra, Gideon Saar, ha dicho a los medios británicos que Israel aceptará un alto el fuego temporal en Gaza para facilitar la liberación de los rehenes retenidos por Hamás, pero no ha especificado cuándo.

Precisamente eso es lo que está intentando conseguir Qatar. Los mediadores del país árabe están negociando un acuerdo entre Hamás e Israel que incluya la liberación de unos 50 rehenes civiles de Gaza a cambio de un alto el fuego de tres días, según ha dicho a Reuters un funcionario informado sobre las negociaciones. El acuerdo también implicaría que Israel libere a algunas mujeres y niños palestinos de las cárceles israelíes y aumentaría la cantidad de ayuda humanitaria permitida a Gaza. Los funcionarios han confirmado al medio británico que el pacto ha sido coordinado con Estados Unidos y Hamás ha aceptado las líneas generales, pero Israel no.

A su vez, este miércoles el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado una resolución que pide "pausas y corredores humanitarios urgentes y prolongados en toda la Franja de Gaza durante un número suficiente de días para permitir el acceso de la ayuda". Tras cinco intentos en las dos últimas semanas, la institución global ha conseguido ponerse de acuerdo. Para la población de Gaza, sometida a la muerte y el éxodo, la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente por ellas. Decenas de periodistas y trabajadores humanitarios han sido asesinados por las bombas israelíes, que también han arrasado con miles de hogares, escuelas y negocios. Los heridos se cuentan a decenas de miles y la violencia de la agresión israelí les impide dar la adecuada sepultura a sus muertos.