CHAMPIONS FEMENINA

Cosas del Barça: se va el que gana y se queda el que pierde

Andá pallá Bobo by Emilio Pérez de Rozas

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Emilio Pérez de Rozas

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No es que quiera reseñar que estas cosas solo pasan en el FCBarceona, pero, como poco, coincidirán conmigo que no deja de ser sorprendente que el entrenador que se mete, de nuevo, en la final de la Champions sea quien, dentro de unas semanas, abandonará la nave y el que quedó apeado en los cuartos de final de la Copa de Europa, acabe de ser confirmado (¿plenamente confirmado?, dejémoslo así) como técnico del equipo masculino.

No se puede hablar, desde luego, de vidas paralelas. De lo que sí se puede hablar, pese a que, tal vez, Joan Laporta piense que está en una nueva final de la Champions femenina (San Mamés, 25 de mayo) porque Xavi Puig, el responsable de la sección, lució su corbata de la suerte (“la que no me puse en el partido de ida”), es de que el equipo femenino del Barça, liderado antes por Alexia Putellas, la mejor jugadora del mundo y capitaneado ahora por Aitana Bonmatí, la mejor jugadora del planeta, es otra de las escandalosas herencias del pasado. Vamos como Pau Cubarsí y Lamine Yamal, más o menos lo mismo.

La sección perfecta

Lo que Markel Zubizarreta sembró y Jonatan Giráldez regó con enorme mimo se ha convertido en el mejor equipo del mundo y, sobre todo, en estos momentos, con muchísima diferencia sobre todos los demás signos del barcelonismo, en la mejor imagen que emana el ‘més que un club’, no solo porque su juego sí es puro ADN Barça, sino porque ellas se han convertido en un ejemplo a seguir. Hasta el extremo de que la compañía Vueling las buscó para decorar el avión que les llevó a Londres y les trasladará a Bilbao, bautizado, por cierto, hace unos días sin la presencia de Laporta, que estaba más preocupado por Xavi que por cualquier otra cosa.

Ni hay duda, desde luego, que de la misma manera que sobre el césped parece haberse producido un relevo limpio entre Alexia y Aitana, es muy probable que el Barça será capaz de conseguir, con idéntica eficacia, el recambio de los dos grandes protagonistas (perdón, junto a Maria Teixidor y Jordi Mestre), que construyeron este fabuloso equipo, de esta ejemplar sección, que ni Mateu Alemany ni Deco ¡vaya! quieren en su seno, es decir, en el planeta fútbol culé. Y, encima, es la única sección que se autofinancia.

Celebración del primer gol de Aitana Bonmatí

Celebración del primer gol de Aitana Bonmatí / REUTERS_Peter Cziborra_

Insisto, estamos hablando de un mismo deporte, supuestamente con idéntico ADN (eso ya no es tan cierto), con dos entrenadores que han bebido de las mismas fuentes y con un elenco de estrellas fabuloso. Pero mientras uno, Xavi Hernández, protesta porque los árbitros le han robado la gloria (o interrumpido su camino a las estrellas), el otro, Jonatan Giráldez, declaró, antes de viajar a Londres, que “no tenemos que hacer nada excepcional: ganar”.

Las dudas de uno y la seguridad del otro son dignas de destacar. Es posible que ustedes piensen que la presión que debe soportar Xavi no tiene nada que ver con la que debe aguantar Jonatan. Y, en eso, no sé en lo demás, están equivocados. Cuando uno es campeón de todo, como es el equipo de Giráldez, no puede permitirse el lujo de fallar. Y menos si el equipo que él dirige se ha convertido en la joya de la corona.

No digo, ni mucho menos, que parece importarle poco a Laporta y su directiva que Giráldez cumpla su palabra de abandonar el Barça el 30 de junio con rumbo a EEUU, pero no deja de ser sintomático que ‘la familia’ que lleva las riendas de la entidad azulgrana se haya vuelto loca para retener a Xavi (cosa que no acaba de ser del todo cierta, pero bueno) y permitiera en su momento que Giráldez anunciase que su ciclo, glorioso, se había terminado.

Puede que con el 10% de esfuerzo y, por descontado, un 90% menos de show, tal vez el ‘mister’ del femenino se lo hubiese repensado dos veces. O tres.