Crítica

Carlos Hipólito brilla en 'Burro' en el Teatre Romea

Un momento de 'Burro'.

Un momento de 'Burro'. / DAVID RUIZ\TEATRE ROMEA

Marta Cervera

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El recuerdo de 'Platero y yo' de Juan Ramón Jiménez animó a Álvaro Tato a escribir 'Burro' un sugerente texto que ha hecho suyo el actor Carlos Hipólito, muy aplaudido en su debut en el Teatre Romea este miércoles. Al estreno en Barcelona acudieron destacados intérpretes como Carme Sansa, Jordi Bosch, Josep Maria Flotats y Josep Maria Pou, director artístico del Romea, entre otros.

Acompañado de una afinada familia de músicos y actores compuesta por Fran García a la percusión, Iballa Rodríguez a la flauta que se transforman en diversos personajes y por el guitarrista Manuel Lavandera, Hipólito brilla en su interpretación de un asno que recorre la historia de la humanidad y la relación de los jumentos con la gente de nuestra especie. El texto y la música hace viajar al espectador del pasado a un presente nada halagador donde un incendio amenaza con desturir una finca donde un burro ha sido abandonado a su suerte. Estar atado a una estaca no puede huir y en ese clima, atrapado como los está la civilización en un planeta al que se le agota el tiempo bajo la amenaza del cambio climático, empieza a recordar la historia de la humanidad vista a través de un animal que de tonto tienen poco.

El humor salpica esta propuesta de Ay Teatro dirigida por Yayo Cáceres. La obra, que hizo reir a los espectadores en varios momentos, se nutre y hace referencias a libros donde aparece la figura del burro como 'La metamorfosis' de Ovidio, 'Sueño de una noche de verano', de Shakespeare, 'Don Quijote de la Mancha', de Cervantes, famosas fábulas así como dos textos anónimos: 'Misa del asno' y 'Testamento del asno'. Sin olvidar 'Platero y yo' que proporciona uno de los momentos más tiernos del espectáculo.

Más que un monólogo

Aunque es un monólogo, Hipólito no solo da vida al burro del título sino a otros muchos personajes sin necesidad de disfrazarse, tirando de su calidad como intérprete. La camaleónica capacidad de Hipólito para metamorfearse sin necesidad de disfraz alguno, a cara descubierta solo con su gestualidad, su expresión facial y su entonación fue aplaudida por el público en varios momentos durante la función. El actor, que había venido mucho a Barcelona cuando la Compañía Nacional de Teatro Clásico actuaba en el Victòria, llevaba mucho tiempo sin pisar las tablas en capital catalana. Su última actuación fue en 2011 con una versión de Claudio Tolcachir de 'Todos eran mis hijos', de Arthur Miller que se vio en el Poliorama. Nada que ver aquella propuesta con esta apuesta del actor que viaja con 'Burro' desde la Antigua Grecia y Roma a nuestros días, pasando por la Edad Media y el Siglo de Oro.

Los tópicos sobre la estupidez y tozudez de los asnos dan mucho juego en este montaje que combina poesía, música y humor pero también denuncia la injustica y la violencia ejercida contra el burro, un animal que nunca ha gozado del respeto y nobleza del caballo. Hipólito, que hace años interpretó 'Historia de un caballo' de Tolstoi, ha devuelto la dignidad al asno con su interpretación. 'Burro' invita a replantearse quién son los burros, a redescubrir las fábulas y a releer 'Platero y yo'.