Por Jose Rico
Infografías de Francisco J. Moya y Alex R. Fischer

La muerte, el sufrimiento, la hambruna y la destrucción masiva durante seis meses de guerra en la Franja de Gaza ha reducido a escombros cualquier esperanza de paz en Oriente Próximo. La devastadora represalia israelí por el peor ataque de Hamás al país deja ya un rastro de más de 33.000 muertos, cientos de miles de desplazados, una catástrofe humanitaria y el fracaso de todas las mediaciones de países como Egipto, Catar y Estados Unidos para alcanzar una tregua.

La guerra en Gaza cumple medio año con la Franja bajo escombros y una presión a Israel más retórica que real

El clamor de la comunidad internacional a favor de un alto el fuego humanitario se ha reflejado en una histórica resolución del Consejo de Seguridad de la ONU pero, hasta ahora, la presión a Israel se ha traducido más en palabras que en hechos. Condenas y advertencias incluso de EEUU a las que el Gobierno de Benjamin Netanyahu siempre ha hecho caso omiso.

Bombardeo en Rafah, el 26 de marzo. Foto: Said Khatib / AFP

Bombardeo en Rafah, el 26 de marzo. Foto: Said Khatib / AFP

Una familia palestina huye de los bombardeos israelís en Gaza, el 16 de marzo. Foto: AFP

Una familia palestina huye de los bombardeos israelís en Gaza, el 16 de marzo. Foto: AFP

El origen del
(último) conflicto

La guerra empezó el 7 de octubre de 2023, cuando la milicia palestina Hamás lanzó un ataque sorpresa sin precedentes contra Israel.

 Miembros de la organización terrorista asaltaron localidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza, asesinando y secuestrando de forma indiscriminada.

 La inmediata respuesta de Israel fue el bombardeo masivo de Gaza y una posterior operación terrestre para arrebatarle a Hamás el control de la Franja.

Los tanques israelíes iniciaron la ofensiva terrestre por el norte de la Franja para abrirse camino hacia Ciudad de Gaza, forzando a la población a desplazarse hacia el sur. Con el norte del enclave ya devastado, en diciembre Netanyahu extendió sus ataques por tierra y aire al sur, la zona donde se refugian hacinados cientos de miles de gazatíes.

El objetivo de la ofensiva en el sur de Gaza era controlar la ciudad de Jan Yunis, bastión de Yayha Sinwar, líder de Hamás en la Franja, para desmantelar las capacidades militares del grupo islamista. Pero tras cuatro meses de combates, Israel solo asegura haber eliminado algunas "células terroristas". La amenaza se cierne desde hace semanas sobre Rafah, la ciudad fronteriza con Egipto donde se concentran más de 1,5 millones de civiles sin posibilidad de escapatoria. La presión internacional ha frenado por ahora la invasión israelí para destruir a los últimos batallones de Hamás.

Los hospitales se han convertido en campo de batalla y de muerte. Con el argumento de que los combatientes de Hamás se ocultan en ellos e incluso tienen centros de mando, las tropas israelíes atacan desde noviembre el hospital Al Shifa, la principal instalación médica de Gaza, donde se han ido acumulando cadáveres ante la falta de comida, carburante o productos anestésicos en un complejo que ha quedado en ruinas y fuera de servicio. El asedio a hospitales se repite en Jan Yunis.

La guerra está reduciendo Gaza a escombros. Un 56% de los edificios de la Franja han resultado dañados o destruidos (más de 360.000). Un análisis a partir de imágenes por satélite elaborado por Corey Scher, del Centro de Postgrado de la Universidad Municipal de Nueva York, y Jamon Van Den Hoek, de la Universidad Estatal de Oregón, muestra la magnitud de la destrucción, que alcanza también al 84% de las instalaciones sanitarias, el 80% de los colegios y el 75% de los establecimientos comerciales.

Catástrofe humanitaria

Seis meses después del estallido de la guerra, el número total de muertos en Gaza, Israel y Cisjordania se acerca a los 35.000 -entre ellos más de 13.000 niños palestinos-, a lo que hay que añadir más de 89.000 heridos, 138 rehenes israelíes y 1.700.000 desplazados. Más del 80% de los 2,4 millones de habitantes están en el sur de la Franja.

