Séptimo piso vacío del bloque

Historia de otro inquilino al que no renuevan el alquiler en Barcelona: “En el Poblenou sobra el vecino”

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Diario de un vecino del Poblenou en Barcelona: “Entre el calor y el ruido nos sentimos atrapados"

Vecinos en el tramo de Pere IV en el que vive Castro, en una imagen de 2022.

Vecinos en el tramo de Pere IV en el que vive Castro, en una imagen de 2022. / Jordi Cotrina

Toni Sust

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Enrique Castro lleva 21 años viviendo de alquiler en el número 76 de la calle de Pere IV de Barcelona, concretamente en el 2º 2ª. El edificio tiene 11 viviendas, de las que ahora seis están vacías. Serán siete cuando él, su mujer y su hija tengan que irse. Porque no le han querido renovar el alquiler y ni siquiera debatir con él un posible aumento. Le quieren fuera, y no acaba de entender el porqué de tantos pisos vacíos.

No lo sabe, no lo puede saber, pero intuye que en el futuro su lugar será ocupado por alguien con un poder adquisitivo mayor. Lo que se conoce como gentrificación, y que hace ya décadas que afecta a Barcelona. No es que Castro no entienda que se suban precios, pero, insiste, es llamativo que no sea ni candidato a asumir esa subida.

“Es una dinámica siniestra del mercado que hace que ni siquiera se negocie para que el piso quede vacío”, afirma. “En el Poblenou sobra el vecino”, denuncia. El argumento es duro pero claro: los barceloneses ya no son negocio para depende de qué sectores.

Buen pagador

“Soy un inquilino que nunca se ha retrasado en el pago de su alquiler en 21 años. No hay aseguradora que ofrezca esa garantía, pero no quieren renovarme el contrato a pesar de que me he ofrecido a negociar. Mi última prórroga acabó en septiembre, así que mi familia y yo somos okupas”, cuenta a este diario Castro, que cursó un Grado en comunicación por la UOC y un Máster en conflictos armados en la UAB, una formación que diríase idónea para la parte de Barcelona en la que lleva dos décadas residiendo.

Porque a Castro lo expulsa ahora el problema del acceso a la vivienda en la ciudad, pero lleva años viviendo otro conflicto grave, el del ruido: reside, todavía, en el corazón del Triángulo Golfo (el ayuntamiento lo llama Triángulo Lúdico), en Pere IV entre Pamplona y Àlaba. "Es peor no tener vivienda que el ruido", constata.

700 euros

La propiedad, dice, es un gran tenedor con varios edificios y decenas de viviendas desperdigadas por toda Barcelona. “Prefieren tener sus pisos vacíos. ¿Por qué? Ni idea”, lamenta Castro. Tienen varios motivos para intentar seguir viviendo en la zona, siendo el principal su hija de 6 años: “Está escolarizada en el barrio y va a ballet en el Centro Moral y Cultural, mi mujer y yo hacemos vida activa en Poblenou, e incluso participamos en las asociaciones vecinales. Hacemos barrio, como suele decirse, pero nos vamos a tener que ir”.

Como la ciudadanía ha ido interiorizando que lo normal son precios cada vez más elevados, Castro lo dice casi en voz baja: pagaba 700 euros mensuales por su vivienda. “Son 90 metros cuadrados; es un buen piso, pero antiguo, mucho frío en invierno y mucho pero que mucho calor en verano”, relata. También denuncia que de algún modo se intentó persuadirle de hacer las maletas cuando durante un año se instalaron cerca de 30 jóvenes en tres pisos que tienen arriba.

Los alquileres

Los alquileres de la ciudad llegaron hace tiempo a un nivel prohibitivo y son los más caros de España. Y no se corresponden exactamente con la evolución de los sueldos. Según los últimos datos del portal Idealista, en Barcelona el alquiler ha subido un 12,4% durante los últimos 12 meses, situándose en una media de 20,5 euros por metro cuadrado, el precio más alto en una capital de provincia.

Con esos números, una vivienda como la de Castro llegaría a anunciarse a 1.800 euros, una suma considerable. Como se ha dicho, en su caso no se llegó a poner sobre la mesa una nueva cantidad. De hecho, no es que fallara la interlocución con la propiedad, es que nunca ha llegado a poder contactar con los dueños. Este diario tampoco ha logrado hablar con la propiedad. En cuanto a las empresas de administración de fincas que gestionan el edificio, no quisieron tampoco entrar en detalles sobre el caso, ni en por qué no se aborda una posible renovación con el inquilino.

“Precios delirantes” y el 30% de VPO

“No hay vivienda en Poblenou, y la que hay se ofrece a precios delirantes. Y a la vez, según un estudio de la entidad vecinal Observatori dels Barris del Poblenou, casi la mitad de las oficinas que se han construido en el 22@ están vacías, pero no hay esquina en todo el barrio donde no se esté levantando otro frío e impersonal monstruo de acero y cristal. ¿Por qué no han construido viviendas?”, se pregunta Castro.

Él mismo se responde que las empresas prefieren invertir en oficinas y evitar así la norma que obliga a destinar el 30% de una gran promoción o una gran rehabilitación a vivienda pública, una norma que el gobierno de Jaume Collboni quiere revisar, un encargo que ha recaído en una comisión encabezada por la experta Carme Trilla.

“Nómadas digitales”

Castro denuncia otro elemento: “Como dice el mismo informe, a los fondos de inversión les resulta más rentable comprar edificios, aunque los tengan vacíos, que tener su dinero en el banco”. “Se ha diseñado un hub tecnológico que atrae a nómadas digitales que pueden pagar 1.000 euros al mes por un estudio de 40m2, pero no hay vivienda disponible para familias trabajadoras. Poblenou se convertirá tarde o temprano en una cáscara de cristal vacía. El vecino sobra”, concluye Castro.

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