A la espera de indulto

El misterio de los carteles olímpicos del metro de Barcelona: descubiertos por casualidad y tapados con lonas

Unas obras en la estación de metro de plaza Espanya destapan un mural de los años 80

Reaparece un mural de los años 80 escondido en los pasillos del metro de Barcelona

Dos de los carteles olímpicos descubiertos en 2022 y cubiertos con unas lonas blancas en la parada de metro de Jaume I, en Barcelona.

Dos de los carteles olímpicos descubiertos en 2022 y cubiertos con unas lonas blancas en la parada de metro de Jaume I, en Barcelona. / JORDI COTRINA

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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Antes de que Juan Antonio Samaranch pronunciara aquello de “À la ville de…”, Barcelona cebó el sueño olímpico durante dos años. Cuatro décadas más tarde, unas reliquias de aquel anhelo sobre el que se edificó la ciudad actual llevan esperando a que se dirima su suerte casi tanto tiempo como el que se dedicó a alimentar las aspiraciones para el 1992. 

Ni la Generalitat, ni el Ayuntamiento de Barcelona ni Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) saben responder aún qué sucederá con cuatro carteles datados entre 1984 y 1986, distintivos de la candidatura olímpica y descubiertos durante unos trabajos de mantenimiento en la zona de vías de la estación de metro de Jaume I. Prácticamente dos años después de que volvieran a ver la luz, el consistorio aguarda el resultado de una evaluación final para dictar sentencia. El Departament de Cultura dice que está a la espera de que el consistorio y TMB convoquen al Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya (CRBMC) “para saber qué tiene pensado hacer la propiedad” y si reclama a los técnicos para restaurar los anuncios. TMB puntualiza que no le corresponde decidir. 

Aunque se dilate, al caso solo le encajan dos desenlaces antagónicos: o tratar a los rótulos con la distinción propia de unas piezas de museo o desecharlos como despojos nostálgicos e irrelevantes. Un informe de la Generalitat, al que EL PERIÓDICO ha tenido acceso, plantea dos opciones para “salvar y preservar” los carteles: por un lado, restaurarlos “in situ” para ser mostrados “en su localización actual”, dotados de un “sistema de protección” frente a “actos vandálicos”; por otro lado, retirarlos “para que se puedan almacenar y exponer en otra ubicación”, una alternativa que “no está exenta de riesgo”, admite. En todo caso, primero debe resolverse si los anuncios merecen un trato singular. 

Estado de uno de los carteles examinados por técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya.

Estado de uno de los carteles examinados por técnicos Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya. / CRBMC

Olvidados tras un plafón

En febrero de 2022, la retirada de unos plafones publicitarios destapó los pósteres, un vestigio de la ilusión que preludió a los fastos de Barcelona-92. Frente al andén de los trenes que circulan en dirección a Trinitat Nova, afloraron gimnastas, atletas, futbolistas, jinetes… El logotipo de los cinco aros, obra de América Sánchez y usado antes de la elección del Comité Olímpico Internacional, identificó a los carteles sin confusión posible. 

La casualidad quiso que la propaganda retro emergiese en el trigésimo aniversario de los Juegos, tras años emparedada y olvidada. Con la feliz coincidencia, el gobierno municipal dijo que estudiaba si cabía proteger y exhibir los rótulos, pese a acusar un deterioro que los ha hecho trizas.

Las figuras de los deportistas -silueteadas como muñecos articulados- quedaron a la vista para los pasajeros durante semanas. Pero, de repente, se ocultaron otra vez. Mientras se empezaba a sopesar qué hacer con el hallazgo, alguien la emprendió contra el mural: como en una rutinaria incursión más en el suburbano, un grafitero se arrojó a los raíles, pintó un ‘tag’ de gran tamaño y manchó dos de los anuncios desprotegidos. El destrozo pudo disimularse limpiando el muro, pero el espray que salpicó el papel solo pudo enmascararse con unas lonas blancas.  

El grafiti que manchó dos de los carteles olímpicos, ya cubiertos tras la pintada.

El grafiti que manchó dos de los carteles olímpicos, ya cubiertos tras la pintada. / EL PERIÓDICO

Los retales mal recortados siguen ahí, tras los convoyes que van y vienen por la céntrica parada, como si el estropicio de la pintada se hubiera cometido ayer. TMB responde que los rótulos seguirán cubiertos mientras no se deshaga la intriga que los rodea. La propaganda preolímpica suma ya 15 meses tapada y sin que se haya resuelto si se le concede el indulto, encallado en una pausa dramática más prolongada que la que Samaranch se permitió para revelar la sede olímpica del 92. En todo caso, los pósteres han sido objeto de examen

“Rareza arqueológica”

El informe de la Generalitat señala que el valor del conjunto cartelístico “radica en que se ha convertido en una rareza arqueológica de la publicidad mural en Barcelona”. “Se añade la importancia que tienen en la historia de la publicidad y su diseño gráfico, junto a un valor de carácter antropológico y sociológico”, apostilla. Por el contrario, fuentes consultadas aseguran que existe al menos otro estudio que no les confiere interés alguno.

El dictamen del Govern advierte que el Museu del Disseny de Barcelona posee carteles de la campaña con la que la ciudad pregonó su condición de aspirante a albergar las Olimpiadas. “No obstante, estos no coinciden ni en grafismo ni en formato con los conservados en la estación de metro”, matiza el documento, que indica que “se desconoce con certeza si se conservan otros ejemplares" idénticos a los localizados en Jaume I. 

Estado de uno de los carteles examinados por técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya.

Estado de uno de los carteles examinados por técnicos Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya. / CRBMC

El informe es resultado de una inspección efectuada en abril pasado. A instancias de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat, un equipo del CRBMC bajó a los raíles de madrugada, cuando no circulan los trenes, y desenganchó los lienzos para chequear los dos carteles más dañados, si bien obviaron el que peor salió parado del asalto grafitero. Se diagnosticó que presentan un estado “malo” y “delicado”, por efecto del paso de los convoyes, la acumulación de suciedad, la humedad, el exceso de temperatura, el vandalismo y, también, por un incendio que desfiguró un póster.

Los técnicos alertan de que existe “riesgo para la preservación” de los rótulos. “La falta de intervención podría suponer la pérdida total de los ejemplares a corto/medio plazo”, avisan. Concluyen que, “ante el estado precario de conservación”, resulta “urgente” acometer “una intervención de conservación y restauración del conjunto que permita restablecer la máxima estabilidad y durabilidad de las obras”.

Técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, durante la inspección de los carteles olímpicos.

Técnicos del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya, durante la inspección de los carteles olímpicos. / CRBMC

El diagnóstico es anterior al corte en la Línea 4 del metro, que paralizó la circulación en el tronco central el pasado verano. El documento señalaba que “sería necesario” programar las labores de restauración aprovechando el parón en el servicio para que la actuación fuera “efectiva y sostenible a nivel técnico”. Sin embargo, los restauradores de la Generalitat no han vuelto a tener acceso a los rótulos y solo han realizado pruebas con las muestras extraídas. 

Por cierto, otros dos anuncios añejos permanecen tapados en la misma zona de vías. Uno es de los lápices de colores Pelikan y otro, de una cadena de muebles. No obstante, los análisis practicados no dicen nada sobre ellos.

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