De promedio, en la Franja de Gaza cada hora mueren 15 personas (de las que 6 son niños), son heridas 35 personas, se lanzan 42 bombas y son destruidos 12 edificios.

En marzo, una media de 159 camiones diarios con alimentos y artículos de primera necesidad entraron en Gaza, lo que supone un repunte respecto a meses anteriores, pero antes de la guerra lo hacían medio millar al día, que también incluían otros suministros, material de construcción y combustible. Hasta ahora, Israel solo permite la entrada de ayuda por dos de los siete pasos fronterizos, tras someter los convoyes a exhaustivos controles que ralentizan el proceso y dificultar su llegada al norte del enclave.

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Personas heridas en un bombardeo de Israel en el hospital Nasser de Khan Younis, tiradas en el suelo a la espera de ser atendidas por los médicos

Personas heridas en un bombardeo de Israel en el hospital Nasser de Khan Younis, tiradas en el suelo a la espera de ser atendidas por los médicos

Soldados israelís llevan el ataúd de un compañero fallecido en un ataque de Hamás en Kfar Etzion, en la zona de Cisjordania ocupada por Israel, el 5 de diciembre. en Foto: Reuters / Clodagh Kilcoyne

Soldados israelís llevan el ataúd de un compañero fallecido en un ataque de Hamás en Kfar Etzion, en la zona de Cisjordania ocupada por Israel, el 5 de diciembre. en Foto: Reuters / Clodagh Kilcoyne

Una familia gazatí, en una de las zonas de Rafah donde tratan de sobrevivir los desplazados que se han quedado sin hogar tras los bombardeos de Israel. Foto: DPA

Una familia gazatí, en una de las zonas de Rafah donde tratan de sobrevivir los desplazados que se han quedado sin hogar tras los bombardeos de Israel. Foto: DPA

Siete empleados de la ONG World Central Kitchen, de José Andrés, fallecieron durante un ataque israelí en Gaza. HAITHAM IMAD / EFE

Siete empleados de la ONG World Central Kitchen, de José Andrés, fallecieron durante un ataque israelí en Gaza. HAITHAM IMAD / EFE

Frentes diplomáticos

La magnitud de la ofensiva en Gaza ha tensado las costuras diplomáticas de Israel con todos los actores internacionales, pero el país está muy lejos de un aislacionismo similar al que sufrió Rusia tras la invasión de Ucrania. De hecho, la mayoría de piezas del tablero. La repulsa general está siendo, por el momento, más retórica que efectiva.

Protesta contra Netanyahu en Jerusalén, el 31 de marzo. Foto: Nir Alon

Protesta contra Netanyahu en Jerusalén, el 31 de marzo. Foto: Nir Alon

Netanyahu, cuestionado

Todos los llamamientos a Israel para que detenga los ataques contra civiles han caído en saco roto. Incluso familiares de rehenes han cuestionado la estrategia de Netanyahu, cuya popularidad está por los suelos y se enfrenta a protestas cada vez más masivas. El Gobierno de unidad que formó con la oposición al comienzo de la contienda se resquebraja con dimisiones y la petición de elecciones por parte de su ministro de guerra tras episodios como los ataques a una multitud que aguardaba comida o a cooperantes. Han muerto más de 200.

Reunión de altos cargos de Defensa de Israel y EEUU para acercar posiciones tras el enojo estadounidense, el 26 de marzo. Foto: Michael Reynolds

Reunión de altos cargos de Defensa de Israel y EEUU para acercar posiciones tras el enojo estadounidense, el 26 de marzo. Foto: Michael Reynolds

Estados Unidos: enfado y armas

El férreo apoyo estadounidense a Israel se ha ido matizando, hasta el punto de que el presidente Joe Biden le ha puesto por primera vez una condición a Netanyahu: perderá su respaldo si no protege la vida de los civiles. En marzo, EEUU permitió con su abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU la aprobación de una resolución que exige un alto el fuego inmediato, tras haber vetado tres veces peticiones similares. Sin embargo, el Congreso ha aprobado dos envíos de armas a Israel por un valor total de 254 millones de dólares y cientos de ventas y transferencias de armamento adicionales, además de una multimillonaria ayuda económica para defensa y seguridad.

