En lo que llevamos de siglo

DATOS | Los barrios de Barcelona que más población pierden y los que más crecen

El Gòtic se repobla con vecinos jóvenes y extranjeros: ya casi no hay niños ni ancianos

La discreta despoblación de la periferia de Barcelona, con Canyelles al frente

Vista del barrio de Canyelles de Barcelona, que pierde población

Vista del barrio de Canyelles de Barcelona, que pierde población / EPC

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

EL PERIÓDICO rescata en una serie especial para estas fiestas navideñas algunas de las historias de este 2023 que por el alud de informaciones que se generan en el día a día merecen una nueva mirada y atención.

El padrón de Barcelona es una estadística viva, que refleja como pocos datos la evolución histórica de la capital catalana. Tras las cifras globales de inmigración, mudanzas o mortalidad, los datos ‘micro’ de cada barrio también explican mucho sobre los fenómenos económicos y sociales que aprecia a simple vista el barcelonés de a pie. Hay vecindarios que resurgen de sus cenizas, mientras otros acarrean una lenta decadencia.

EL PERIÓDICO ha analizado los datos del padrón de 2023, 2018, 2013 y 2001 para extraer las tendencias de crecimiento y despoblación en lo que llevamos de siglo XXI. Al hilvanar las cuatro fotos fijas emergen caídas y subidas muy llamativas, que han pasado desapercibidas por su progresividad sutil o eclipsadas por el torrente de noticias sobre el mercado inmobiliario.

El equipo de Infografía de este diario ha volcado el mar de cifras en un mapa interactivo muy fácil de navegar. Al clicar en cada territorio el lector puede consultar la variación de población acumulada desde 2001 y también el número exacto de empadronados ese año y en 2023.

El conjunto de la ciudad ha ganado un 10% de residentes, pero su distribución es muy desigual. Se aprecia rápidamente de un vistazo por dónde crece la capital: nuevos barrios en la periferia, como Diagonal Mar, Bon Pastor o la Marina del Prat Vermell, donde se han construido grandes promociones y se edificarán más en los próximos años.

Al contrario de la creencia popular, el centro de Barcelona recupera fuelle con la llegada de nuevos residentes tras años de centrifugación de vecinos. Un incremento que sin duda alivia Ciutat Vella, pero que, visto en perspectiva histórica, es una sustitución de población en toda regla por vía económica. Este reportaje retrata las causas y consecuencias del 61% de crecimiento que ha vivido el Gòtic en 22 años.

La periferia vive la tendencia contraria y se vacía con discreción. Poco alquiler y hogares menos densos son causas del declive del centro de Horta-Guinardó, Nou Barris y de Sant Martí, muy envejecidos y con poca rotación. El caso más extremo es Canyelles, con una pérdida de vecinos del 16%. En cambio, zonas obreras con precios contenidos o disponibilidad de suelo han atraído moradores, por ejemplo Horta, Porta y Trinitat Vella.

Hogares más pequeños y suburbialización

dimensión media de los hogaresha bajado en toda la ciudad Trinitat NovaLa Maternitat i Sant Ramon

Otro factor clave es la propia evolución de la ciudad en medio siglo. “Los barrios que se crearon y crecieron durante el desarrollismo franquista de los 60-70 se vieron perjudicados por la suburbialización”, indica. Con este término se refiere al éxodo de los años 80 y 90 hacia urbanizaciones del área metropolitana, al irrumpir en el mercado casas con jardín a precio similar al de un piso pequeño en la capital. “Con los años se ha revertido -prosigue Calvo-, porque se ha comprendido que cuando compras o alquilas un inmueble el precio incluye también lo que lo rodea, como estaciones de metro, escuelas…”.

Dos tipos de sustitución poblacional

También señala el envejecimiento, que ejemplifica con el barrio de Montbau: “Se pobló con la ola migratoria del sur de España y envejeció hasta llegar a una de las tasas de natalidad más bajas de la ciudad”. A medida que los fallecimientos vacían pisos y estos salen al mercado, se rejuvenece el padrón: “Poco a poco se está produciendo una sustitución de población”. En los barrios de Ciutat Vella –exceptuando la Barceloneta– también ha habido relevo, pero no solo de edades, también de poder adquisitivo.

En los 80 el centro de Barcelona perdía población porque estaba muy deteriorado y no era atractivo para familias de clase media”, rememora. Personas mayores e inmigrantes se convirtieron en los dos principales perfiles de residente. “A raíz de las operaciones urbanísticas de esponjamiento y dignificación de los años 90, Ciutat Vella ha recuperado población este siglo”, contrapone. El boom turístico y la gentrificación le han dado otra vuelta de tuerca: “Ex pisos turísticos y fincas rehabilitadas han atraído compradores extranjeros que ven ‘cool’ Ciutat Vella y pagan precios bastante altos”, remacha. Un salto económico y social que ha transformado este territorio y, por su centralidad, la percepción general de Barcelona.

Suscríbete para seguir leyendo