Seis meses de guerra en Gaza

Los países árabes mantienen sus vínculos con Israel, pese a la oposición en sus calles

Aquellos que firmaron acuerdos de normalización con Tel Aviv hacen difíciles equilibrios entre sus relaciones con el Estado hebreo y la solidaridad generalizada de sus poblaciones con los palestinos

La reconciliación entre Irán y Arabia Saudí reconfigura el mapa de alianzas de Oriente Próximo

Manifestación de apoyo a los palestinos en las calles de Rabat, el pasado 29 de marzo.

Manifestación de apoyo a los palestinos en las calles de Rabat, el pasado 29 de marzo. / JALAL MORCHIDI / EFE

Andrea López-Tomàs

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Eran años, décadas en los que la causa palestina navegaba a la deriva, cada vez más abandonada. Pero tras el 7 de octubre, y la guerra posterior que ha matado a 33.000 gazatíes en medio año, el abandono se ha hecho aún más patente. Especialmente por parte de aquellos países que siempre la han abanderado. En los últimos años, Estados árabes como Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos han desafiado acuerdos geopolíticos no escritos y han firmado tratados de normalización con Israel, mediados por Estados Unidos en los Acuerdos de Abraham. Fue la constatación oficial del abandono. Aún así, las relaciones nunca han llegado a ser muy fuertes más allá del plano económico, porque gran parte de la población seguía en contra de estas alianzas con el histórico enemigo de la región. Por eso, muchos podrían creer que una agresión de más de 180 días contra el enclave palestino podría romper esos frágiles vínculos. Tras seis meses de muerte, devastación y hambruna, ya nadie espera esa ruptura

Como Estados Unidos y la Unión Europea, las condenas de estos líderes árabes se han quedado poco más que en la retórica. Ninguno de los cinco países árabes que mantienen relaciones diplomáticas con Israel –Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Bahréin– las han cortado. "A pesar de su indignación por la guerra de Gaza, los Estados del Golfo están comprometidos a mantener sus relaciones con Israel por una serie de razones, tanto geopolíticas como económicas", constata Anna Jacobs, analista senior del Golfo para el International Crisis Group (ICG). Las acciones de estos países se han centrado simplemente en formas prácticas de ayudar a los palestinos, mediando un alto el fuego o la apertura de los corredores de ayuda humanitaria o financiando, como en otras ocasiones, la reconstrucción de posguerra.

A su vez, informes recientes publicados por medios hebreos anuncian que Israel está presionando para el establecimiento de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz para asegurar la Franja de Gaza y facilitar la entrega de ayuda humanitaria en ella. Este proyecto estaría formada por tropas de tres países árabes sin identificar. Los representantes árabes han dicho repetidamente que no participarán en la gestión de Gaza después de la guerra a menos que sea parte de una iniciativa más amplia que incluya el establecimiento de un camino hacia un futuro Estado palestino, algo que el actual Gobierno israelí rechaza firmemente. "La guerra de Israel contra Gaza ha demostrado que no se puede pasar por alto la cuestión palestina y evitar las causas fundamentales de esta guerra, es decir, la ocupación israelí y la falta de una solución política seria al conflicto palestino-israelí", señala Jacobs a este diario.

La causa palestina es una causa árabe

Por mucho que intentaran ignorarlo al normalizar relaciones con Israel, estos países árabes ya no pueden desoír las reclamaciones de los palestinos. Precisamente porque son sus propias poblaciones quienes las expresan. "Estos Estados del Golfo tienen que gestionar poblaciones internas que observan diariamente cómo se desarrolla la agresión israelí contra Gaza y que culpan a Israel, EEUU y los países árabes que tienen relaciones con Israel por gran parte de lo que está sucediendo", añade Jacobs. La encuesta más reciente sobre las opiniones de la población árabe de 16 países, realizada por el Centro Árabe de Washington DC, en cooperación con el Centro Árabe de Investigación y Estudios Políticos y publicada en enero, muestra que el 92% de la ciudadanía ve la causa palestina como una cuestión árabe y no exclusivamente palestina. El aumento del 16% en los últimos dos años lo convierte en el porcentaje más alto desde 2011.

En países como Argelia, Túnez o Irak, más del 90% de la población coincide en que la causa palestina es una cuestión árabe. Igual que ocurre en Estados que han normalizado relaciones con Israel, como Jordania, Egipto, Sudán o Marruecos. La cifra más alta de apoyo a esta creencia, un 95% respecto al 69% en 2022, se encuentra en Arabia Saudí, país que hasta el 7 de octubre parecía a las puertas de un pacto con el Estado hebreo. "La guerra de Gaza ciertamente ha ralentizado y complicado cualquier posible acuerdo entre EEUU y Arabia Saudí que podría incluir la normalización entre Arabia Saudí e Israel", apunta Jacobs. Además, la opinión pública árabe es casi unánime en rechazar la premisa de reconocer al Estado hebreo con un porcentaje del 89%. En Arabia Saudí, hace dos años, el 38% se oponía a ello. Ahora, es el 68%.

Resistencia de grupos armados no estatales

Mientras los países árabes navegan este equilibrio con sus sociedades, el presidente estadounidense Joe Biden se atrevió a reconocer la semana pasada lo contrario. "He estado trabajando con los saudíes y con todos los demás países árabes, incluidos Egipto, Jordania y Qatar, y están preparados para reconocer plenamente a Israel por primera vez", dijo en un acto de campaña el jueves. "Pero tiene que haber un plan post-Gaza, y tiene que haber un tren hacia una solución de dos Estados", añadió. En febrero, su secretario de Estado, Antony Blinken, ya se expresó en esa misma línea. "Prácticamente todos los países árabes ahora quieren genuinamente integrar a Israel en la región para normalizar las relaciones, para proporcionar compromisos y garantías de seguridad para que Israel pueda sentirse más seguro", declaró durante una mesa redonda en la Conferencia de Seguridad anual de Munich.

A diferencia de escaladas anteriores, esta guerra de Gaza ha desvelado una nueva realidad en Oriente Próximo. Tal y como apunta el analista Rami G. Khouri del Centro Árabe de Washington DC, mientras que los Estados árabes se han limitado a dar "una respuesta discreta y cargada de retórica" a la ofensiva israelí, se ha demostrado que "quienes luchan y resisten a Israel y a EEUU en la región son actores armados no estatales árabes con estrechos vínculos con Irán", como Hizbulá en el Líbano, Hamás en Gaza, los hutíes en Yemen u otros grupos en Irak. "Estos dos fenómenos simbióticos indican cómo los Estados árabes se han vuelto política y militarmente pasivos frente a adversarios más fuertes, e insinúan el futuro orden en Oriente Próximo si las condiciones prevalecientes persisten", escribía Khouri en febrero.

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