Fin de una era

Antes del Comedia: los cines emblemáticos de Barcelona que también cerraron sus puertas para siempre

Cierra el Comedia, la última sala de lo que fue la arteria cinematográfica de Barcelona

"Quedamos en el Comedia", Barcelona pierde otra brújula ciudadana

El interiorista de los cines de los años 60 | ¡Gracias, Bonamusa!

Cine Comedia de Barcelona

Cine Comedia de Barcelona / Julio Carbó

Gisela Macedo

Gisela Macedo

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Con el cierre de los cines Comedia de Barcelona, que se despedirán del público el domingo 14 de enero de 2024, se da continuidad a una serie de clausuras de salas cinematográficas emblemáticas en la capital catalana. Los Comedia, ubicados en un lugar privilegiado de la ciudad -paseo de Gràcia con Gran Via-, constituyen la última sala cinematográfica que ha sobrevivido en una zona de la capital catalana que en su momento era garantía de éxito para las multisalas.

Hubo un tiempo en que los barceloneses acudían a la Rambla Catalunya y al paseo de Gràcia a ver películas. El último cine que quedaba en la primera era el Club Coliseum, y cerró en el año 2014. Ahora y una década después, se despide el Comèdia y, con él, se cierra el epílogo de lo que fue un tiempo mejor para la exhibición cinematográfica en la capital catalana. Quedará por ver en manos de quién caerá ahora su atractivo y bien situado edificio, el Palacio Marcet.

El Palau Marcet de Barcelona, convierto posteriormente en el cine Comèdia.

El Palau Marcet de Barcelona, convierto posteriormente en el cine Comèdia. / El Periódico

Façana del cine Comèdia, a la cantonada de la Gran Via amb el passeig de Gràcia, a Barcelona. | RICARD CUGAT

Façana del cine Comèdia, a la cantonada de la Gran Via amb el passeig de Gràcia, a Barcelona. | RICARD CUGAT / QUIM CASAS

Otras pérdidas significativas

Muy cerca de los Comedia estaban los cines Coliseum, abiertos en el 1923. En el 2006, su edificio de la Gran Via se reconvirtió y ahora se dedica al teatro y al musical, de modo que fue rebautizado como Teatro Coliseum. En el paseo de Gràcia también había otras salas como Fantasio, abierta en el 1931 y cerrada en el 2000; o el popular cine Fémina (esquina Diputació con paseo de Gràcia), que abrió en el 1929 y en el 1991 quedó destruido por un incendio.

Otro ejemplo de pérdida importante de butacas que sufrió Barcelona en los últimos años fue la del Niza, que estuvo situado en la plaza de la Sagrada Familia y la calle Rosellón. Fue inaugurado en el 1946 y clausurado en 2005. No puede faltar tampoco en esta lista el extinto cine Urgell, nacido en 1963 y cerrado en el 2013. Fue la sala de exhibición más grande de Barcelona, con 1.832 localidades. En el 2017 fue derribado y en su lugar se creó un interior de manzana entre las calles Comte Borrell, Urgell, Sepúlveda y Floridablanca.

En febrero de 2020, la capital catalana perdió el Palacio Balañà, en Sants, que empezó sus proyecciones el 6 de diciembre de 1965 y tenía 1.610 localidades. En su momento, se presentó como "el coliseo cinematográfico más moderno de Europa", pero eso no impidió que terminara uniéndose a la interminable lista de defunciones de salas de cine en la ciudad por la escasez de público y de rentabilidad.

Una lista en la que también cabe mencionar al cine Rex, en el número 463 de la Gran Via. Se inauguró en la Nochebuena del 1940 y su proyector iluminó la pantalla por última vez en el año 2010. Desde entonces, aquel singular edificio permanece abandonado y cubierto de graffitis.

Recientemente, en verano del 2023, se despidieron de la ciudadanía barcelonesa los míticos cines Icaria, situados en el barrio la Vila Olímpica del Poblenou, tras más de 25 años en activo. No muy lejos de allí, en el Port Vell, quedaron abandonados los Cines Maremagnum en el año 2015, situados frente al centro comercial con el mismo nombre. Su edificio permaneció inutilizado hasta el 2022, cuando fueron demolidos en el marco de los preparativos de la Copa América de Vela 2024.

La rareza de los Phenomena y Texas

Enmedio de este panorama desolador para las salas de cine clásicas de Barcelona, en el número 168 de la calle de Sant Antoni Maria Claret todavía resiste una sala que representa la gran excepción: el Phenomena, un cine como los de antes en esta ciudad, con doble cortina que cubre la pantalla entre película y película, con un vestíbulo que retrotrae a aquellos años en los que Antoni Bonamusa fue interiorista de las salas de Pedro Balañá, y donde todavía se avistan largas colas para entrar.

Otro caso esperanzador es el de la sala Texas, en la calle Bailén, que resucitó el año pasado con una oferta de cine a la que ahora se suma también teatro catalán. Nació en 1912 con el nombre de Cine Bailèn. Después de haberse convertido en comedor infantil durante la Guerra Civil, en el 1947 abrió como cine de barrio bajo el nombre de Texas. Ya en democracia, cerró una primera vez en 1995 y reabrió a los pocos meses como cine multisala denominado Lauren Gràcia, que sobrevivió hasta el 2013. El cineasta Ventura Pons adquirió en 2014 para reflotarlo y orientarlo a películas de reestreno estrictamente en catalán o versión original subtitulada en catalán. Bajaron la persiana en marzo de 2020 por la pandemia. En el 2023 se reinauguró, de nuevo, con el histórico nombre de Texas y un exitoso 'sold out' en la reapertura.