Otra defunción en el centro

Cierra el Comedia, la última sala de lo que fue la arteria cinematográfica de Barcelona

Los otros cines de Barcelona que también cerraron sus puertas para siempre

Entrada principal del cine Comedia de Barcelona, este viernes.

Entrada principal del cine Comedia de Barcelona, este viernes. / JULIO CARBÓ

Julián García
Quim Casas
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El histórico cine Comedia cerrará este próximo domingo 14 de enero, según avanzó en la red social X la cuenta Sala Abierta y después pudo confirmar este diario. Estaba situado en una esquina de lujo, paseo de Gràcia con Gran Vía. ¿Se puede pedir un lugar mejor para tener una sala cinematográfica? No, pero eso era cuando aquella zona se había convertido e la arteria barcelonesa en cuanto a cines, un centro neurálgico desplazado ahora mismo no se sabe muy bien dónde. Cuando se convirtió en multisalas tenía también una entrada directamente por Gran Via, donde sobrevivió, pero ya cayó, otra de las grandes salas de esta ciudad, el Coliseum. No cayó físicamente, aún existe, pero en los últimos años se dedica al teatro, al musical, los conciertos o el show de presentación del libro de Quentin Tarantino el año pasado. Así que los Comedia –cinco salas– era el último bastión de lo que durante mucho tiempo fue un lugar privilegiado para abrir cines con éxito.

El cine Comèdia, en los años 60.

El cine Comèdia, en los años 60. / El Periódico

El histórico cine Comedia de Barcelona vivía una situación difícil desde la pandemia, pero sus apuros venían de lejos. Ya en 2017 evitó la amenaza de cierre después de que la cadena Yelmo asumiera la explotación de los céntricos cines, cuyo futuro estaba en el aire por una grave crisis de asistencia de público que había llevado a su anterior empresa explotadora, Espectáculos SL, a presentar un concurso de acreedores. La propiedad del inmueble que acoge el cine Comedia, que siempre se ha mostrado dispuesta a preservar su futuro como equipamiento cultural y no comercial, aseguró a este diario que "está trabajando en identificar y estudiar opciones de distintos grupos interesados en operar este espacio y se decantará por aquel operador que ofrezca una actividad de mayor valor añadido a la ciudad; y que ofrezca un compromiso a largo plazo con la explotación del espacio". No está previsto, por tanto, que el Comedia acabe siendo una megatienda como las de los otros tres chaflanes.

El cierre del Comedia parece ser, a falta de saber su futuro inmediato, el fin de una época. Más bien, el fin del epílogo de un tiempo mejor, más rutilante, paa la exhibición cinematográfica. En el paseo de Gràcia lucieron salas como Fantasio, situada en el número 69. Un nombre que parecía evocar al cómic Spirou y Fantasio. Claro que el tebeo franco-belga debutó en 1938 y el cine se construyó en 1931. A principios de los 70 pasaría a ser propiedad de la cadena Balañá y cerró sus puertas el 30 de agosto de 2000.

Dos años antes habían empezado las proyecciones del cine Fémina, al que se podía acceder por paseo de Gràcia o Diputació. Era una lujosa sala de 820 butacas que también pasó a los Balañá en 1971. Pero no pintaba bien la cosa con las primeras crisis fuertes del sector: hacia 1987 se anunció su cierre. No se hizo efectivo, pero en 1991 un incendio –que algunos consideraron sospechoso– se llevó el cine por delante. En lo alto, tocando con Diagonal, estaba el cine Savoy (1935-2001), más discreto y estrecho, pero también entrañable, y la calle cinematográfica por excelencia se completaba con el Publi (1932-2005), un paraíso para las películas de autor cuando la censura aún hacía estragos.

La abundante Rambla

 A lado de lo que ahora es la calle del comercio de lujo está la Rambla de Catalunya, donde abundaron también los cines. El Alcázar, uno de los preferidos por Stanley Kubrick para estrenar sus películas en Barcelona, se ubicaba entre Consell de Cent y Diputació, en el número 37, y estaba extraordinariamente equipado: de los más cómodos y donde se proyectaba mejor. Se inauguró en 1939, pero ya llevaba años siendo sala de cine con los nombres de Lido y Actualidades. ¿Saben cuántas localidades tenía entonces? ¡1.600! Solo 200 menos que el cine Urgell, el más grande de la ciudad. Pasó a Balaña a finales de los 40, se redujo el aforo y sobrevivió hasta el año 2005. 

Un poco más abajo, en el número 23 de Rambla de Catalunya, se abrió otra sala técnicamente impecable, el Club Coliseum. Propiedad de la misma cadena, Balañá, duró 36 años; cerró definitivamente en 2014 y era algo así como una sala anexa al Coliseum. 

Fue el último cine de la Rambla de Catalunya, ya que antes habían cerrado el Alexandra (1949-2013) y las tres salas que se encontraban en el edificio, en el número 90, y a las que se accedía por un mismo y espacioso vestíbulo, Alex 1 y Alex 2 (dos mini-salas abiertas en 1980) y Alexis, otro local histórico: inaugurado en 1954, pasó a convertirse en uno de los emblemas del Círculo A, exhibidora de arte y ensayo; tenía solo 143 butacas y los 'happening' de los sábados de madrugada con proyecciones de ‘La noche de los muertos vivientes’ son imborrable historia viva de esta ciudad que poco a poco se queda sin salas para proyectar películas, o como hemos entendido las salas hasta ahora.