Comunicado de TMB

Detenidos 5 grafiteros de los 62 que han perpetrado el "mayor ataque de la historia" del metro de Barcelona

Las evaluaciones preliminares de daños a cargo de TMB calculan que el coste aproximado superará los 50.000 euros

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Un ataque de 62 grafiteros en Barcelona deja cuatro trenes de metro vandalizados y afecta al servicio

TMB

Manuel Arenas

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El "mayor ataque de la historia" del metro de Barcelona en cuanto a participantes y trenes pintados, en palabras de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), se ha saldado por el momento con cinco detenidos del total de 62 grafiteros que participaron durante la madrugada de este 10 de octubre en la vandalización de la estación de Vall d'Hebron y la pintada de cuatro trenes.

El dato de los cinco detenidos, además de otros tres que están siendo investigados actualmente, lo han dado los propios Mossos d'Esquadra, que han rectificado una primera versión de un comunicado de TMB hablando de 14 detenidos. También desde TMB se ha considerado que el total de grafiteros que han actuado es de unos 62.

Los detenidos, según fuentes de Mossos, son hombres de entre 25 y 45 años. "Se trabaja para calcular el valor total de los daños", aseguran desde Mossos. TMB, que ha anunciado una denuncia penal contra los 62 grafiteros que han actuado, ha asegurado que las evaluaciones preliminares estiman que el coste de los daños "superará los 50.000 euros".

Según ha informado TMB, los infractores entraron "dañando la puerta, la barrera de validación y las cámaras de seguridad [unas diez, según Mossos] hasta que accedieron al andén donde agredieron a un vigilante de seguridad de metro y pintaron cuatro trenes y diferentes instalaciones de la estación".

Fuentes de los trabajadores del metro de Barcelona consultadas por EL PERIÓDICO aseguran que se trata de grafiteros "reincidentes", así como explican que la estación de Vall d'Hebron "es una de las preferidas para este tipo de actos vandálicos debido a su fácil acceso".

Además, otras fuentes sindicales de los vigilantes del metro consultadas añaden que precisamente en esa estación se había aumentado la seguridad por la salvaguarda de la nueva serie de convoyes de TMB, la 7.000, "pero ante 60 personas que entran a las bravas no hay nada que hacer ni con ocho vigilantes".

Según el comunicado de TMB, el ataque supuso una afectación al servicio a consecuencia de los cuatro trenes pintados que fueron retirados, aumentando así el tiempo de espera de los usuarios. Además, después de las evaluaciones preliminares de los daños, se calcula que el coste aproximado superará los 50.000 euros.

Peligro para la integridad física

La presidenta de TMB y primer tenienta de Alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Laia Bonet (PSC), ha condenado duramente el ataque afirmando que “estas actuaciones de vandalismo ponen en peligro la integridad física de los vigilantes de seguridad del metro, al tiempo que crean un grave perjuicio a la ciudadanía degradando un servicio esencial como es el transporte público y generando un coste de dinero público totalmente injustificado”.

"No podemos permitir que se produzcan este tipo de ataques y por eso desde TMB actuaremos con la máxima contundencia y determinación, utilizando todas las herramientas a nuestro alcance para evitar que situaciones como éstas se vuelvan a repetir", ha asegurado Bonet. La presidenta de TMB también quiso agradecer a los vigilantes de seguridad del metro y a los Mossos d'Esquadra su intervención en el ataque de esta noche.

TMB asegura realizar "un esfuerzo importante" a diario para luchar contra el "vandalismo grafitero" y con una serie de nuevas medidas ha logrado reducir a la mitad el número de metros cuadrados pintados y el coste económico durante el primer semestre del año respecto al 2022, a pesar de que desde la empresa de transporte público admiten que la cantidad de intentos de intrusión y vandalismo grafitero "se mantienen".

En este sentido, TMB recuerda que el vandalismo ferroviario es una actividad delictiva organizada que acaba teniendo un "gran perjuicio sobre las personas trabajadoras y provoca un gasto económico importante e impacto a los propios usuarios en tanto que eventualmente obliga a detener la prestación de un servicio esencial".