Comer por menos de 15 €

Menú del día: Tres Encinas, maquinaria bien engrasada

Este restaurante del Eixample llena a diario gracias a su menú de categoría

Arroz del menú del día del restaurante Tres Encinas.

Arroz del menú del día del restaurante Tres Encinas. / Alberto García Moyano

Alberto García Moyano

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Como cuando confundes una palabra con otra aunque no tengan demasiada conexión, el lugar de hoy me recuerda bastante a la visita de hace casi un año a El Racó de Llúria. El caso es que, empujado por dos asiduos del lugar, mis estimados Shawn y Sofía, acudí puntual un jueves avisado de que no iba a un sitio de los que podríamos categorizar como clásicos de la ciudad (aunque luego me diera cuenta de que está perfectamente posicionado para acabar siéndolo). Si no me equivoco, no había escrito aún sobre un menú en el barri de la Antiga Esquerra de l’Eixample, así que vamos a estrenarnos como corresponde.

Tres Encinas es un lugar bien grande, tanto que alberga un ascensor, y no de comida precisamente. Que no escatima madera ni barniz, con paredes de obra vista (¡de la de verdad!) y manteles de tela blanca e inmaculada, como el resto del local, que está que da gloria verlo pese a los kilómetros que lleva encima.

La entrada del restaurante Tres Encinas.

La entrada del restaurante Tres Encinas. / Alberto García Moyano

De esos lugares de la vieja escuela que, en lugar de haber virado y convertirse en lo que cariñosamente -o no- llamo un comedero, siguen rumbo hacia consolidarse como un restaurante al que echar de menos el día que nos falte. Que ese día no sea pronto, por favor, que llevamos últimamente una racha de despedidas que para qué.

Tres Encinas

Avenida de Roma, 153. Barcelona

Tf: 93.451.33.12

Precio: 14,75 €

Una de las virtudes del lugar es que les funciona tan bien la carta (con suculentas opciones que habrá que sentarse a probar) como el menú que, con seis opciones tanto de primero como de segundo, tienen el comedor prácticamente lleno a diario. Y bien, jueves significa arroz, así que arroz. Marinero. Me sorprendió que mis acompañantes me aseguraran que este no era el mejor que habían probado allí, porque a este arroz de menú le veo poco margen de mejora: arroz suelto, con sabor a buen sofrito/'fumet' y con notable presencia de 'frutti di mare'. Magnífico preludio para el segundo.

Bistec al roquefort e hígado encebollado

Así como el primer plato era algo que no requería de mucha decisión, el segundo fue toda una deliciosa encrucijada, así que esperé a elegir el último y así poder hincar -con disimulo, pero con consentimiento- el tenedor en las elecciones ajenas, ese gran placer. Eligieron bistec al roquefort (ese clásico en desuso que bien ejecutado es una joya) e hígado encebollado (objeto de injusta estigmatización de un tiempo a esta parte).

Conejo al ajillo del restaurante Tres Encinas.

Conejo al ajillo del restaurante Tres Encinas. / Alberto García Moyano

Por momentos pensé que había errado en la decisión, porque estaban a la altura que ambos platos se merecen, hasta que procedí con mi conejo al ajillo, que nada más ver me alejó de cualquier otra tentación. No todos los días se tiene la oportunidad de disfrutar de un plato de conejo (¡qué bien iría el mundo si comiéramos más conejo, caray!) y encima cocinado de esta forma. Tan sencillo, tierno y sabroso, con detalles como los de unos pimientos verdes que escoltaban a las patatas fritas de guarnición.

Pudin del restaurante Tres Encinas.

Pudin del restaurante Tres Encinas. / Alberto García Moyano

Para el postre, reaprovechamiento y sabor con un pudin con bien de pan pero sin pesadez. Dejaos llevar también por la oferta de este tercer 'round,' a la que le ponen el mismo mimo que al resto de pases, hecho que no ocurre con facilidad.

En fin, estamos ante un menú de categoría que roza el límite de lo autoimpuesto para esta sección, pues cuesta 14,75 €, pero que vale cada céntimo. Y más considerando que sentirse tan acogido por quienes cuidan del lugar con tanto mimo en un espacio tan grande puntúa (o debería hacerlo) doble.