708 datileras cortadas

Barcelona tardará más de un año en arrancar los restos de todas las palmeras taladas por riesgo de caída

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La base de una palmera datilera talada en la plaza Trilla, en el barrio de Gràcia, en Barcelona.

La base de una palmera datilera talada en la plaza Trilla, en el barrio de Gràcia, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

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Las huellas de la amplia tala de palmeras datileras que Barcelona ha acometido en los últimos meses tardarán en dejar de ser visibles. Los equipos del Ayuntamiento cortaron 708 ejemplares tras la revisión extraordinaria practicada a raíz de la muerte de una joven de 20 años en agosto pasado, aplastada por la caída repentina de una datilera en el Raval. Se serraron más de la mitad de los 1.363 árboles examinados, al juzgarse sospechosos a criterio del Instituto Municipal de Parques y Jardines por guardar similitudes con el que se desplomó. El estamento dependiente del consistorio busca ahora una empresa que arranque las bases de las palmeras que permanecen a ras de suelo. Una vez que adjudique el contrato, costará algo más de un año eliminar los 583 troncos pendientes de retirada. 

El Ayuntamiento concreta que, por ahora, se han arrancado 125 tocones este 2023. El inicio de las tareas para extirpar las raíces del resto de los ejemplares talados “depende de la licitación del nuevo expediente”, señala el gobierno municipal. Parques y Jardines sacó a concurso la contratación el pasado 11 de diciembre. Como mucho, cuenta con pagar 299.962,28 euros por 12 meses de trabajos.  

“La duración del nuevo expediente es por dos años, aunque se calcula que los tocones de estas palmeras se puedan retirar en poco más de un año”, estima el consistorio. Parques y Jardines tiene contratado un servicio para desprenderse de las bases de los árboles cercenados. En todo caso, no contemplaba hasta ahora el supuesto de extraer los troncos de “madera verde muy fibrosa y húmeda y raíces aún activas”, como las de las datileras de las que Barcelona se ha despojado. 

Costosas de extraer

Un informe justificativo incorporado al expediente de contratación apunta que las bases de las palmeras estaban “vivas” al ser cortadas. “Su estructura es filamentosa y húmeda, lo que hace que sean muy costosas de extraer”, observa. Agrega que “nunca se planteó realizar un desarraigo con estas características” en el contrato ordinario anterior. 

En el chequeo efectuado tras el percance del verano pasado, el Ayuntamiento marcó unos requisitos estrictos para decidir sobre la suerte de las demás datileras plantadas en la vía pública. Las condenadas compartían rasgos con las que se derrumbó: estaban potencialmente desgastadas por la escasez de lluvia, las coronaban nidos y lucían estrechamientos en el tronco. Tras anunciar un balance no definitivo de 540 palmeras sentenciadas, Parques y Jardines avanzó que también echaría abajo los ejemplares que midieran más de 10 metros de altura, presentaran defectos o no. 

El tocón de la palmera del Raval que se derrumbó en agosto y mató a una joven de 20 años.

El tocón de la palmera del Raval que se derrumbó en agosto y mató a una joven de 20 años. / JORDI COTRINA

La auditoría encargada por el consistorio no supo desentrañar las causas exactas del accidente mortal, más allá de la influencia que el peso de la copa y el estrés hídrico por la persistente sequía pudieron tener. Un juzgado investiga supuestas negligencias en las comprobaciones del estado de la palmera antes de que se hundiera y matase a la joven. La familia de la víctima, Shamira, ejerce de acusación popular. Los informes del proceso de contratación ahora en marcha reiteran que, para el Ayuntamiento, se trató de un “hecho imprevisto e imprevisible”. 

Tronco grueso

El 71% de las palmeras cortadas corresponde a ejemplares de tronco grueso. Según detalla el pliego de condiciones de la licitación, medían más de 110 centímetros de perímetro. Son los más caros de quitar: extirpar la base y las raíces de cada uno de esos árboles de categoría extra cuesta 390 euros. La factura se tasa en 315,25 euros por cada palmera talada de 81 a 110 centímetros de perímetro; 203,07 euros en las de un tamaño de 41 a 80 centímetros, y 97,10 euros para las de 40 centímetros o menos.

Una vez eliminado el rastro de los ejemplares serrados, el Ayuntamiento cuenta con replantar “en la mayor parte de los alcorques” vacíos, “con nuevas especies de palmeras y otros árboles”, añade. El gobierno municipal precisa que, “si el espacio no es óptimo para volver a plantar un ejemplar (por ejemplo, por ser un espacio reducido), no se hará y se tapará”.

De todos modos, el consistorio recuerda que las plantaciones no son posibles con el actual estado de preemergencia por sequía. Las condiciones climáticas adversas obligan a esperar a que la alerta se rebaje. 

Aun así, Parques y Jardines ha elegido distintas clases de palmeras para reocupar parte de los huecos: son las whasingtonias, el cerezo australiano, la butiá, la livistona, el palmito elevado, la roystonea y la jubaea. Las dos últimas no están presentes hasta ahora en la ciudad, a tenor del Atlas de la Biodiversidad de Barcelona. El instituto municipal también planea plantar “otro tipo de árboles adaptados a las condiciones climáticas y físicas del espacio”, indica. Por ahora, no planifica prolongar más la tala de palmeras, más allá de las que retire por detectar riesgo en controles ordinarios.

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