El consulado iraní en Damasco, bombardeado por Israel, el 1 de abril. Foto: Youssef Dafawwi.

El consulado iraní en Damasco, bombardeado por Israel, el 1 de abril. Foto: Youssef Dafawwi.

Tensión con los países vecinos

Aunque la guerra no se ha extendido a otros países, la escalada bélica es cada vez mayor con algunos actores armados con estrechos vínculos con Irán, como Hizbulá en el Líbano, los hutíes en Yemen y otros grupos en Irak. El régimen iraní usa estos peones para evitar entrar en la contienda, aunque no deja de amenazar con represalias, sobre todo tras el ataque israelí a su embajada en Siria. Como EEUU y la UE, las condenas de los principales países árabes se han quedado poco más que en la retórica. Ninguno de los cinco estados que mantienen relaciones diplomáticas con Israel –Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Bahréin– las han roto, pese a las masivas protestas en las calles.

Pedro Sánchez visita el colegio de un campo de refugiados palestinos en Aman, Jordania, el 2 de abril.

Pedro Sánchez visita el colegio de un campo de refugiados palestinos en Aman, Jordania, el 2 de abril.

España alienta el estado palestino

El deterioro de la situación en Gaza ha relanzado el debate sobre el reconocimiento del estado palestino entre los países de la UE. Solo 9 de los 27 estados reconocen a Palestina, un tercio de toda la UE, frente a más del 70% de los países de la ONU (139 de 193). España ha pisado el acelerador y quiere dar el paso antes del verano en un giro que podrían seguir otros gobiernos europeos. España, Irlanda, Eslovenia y Malta firmaron una carta en la que se comprometían a avanzar en el reconocimiento en cuanto "las circunstancias sean adecuadas".

La idea de los
dos estados

El conflicto ha reavivado el debate sobre la solución de los dos estados, que Israel y Palestina ya pactaron en los Acuerdos de Oslo de 1993. Aquel documento establecía plazos para la creación de un Estado palestino, el reconocimiento formal de Israel por parte de Palestina, la progresiva retirada israelí de los territorios palestinos, la división de Cisjordania en tres áreas con distintos niveles de control y la transferencia de competencias a los palestinos.

Este es el mapa de países que actualmente reconocen el estado palestino.

Sin embargo, esta solución parece cada vez una quimera por la falta de apoyo de los actuales líderes políticos y de la propia sociedad, pero sobre todo por la situación actual sobre el terreno:

  • Los más de 200 asentamientos israelíes en Cisjordania, ilegales según el derecho internacional, han creado una realidad en la que los israelíes (casi 620.000, un 5% de la población total) tienen derechos y los palestinos no. En paralelo, más de 15 años de bloqueo en Gaza han hecho inviable la vida en la Franja.
  • Los palestinos ganaron representación política con la creación de la Autoridad Nacional Palestina en 1994, pero la corrupción y la falta de legitimidad de sus líderes dieron alas a Hamás, que gobierna Gaza desde 2006 tras ganar las elecciones, y brindaron un argumento más a Israel para justificar su derecho a defenderse.

Israel y Hamás solo pactaron un breve alto el fuego de una semana a finales de noviembre. Los intentos de acordar una tregua de seis semanas siguen fracasando: mientras Israel reclama la liberación de los rehenes sin renunciar a su presencia militar en Gaza, Hamás exige un alto el fuego "integral" para negociar el retorno de los desplazados al norte y la retirada de las tropas israelíes. Entretanto, una violencia cada vez más dura monopoliza este enquistado conflicto.

Un reportaje de EL PERIÓDICO

Textos: Jose Rico
Infografías: Francisco J. Moya y Alex R. Fischer
Coordinación: Rafa Julve